Inmunización en ponedoras en fase de recría
En la fase de recría, las gallinas ponedoras son especialmente vulnerables a las enfermedades. Durante este período, las aves están creciendo y...

Las gallinas ponedoras y reproductoras son susceptibles a una serie de enfermedades que pueden afectar su bienestar y productividad. En este sentido, las vacunas son una herramienta importante para prevenir estas enfermedades y garantizar el bienestar de las aves, para poder garantizar un adecuado desarrollo e índices productivos óptimos en la posterior fase de producción.
En la fase de recría, las gallinas ponedoras son especialmente vulnerables a las enfermedades. Durante este período, las aves están creciendo y desarrollándose rápidamente, y su sistema inmunitario todavía está madurando. Por lo tanto, es importante garantizar el desarrollo en esta fase, y vacunar a las gallinas en la fase de recría para proporcionarles una protección adecuada contra las enfermedades que pudieran aparecer tanto este periodo como en las fases de producción. Sin embargo, la respuesta inmune a la vacunación puede verse limitada, y su refuerzo es importante.
Principales vacunas administradas en la fase de recría de las ponedoras
Los programas vacunales en gallinas ponedoras y/o reproductoras en la fase de recría suelen incluir múltiples vacunas, entre las que destacan:
- Marek: Esta enfermedad es causada por un virus herpes alfa, que puede causar tumores, como linfomas en nervios y algunos órganos en las aves. La vacuna contra la enfermedad de Marek se administra a las pollitas al día 1 de vida o a las 10 semanas de edad, aunque depende de la prevalencia en la región, o del tipo de vacuna.
- Gumboro: Esta enfermedad es causada por un virus (IBD) que puede causar un incremento de la tasa de mortalidad, así como inmunosupresión, especialmente entre las 3-6 semanas de vida. La vacuna contra la enfermedad de Gumboro se administra a las pollitas al día 1 de vida o a las 2 semanas de edad, también dependiendo del tipo de vacuna, con revacunaciones posteriores, como en la semana 10, o de la 18 a la 20.
- Viruela aviar: Esta enfermedad es causada por un poxvirus que puede causar lesiones en la piel y en las mucosas de las aves. La vacuna contra la viruela aviar se administra habitualmente a las pollitas entre las 10-16 semanas de edad.
- Newcastle: Esta enfermedad es causada por un paramixovirus, altamente contagiosa, que puede causar una alta mortalidad en las aves. Los signos varían entre respiratorios (jadeo, tos, ruidos respiratorios), nerviosos (depresión, parálisis), inflamación ocular y del cuello, diarrea, producción de huevos alterada, así como altercaciones en la cáscara. La vacuna contra Newcastle se administra a las pollitas desde la semana 1, con repeticiones entre la semana 7 y la 18, pudiendo variar según el tipo de vacuna.
- Bronquitis infecciosa: Esta enfermedad es causada por un coronavirus (IBV) que puede causar una disminución de la producción de huevos y elevada mortalidad. Los signos dependen del tropismo de la cepa del virus por los diferentes tejidos, pero varían desde respiratorios, a renales y reproductivos, con alteración de la puesta y de la calidad de la cáscara. La vacuna contra la bronquitis infecciosa se administra de manera repetida desde la semana 1 a la 18 de edad.
Además de estas vacunas básicas, también se pueden administrar vacunas adicionales en función de la situación epidemiológica de cada granja o región. Por ejemplo, si la granja se encuentra en una zona con alta prevalencia de Salmonella, se puede administrar una vacuna contra esta bacteria. Lo mismo sucede con enfermedades como la micoplasmosis, la encefalomielitis aviar, o la laringotraqueítis, entre otras.
Es importante seguir las recomendaciones del veterinario para garantizar la eficacia de la vacunación. También es importante realizar un seguimiento de la respuesta a la vacunación mediante pruebas serológicas, para poder hacer correcciones del programa vacunal o identificar posibles fallos y sus causas.
Refuerzo de la vacunación mediante pronutrientes inmunoestimulantes
Los programas vacunales bien diseñados son una parte esencial de la gestión de la salud de las gallinas ponedoras, ya que pueden ayudar a proteger a las aves de enfermedades graves, evitar procesos secundarios, y garantizar su salud y productividad.
Sin embargo, dada la variedad y multitud de factores de los que depende la respuesta inmune a la vacunación, un refuerzo basado en la suplementación de pronutrientes inmunoestimulantes es recomendable en la fase de recría de las gallinas.
Se trata de moléculas naturales activas, capaces de mejorar la respuesta inmune específica creada por la vacunación, además de prevenir fenómenos de inmunodeficiencia. Este efecto lo logran mediante el incremento en la síntesis de anticuerpos cuando se administran asociados a la vacunación, lo que conduce a la obtención de aves más protegidas frente a las principales enfermedades avícolas, como las descritas e incluidas en los programas vacunales habituales de las gallinas en fase de recría.
Este efecto se ha evaluado en diversos tests frente a las principales enfermedades que afectan a las explotaciones de ponedoras y reproductoras. En el gráfico inferior se muestran los resultados de un ensayo llevado a cabo en gallinas reproductoras donde los pronutrientes inmunoestimulantes se administraron 5 días antes y 5 días después de la vacunación. Todas las pollitas se vacunaron a la semana 15 de edad, en fase de recría, contra bronquitis infecciosa (IBV), enfermedad de Gumboro (IBD) y enfermedad de Newcastle (NDV), y se tomaron muestras sanguíneas en la semana 33, ya en fase de producción, para observar el efecto en la inmunización obtenido gracias a la vacunación reforzada con los pronutrientes inmunoestimulantes.
Gracias al uso de estos pronutrientes en el momento de la vacunación, se obtuvieron entre 22.41% y 45.15% más de anticuerpos para la bronquitis infecciosa, entre 43.46% y 78.95% más para la enfermedad de Gumboro, y entre 23.49% y 40.45% más de anticuerpos frente a la enfermedad de Newcastle.
Conclusiones
Los programas vacunales en gallinas ponedoras en la fase de recría son una parte esencial de la gestión sanitaria de las aves. Las vacunas pueden ayudar a proteger a las aves de enfermedades importantes que afectan el sector avícola, y garantizar su bienestar y productividad. Sin embargo, dada la multitud y variedad de factores que intervienen en la producción de una respuesta inmune asociada a la vacunación, es recomendable la suplementación de pronutrientes inmunoestimulantes en los momentos previos y posteriores a la administración de las vacunas. Esta estrategia garantiza un incremento en la producción de anticuerpos específicos, que conlleva a un mayor porcentaje de aves protegidas frente a estas enfermedades. Esto se ve reflejad asimismo, en una mejora de los índices productivos y económicos.