Producción acuícola en Filipinas
Filipinas se encuentra en el top 15 de países en relación a la producción acuícola a nivel mundial, dentro del top 5 en el Sudeste Asiático y es el cuarto mayor productor de algas del mundo. Su papel en la acuicultura mundial es de gran relevancia, aunque ha ido decreciendo a lo largo de los años.

Asia es el principal motor de la acuicultura a nivel mundial, y representa un 92% de la producción global. Este porcentaje se encuentra representado en gran parte por China, y alrededor de un 20% corresponde al Sudeste Asiático.
Filipinas se encuentra en el top 15 de países en relación a la producción acuícola a nivel mundial, dentro del top 5 en el Sudeste Asiático y es el cuarto mayor productor de algas del mundo. Su papel en la acuicultura mundial es de gran relevancia, aunque ha ido decreciendo a lo largo de los años.
El pescado es un alimento básico en la dieta del país, y se trata de la principal fuente de proteína de origen animal para su población. El consumo per cápita local es de 37 kg/año, y la mayoría de su producción se consume localmente.
La acuicultura es la principal fuente de pescado del país, mientras que la pesca, debido a la gran explotación, reduce su participación año tras año. Las especies de cultivo más comunes a nivel nacional son el sabalote (Chanos Chanos), la tilapia (mayoritariamente tilapia del Nilo, Oreochromis niloticus), y el camarón (Tabla 1).

La acuicultura se practica en agua dulce, salobre y marina utilizando una variedad de especies, instalaciones de producción y métodos. La maricultura engloba más del 50% de la acuicultura del país, debido a la gran producción de algas, y también de ostras y almejas.
El porcentaje restante se distribuye en proporción muy similar entre agua salobre y agua dulce. La producción en agua salobre se realiza en la mayoría de los casos en lagunas o estanques, mientras que en agua dulce se reparte la producción entre lagunas y jaulas. Las especies más populares en agua salobre son el sabalote, la tilapia, el mero y el camarón, mientras que en agua dulce son el sabalote, la carpa y el pez gato.
El sabalote, llamado Bangus a nivel local, es considerado oficialmente el pez nacional y se ha cultivado en el país durante más de 50 años. Las islas de mayor producción son Luzón, y las islas de Panay y de Negros en Visayas.
La tilapia, la segunda especie de pez más cultivada, se considera un pez muy versátil y que puede crecer en diferentes ambientes, por lo que a veces se le denomina el “pollo acuático”. Las principales zonas de cultivo se localizan en las islas de Luzón y Mindanao.
Las especies principales de camarón o langostino cultivadas en el país son Penaus monodon, P. vannamei y Metapenaeus ensis, y sus localizaciones principales son en la isla de Luzón, Bohol y Mindanao.
En cuanto a la exportación de los productos derivados de la acuicultura, las algas y el camarón son las dos principales fuentes de exportación. El langostino tigre (Peneaus monodon) es una de las especies de langostino que más se exporta, y sus principales destinos son Japón, Estados Unidos y Corea.
La importancia de la acuicultura en el país deriva de la seguridad alimentaria que implica como fuente de proteína de origen animal y de empleo, especialmente en las zonas costeras, así como por su contribución a la exportación y a la generación de divisas. Sin embargo, la acuicultura local se enfrenta a diferentes retos que debe superar, como las plagas o enfermedades, las prácticas acuícolas no sostenibles y la pérdida de calidad del agua, o las floraciones de algas nocivas, que pueden causar serios problemas ecológicos y socioeconómicos, junto con las dificultades de acceso a materias primas y capital.
Fuentes:
- BFAR (2019). Philippine fisheries profile 2018. PCA Compound, Elliptical Road, Quezon City Philippines
- PHILIPPINES STATISTICS AUTHORITY. Fisheries Situation Report for Major Species, January to December 2021
- Tahiluddin, A. & Terzi, E. (2021). An Overview of Fisheries and Aquaculture in the Philippines . Journal of Anatolian Environmental and Animal Sciences , 6 (4) , 475-486 . DOI: 10.35229/jaes.944292