Plan de prevención de la coccidiosis porcina
La coccidiosis porcina tiene una mayor prevalencia durante la etapa de lactación, debido a los números factores estresantes para el lechón que están presentes durante esta etapa y que reducen su respuesta inmunitaria.

La coccidiosis es una enfermedad parasitaria de gran importancia para la producción animal. En el caso del ganado porcino son los protozoos de los géneros Eimeria e Isospora los responsables de esta enfermedad.
Estos protozoos parásitos, tienen un ciclo biológico intracelular obligado, lo que implica que parte de este ciclo tiene lugar en el interior de los enterocitos. Durante su ciclo estos dañan la mucosa intestinal de los animales, alterando la absorción de nutrientes, provocando diarreas y, en consecuencia, disminuyen la capacidad productiva de los animales.
Las lechones en periodo de lactación son los más susceptibles a padecer esta enfermedad, que mayoritariamente se debe a Isospora suis. La vía de contaminación es fecal-oral, a través de ooquistes esporulados eliminados por lechones contaminados, que pueden llegar a eliminar más de 100.000 ooquiste por gramo de heces.

Los principales factores predisponentes de la coccidiosis incluyen, la edad y el estado nutricional e inmunitario de los animales, así como las condiciones de higiene de las instalaciones y manejo de los animales.
La coccidiosis porcina tiene una mayor prevalencia durante la etapa de lactación, debido a los números factores estresantes para el lechón que están presentes durante esta etapa y que reducen su respuesta inmunitaria.
El plan de prevención de la coccidiosis porcina debe incluir necesariamente dos puntos esenciales: la higiene de las instalaciones y practicas de manejo apropiadas y la estimulación del sistema inmune de los lechones para hacer frente a la infección.
Higiene de las instalaciones y prácticas de manejo
Es necesario realizar una limpieza adecuada de las instalaciones, empleando vapor de agua o compuestos de amonio o hipoclorito – sódico, ya que, si bien los ooquistes son muy resistentes a la mayoría de los desinfectantes, se puede reducir la cantidad de ooquistes en el ambiente y por tanto reducir la presión infectiva para los lechones.
Una práctica de manejo que se ha de poner en práctica, como medida preventiva, es el manejo “todo dentro – todo fuera”, que consiste en realizar un vacío sanitario tras cada ciclo productivo. Al mismo tiempo, es importante que los trabajadores comiencen las tareas de limpieza y de alimentación, así como otras prácticas de manejo, siempre por los corrales menos infectados, para disminuir la transmisión mecánica.
Otra practica a tener en cuenta son las adopciones cruzadas, que favorecen la transmisión de ooquistes entre corrales, por ello se recomienda que siempre esta práctica se realice únicamente durante las primeras 24 horas post-parto.
Estimulación de la inmunidad intestinal de los lechones
Al mismo tiempo que se llevan a cabo unas correctas practicas de higiene y de manejo, es de gran importancia, asegurar el estado inmunitario intestinal de los lechones, de forma que estos puedan hacer frente a la infección.
Existen moléculas de origen vegetal capaces de estimular el sistema inmune intestinal de los lechones. Estas moléculas, conocidas como pronutrientes optimizadores intestinales, incrementan la síntesis de moléculas defensivas (inmunoglobulinas) por parte de la mucosa intestinal, permitiendo al lechón hacer frente a las infecciones protozoarias.
Diversos estudios han demostrado que la administración vía oral de pronutrientes optimizadores intestinales, durante la primera semana de vida de los lechones, permite prevenir de manera eficaz la coccidiosis neonatal y al mismo mejorar su capacidad productiva.
En estos estudios se observó que el uso de pronutrientes optimizadores intestinales, permite reducir la mortalidad en un 4% e incrementar el peso de los lechones en 900 gramos por lechón, en los primeros 21 día de crianza.
