La producción de maíz (Zea mays) en Bolivia tiene un valor fundamental, ya que compone uno de los ingredientes primordiales en la nutrición animal y en el consumo humano.

Santa Cruz es el departamento con la producción de maíz más alta correspondiente en gran medida a grano duro para alimentación animal y su producción ocupa el 50,3%. Cochabamba representa el principal productor de maíz blanco de consumo humano y también es quien conserva mayor variedad genética, seguido por Chuquisaca y Tarija. Otras zonas de producción maicera corresponden a Potosí, La Paz, Beni y Pando, pero con porcentajes menores (Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras 2012).

Santa Cruz genera más de 2,5 millones de toneladas de productos alimenticios cada año y como cuenca productiva se divide en 5 zonas de cultivo: central integrado, norte integrado, este de expansión, sur-cordillera y valles cruceños.

La variabilidad climática de este departamento determina fechas específicas de siembra que dividen la producción en campaña de verano comprendida por los meses de noviembre a marzo, donde las condiciones climáticas pueden llegar a ser más benévolas mejorando los rindes; y campaña de invierno que no tiene como fuerte el cultivo del maíz, pero registra una importante área sembrada de sorgo, girasol y trigo entre otros.

En cuanto al ciclo agrícola de invierno, la temporada 2022/2023 presenta condiciones desfavorables dando un ambiente seco y con frecuentes irrupciones de aire polar causantes de heladas intensas hasta el trópico (Sierra 2022). 

La variación climática, la contaminación de especies y el ataque del hongo Fusarium ocasionan grandes pérdidas productivas. Respecto de las micosis, este hongo endófito no permite que los nutrientes lleguen a la planta, por lo que se seca y muere.

El INIAF instituto encargado de la investigación, extensión y asistencia técnica agropecuaria trabaja desde hace un tiempo en la selección de “medios hermanos” de 250 variedades de maíz blanco para la obtención de una semilla tolerante a enfermedades.

Procesos productivos del maíz en Bolivia

En Bolivia el maíz es sometido a dos procesos de industrialización:

• Molienda seca: que consiste en la reducción del tamaño del grano, perdida de la humedad, cernido y clasificación de sus fracciones para diferentes productos y usos (cereales para desayuno, harinas, sémolas).
• Molienda húmeda: donde el grano es sometido a un proceso de maceración que facilita la separación de los componentes básicos almidón, aceite de maíz, gluten para consumo y gluten ingrediente. Se utiliza para obtener productos endulzantes, jarabes, gluten meal y gluten feed.

Los subproductos pueden utilizarse como forraje o suplemento en la nutrición animal.

Uso del maíz para la nutrición animal

La mayor demanda de maíz está dada por la avicultura, siguiendo la producción de cerdos, la ganadería y por último el consumo humano.

Según datos de la Asociación de productores de Maíz y Sorgo (PROMASOR), la producción nacional de maíz es de aproximadamente un millón de toneladas y la demanda nacional es de un millón trescientas mil toneladas, mostrando un déficit anual de 300.000 toneladas. Para la campaña 2022 se estima la perdida de unas 400.000 toneladas debido a factores climáticos.

El maíz, un recurso nativo en Bolivia

Con ocasión de preservar este recurso nativo, se promueven acciones de eliminación gradual de cultivos de organismos genéticamente modificados.

En relación a este tema, el vecino país posee una fuerte influencia histórica relacionada a la producción de este cereal. El maíz fue cultivado en los andes centrales hace más de 4000 años (Ávila et al. 1998). Este producto se utilizaba como alimento, bebida, medicina, forraje para consumo animal, combustible (marlo) y para usos religiosos.

Bolivia es considerada como centro de diversidad de maíces nativos ancestrales. Las variedades presentes en este país forman parte del patrimonio agroalimentario de los pueblos y patrimonio fitogenético de Bolivia ya que han mostrado cualidades de adaptación a la variabilidad climática propia del país a lo largo de la historia.

Fuente: Maíz Nativo FAO Bolivia