Camaronicultura en Mexico
La camaronicultura mexicana es una actividad con alto potencial de crecimiento que ha tenido un aumento sostenido en términos de productividad en los últimos años. Es una importante actividad alimentaria que debemos proteger ya es necesaria para cubrir la demanda de proteínas de una población en constante crecimiento.

La camaronicultura ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. Se destacan Ecuador (1º productor mundial) y México como los principales productores. Le demanda muestra una tendencia cada vez más globalizada, siendo EE. UU., Unión Europea, Japón y China los importadores de mayor volumen.
La especie cultivada en mayor proporción es el camarón patiblanco o langostino vannamei (Litopenaus vannamei). Este es original del océano pacífico, se extiende desde el estado de Sonora, en México, hasta el noroeste de Perú.
México, se posiciona segundo a nivel mundial en producción de camarón, en el 2021 cerrará con 227 mil toneladas métricas, lo que significa un aumento de 3,7% respecto a 2020. De esta producción, un 22% se captura en bahías y el 78% en granjas acuícolas. En términos económicos la camaronicultura genera USD 1000 millones cada año.
Sinaloa se posiciona como el estado líder en producción de camarón de granja, en 2021 produjo una cifra histórica de 95 mil toneladas; seguido por los estados de Sonora y Nayarit.
Cultivo de Camarones
El cultivo de camarones se desarrolla en zonas costeras para poder aprovechar de forma más eficiente el agua de mar.
En el sitio de establecimiento de la granja también son de importancia el tipo de suelo, la cubierta vegetal, el flujo de agua continental, las mareas, y la capacidad de los cuerpos de agua para toma y descarga.
Los progenitores se obtienen de 3 maneras: son capturados, cosechados en la misma granja (se prolonga el ciclo hasta la maduración sexual) u obtenidos en centros reproductores especializados. Los machos maduran a partir de los 20 g y las hembras a partir de los 28 g, a una edad de entre 6 y 7 meses. Cuando alcanzan los 30 – 45 g liberan entre 100.000 y 250.000 huevos. En las hembras se practica la ablación de uno de los pedúnculos oculares con el fin de provocar repetidos ciclos de maduración y desove.
El desove se produce por la noche en tanques individuales o comunitarios. Luego de la eclosión, a la tarde siguiente se atrapan los nauplios, procedimiento facilitado por su tropismo lumínico.
En la fase de incubación trascurren los 4 estadíos larvales (nauplios, zoea, mysis y postlarva), este período dura entre 26 y 31 días.
Una vez finalizado el cultivo larval, las postlarvas son trasladadas a los estanques de engorda. Existen distintos tipos de técnicas de engorde que se diferencian principalmente por su densidad de siembra.
Los camarones se cosechan con un peso de 15 a 20 g en los sistemas extensivos y de 20 a 25 g en los sistemas intensivos. Para la cosecha, se drenan los tanques durante la marea baja o se bombea el agua y luego se utilizan redes atarraya, cucharas de red o cubetas perforadas para recogerlos.

Para su comercialización, el camarón se selecciona, lava, pesa y mata al sumergirlo en agua a 0-4˚C. Posteriormente se conserva con hielo y es transportado a las plantas de procesamiento y mercados.
Procesamiento del camarón
En México, el camarón se comercializa de las siguientes maneras:
- Camarón fresco/enhielado con cáscara y con cabeza
- Camarón frisado en salmuera con y sin cabeza
- Camarón congelado con y sin cabeza
- Camarón cocido y pelado sin cabeza
- Camarón seco
El camarón congelado sin cabeza es quizá la forma que alcanza mayores volúmenes de comercialización. Una vez en la sala de procesado el camarón es lavado y descabezado, de esta manera se obtienen colas de camarón, sin cabeza y conservando la concha o cáscara.
El producto es evaluado y clasificado según su textura, buen color y olor.
Luego de clasificado, las colas se empacan en cajas y se almacenan en congeladores de congelamiento rápido a -40 °C para preservar el producto.
Finalmente, el producto congelado se almacena en cámaras a temperaturas de -25° C, hasta su distribución.
Subproductos del camarón
Abono orgánico
Las cabezas y la cáscara se procesan transformándose en un abono que se utiliza para nutrir distintas especies vegetales.
Quitosano
La quitina es un polisacárido estructural presente en el exoesqueleto del camarón que da rigidez al crustáceo; esta es transformada mediante procesos químicos en quitosano, un material con diversos usos a nivel industrial: Absorbente de contaminantes, espesante de alimentos, en la industria del papel por su capacidad de retención de agua lo encontramos en pañuelos descartables y pañales; también en el papel fotográfico otorgando resistencia. En la industria textil se usa para fijar el color y evitar el encogimiento de la ropa.
Camarón seco
Se obtiene mediante secado al sol del crustáceo. La finalidad es concentrar el sabor, por lo que se usa como condimento en la gastronomía asiáticas.
Harina de cabeza de camarón
Se emplea como ingrediente en alimentos balanceados para especies acuáticas.
Desafíos
La industria del camarón enfrenta muchos desafíos, sobre todo diversas enfermedades causadas por bacterias, virus y protozoos; además del impacto ambiental generado por la producción. Y también podemos mencionar, entre otros, la necesidad de ingredientes que son indispensables para satisfacer la demanda creciente de alimentos acuícolas, la competencia con otras producciones por los recursos y los problemas de inversión.
En la historia de la camaronicultura ha habido pandemias graves y periódicas. Actualmente, la industria está aprendiendo a manejar y coexistir con enfermedades a medida que crece en todo el mundo.
Las enfermedades que afectan en mayor medida la camaronicultura a nivel mundial son:
- El síndrome de la mancha blanca o White Spot Syndrome Virus (WSSV): Es la enfermedad que probablemente causa las mayores pérdidas directas en Asia y Latinoamérica (excepto en Brasil y Venezuela, los cuales se mantienen libres). La mortalidad suele alcanzar el 100% entre dos y siete días desde el comienzo de la infección. Los camarones muestran manchas blancas (inclusiones) características, de uno a dos milímetros de diámetro, en la superficie del cuerpo, caparazón, apéndices.
- El virus de la cabeza amarilla (YHV), ha estado presente en la camaronicultura asiática, donde P. monodon se ha vuelto resistente. Sin embargo, hay una fuerte posibilidad de que YHV pueda causar problemas en las nuevas industrias de cultivo de P. vannamei y P. stylirostris, aunque no se reportaron casos en América Latina. La infección causa inflamación de páncreas e hígado y un ligero color amarillento. La mortalidad empieza a las pocas horas y resulta en un 100% en los próximos 3 a 9 días. En la actualidad, a pesar de que se ha demostrado su presencia en los estanques, rara vez se ven los síntomas.
- Síndrome da Taura: enfermedad ampliamente distribuida, surgió en Ecuador, desde donde alcanzó el resto de Latinoamérica y Norte América en pocos años y, más tarde, el continente asiático. Infecta camarones juveniles, que generalmente morirán durante la muda, con una tasa de mortalidad variable, entre un 5 y un 95%. Los que sobrevivan pasan a una fase crónica de la enfermedad que se manifiesta como manchas distribuidas al azar sobre la cutícula, que a veces desaparecen en la muda.
- Bacterias tipo Vibrio. Las vibriosis causan aproximadamente el 10% de las pérdidas en las granjas. El síndrome de la mortalidad temprana/enfermedad de la necrosis hepatopancreática aguda (EMS/AHPND), se observa entre los primeros treinta a cuarenta días de cultivo, logrando eliminar hasta el 100% de la población presente en el estanque afectado.
- Aparte de las epizootias anteriormente mencionadas, se han reportado también efectos y daños producidos por enfermedades asociadas a gregarinas (Nematopsis, Cephabolus y Paraophioidina). La signología asociada a la infestación por gregarinas se debe al daño intestinal que producen, que altera la absorción de nutrientes y el crecimiento. En infestaciones graves, se puede observar una coloración amarillenta del intestino.
La producción de camarones recibe críticas por su impacto sobre el ambiente. La actividad ha causado el desplazamiento de bosques de manglares y marismas, hay reportes que hablan sobre la deforestación de millones de hectáreas alrededor del mundo, lo que, además de causar una modificación del paisaje y del patrón hidrológico, tiene impacto sobre el ecosistema local, ya que representan la fuente principal de materia orgánica en las zonas costeras.
Probablemente uno de los desafíos más importantes a resolver en la camaronicultura sea la cantidad de deshechos de materia orgánica proveniente del pienso no consumido en las granjas, que se vierten al agua de descarga. Es decir que, mejorando la conversión alimenticia, podemos reducir este impacto mientras mejoramos la eficiencia del sistema productivo.
Uso de pronutrientes en camarones
La reducción y prohibición del uso de antibióticos debido al impacto que producen en el ambiente y la resistencia bacteriana impulsa la investigación en soluciones naturales. En este escenario, destacamos los probióticos, prebióticos, pronutrientes, ácidos y sales orgánicas y derivados de macroalgas pardas
Los pronutrientes son moléculas orgánicas complejas obtenidas de extractos botánicos y su mecanismo de acción consiste en potenciar la respuesta fisiológica orgánica de los animales. Existen distintos tipos de pronutrientes, cada uno con una célula diana específica.
Los pronutrientes optimizadores intestinales se han ensayado para evaluar el efecto en el control de infestaciones por gregarinas. Estos estimulan la inmunidad fisiológica de los camarones, favoreciendo la capacidad del camarón para controlar las gregarinas y evitar su multiplicación. El control de la parasitosis se expresa en mejores índices productivos (peso, índice de conversión).

El grupo con pronutrientes optimizadores intestinales obtuvo un peso medio final de 20,4 g, un 8% (1,5 gr) superior al peso obtenido en el grupo control, cuyo peso medio final fue de 18,9 g.
Considerando los exigentes desafíos a los que se enfrentan los camarones: enfermedades virales, manejos, transportes, densidad de siembra elevada, cambios en la calidad de agua, etc., estos factores sin duda generarán estrés que afectará el sistema inmune, aumentando la susceptibilidad a enfermar. Es por ello que la utilización de inmunoestimulantes es una estrategia para disminuir el impacto de estos desafíos.
La utilización de pronutrientes ha tenido buenos resultados, observándose reducción de la mortalidad y reducción de 6,97% el índice de conversión. Este tipo de pronutrientes potencia y estimula la respuesta inmune del camarón, haciendo que esté mejor preparado para responder a los desafíos y situaciones estresantes.
Conclusión
La camaronicultura mexicana es una actividad con alto potencial de crecimiento que ha tenido un aumento sostenido en términos de productividad en los últimos años. Es una importante actividad alimentaria que debemos proteger ya es necesaria para cubrir la demanda de proteínas de una población en constante crecimiento.
Como toda actividad realizada por el hombre, la camaronicultura también tiene un impacto en el ecosistema, y es por ello por lo que se debe recurrir a todas la herramientas y tecnologías disponibles para tener una camaronicultura cada vez más sustentable.
Entre las estrategias para mejorar la sustentabilidad de la camaronicultura destacamos el uso de pronutrientes optimizadores intestinales en camarones, que ayudan potenciar la inmunidad frente infecciones (como las gregarinas) y la respuesta a los distintos desafíos, al mismo tiempo que mejoran el rendimiento productivo, colaborando en parte a reducir el coste ambiental de las explotaciones.
Los pronutrientes optimizadores intestinales son fabricados por Biovet S.A se comercializan bajo el nombre de Alquernat Zycox.