Principales enfermedades víricas en pollos de engorde en los Estados Unidos
En este artículo hablaremos de algunas de las enfermedades víricas con mayor impacto económico en las granjas de pollos de engorde en Estados Unidos. Muchas de ellas tienen un componente inmunosupresor, lo que significa que afectar el correcto funcionamiento del sistema de defensas del animal y los hace más propensos a sufrir otras infecciones...

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En este artículo hablaremos de algunas de las enfermedades víricas con mayor impacto económico en las granjas de pollos de engorde en Estados Unidos. Muchas de ellas tienen un componente inmunosupresor, lo que significa que afectar el correcto funcionamiento del sistema de defensas del animal y los hace más propensos a sufrir otras infecciones, por lo que agravan el problema.
Más concretamente, hablaremos de la bronquitis infecciosa aviar y de las enfermedades de Marek, Newcastle y Gumboro. Trataremos los signos principales que causan, así como las lesiones observadas en las necropsias, que pueden ayudarnos a identificarlas.
Finalmente, describiremos algunos mecanismos naturales disponibles en el país para prevenirlas y minimizar su impacto negativo en las granjas.
PRINCIPALES ENFERMEDADES VÍRICAS EN POLLOS
Bronquitis infecciosa
Se trata de una enfermedad cuya severidad está muy influenciada por la edad y el estado inmune de la parvada, las condiciones ambientales y la presencia de otras enfermedades [1]. La morbilidad y la mortalidad también dependen de la cepa o variedad del virus que afecte la granja. Los signos clínicos más frecuentemente observados son los respiratorios, como descarga ocular y nasal, jadeo y tos. A pesar de ello, existen variedades del virus con tropismo reproductivo y renal, por lo que otros signos que se pueden observar en las aves son la presencia uratos en las deyecciones y una disminución de la producción de huevos con alteraciones en la cáscara (en las reproductoras) [1], [2].
En las necropsias puede observarse exudado seroso, catarral o caseoso en la tráquea y espuma en los sacos aéreos. Si hay afectación renal, se observa nefritis y distención de los uréteres, que puede evolucionar a gota renal y visceral (presencia de uratos en los órganos de la cavidad celómica). En hembras en etapas avanzadas del ciclo de producción y en reproductoras también puede observarse salpingitis en el oviducto derecho (involucionado) e incluso masas de fibrina y alteración de la consistencia del tejido en el oviducto izquierdo [2].

La vacunación es la herramienta más ampliamente utilizada para la prevención de la bronquitis infecciosa, pero, debido a que es un virus altamente mutágeno y a las distintas variedades y cepas, a menudo la protección obtenida con la vacuna no es completamente efectiva [1]. Muchas de estas variedades en los Estados Unidos tienen su origen en las cepas vacunales, como las variedades Mass, Conn y Ark [4]. Otra cuestión a tener en cuenta es que, si los animales se infectan, la enfermedad tiene un efecto inmunosupresor que reduce la eficacia de futuras vacunaciones.
Enfermedad de Marek
La enfermedad de Marek es una enfermedad neoplásica causada por un virus linfotrópico, que da lugar a la formación de linfomas de células T [5]. En aves afectadas suelen observarse tumores en órganos y piel y la afectación de nervios, sobre todo periféricos, iris y piel por la infiltración de linfocitos y el desarrollo de tumores.
El cuadro clínico puede ser nervioso, con parálisis flácida unilateral de las patas o las alas, ataxia y afectación del nervio ciático; visceral, con presencia de tumores en diferentes órganos, en particular hígado y bazo, que dan lugar a diarrea y una mortalidad por goteo; y de cuello flácido, causado por la parálisis flácida de esta región asociada a cepas más virulentas del virus. En las necropsias, además de las lesiones descritas en los puntos anteriores, se observa atrofia de los órganos linfoides (timo y bolsa de Fabricio).

La vacunación suele utilizarse como herramienta de prevención, ya que causa grandes consecuencias económicas en las granjas afectadas. Hay que tener en cuenta el patotipo y serotipo presente en la granja para la correcta elección de la vacuna a utilizar. Además, la vacuna previene que las aves se pongan enfermas, pero no que se infecten y transmitan el virus [5], por lo que es fácil que este se recombine con la cepa vacunal [7].
Enfermedad de Newcastle
La enfermedad de Newcastle es una infección viral que cursa, habitualmente, con signos respiratorios agudos, cuya severidad varía en función de la variedad de Newcastle presente en la granja (lentogénica, mesogénica o velogénica) [8], así como la mortalidad, que puede ir desde el 10% al 80%.
Los signos respiratorios incluyen tos, jadeo y descarga nasal. Otros signos observables son depresión, diarrea acuosa y signos neurológicos [8] derivados de la afectación del sistema nervioso central, que van desde temblores y espasmos hasta parálisis flácidade las extremidades, tortícolis (cuello torcido) e hinchazón del cuello y la cabeza.
En las necropsias, también pueden observarse congestión y exudados mucosos en el tracto respiratorio, petequias y hemorragias en las membranas serosas del sistema digestivo y placas de Peyer, esplenomegalia y lesiones en el bazo, además de edema alrededor del timo y la bursa de Fabricio.
Los brotes por cepas altamente patógenas de esta enfermedad en los Estados Unidos no son frecuentes y suelen relacionarse con la importación de aves desde México. Para la prevención, la USDA recomienda aplicar severas medidas de bioseguridad, incluyendo la implementación de planes vacunales, pero hay que tener en cuenta que este virus tiene un marcado carácter inmunosupresor.

Enfermedad de Gumboro
También llamada enfermedad infecciosa de la bolsa o bursitis infecciosa suele afectar a las aves de entre 3 a 6 semanas de vida. Causa inmunosupresión en las aves debido a que su célula diana son los linfocitos B maduros en la bursa de Fabricio.
En su forma aguda o clásica, las aves suelen padecer depresión, diarrea blanquecina, anorexia, plumas erizadas y letargia. En algunos casos también muerte súbita. Las aves infectadas antes de la semana 3 de vida presentan la forma subclínica, con retraso del crecimiento asociado a otras enfermedades.
La lesión más característica es el incremento del tamaño bursa de Fabricio, que se encuentra hiperémica y presenta estriaciones longitudinales. Su color cambia de blanco a cremoso. Con el paso de los días, la bursa se atrofia y pasa a ser más pequeña de lo normal, edematosa y de color grisáceo. Otras lesiones que pueden observarse son hemorragias en músculos (muslos, pectorales), mucosidad en intestino y nefritis o nefrosis.

La mayoría de los planes vacunales para pollo de engorde en EE. UU. incluyen la vacunación frente la enfermedad de Marek. Es importante que, para la prevención de esta enfermedad, se tenga en cuenta que las variantes predominantes en el país causan una atrofia rápida de la bursa de Fabricio, que son diferentes a las cepas clásicas y pueden precisar vacunas específicas para su control.
ESTRATEGIAS NATURALES PARA LA PREVENCIÓN
Las estrategias para la prevención deben ir dirigidas a la mejora de la eficacia vacunal y a la minimización del efecto inmunosupresor que tienen estas enfermedades víricas en pollos. En este sentido, los pronutrientes inmunoestimulantes pueden ser de gran utilidad.
Los pronutrientes son moléculas de origen botánico que estimulan la actividad fisiológica de las células. Actúan como un estímulo que activa y potencia la actividad de determinados genes de la célula diana relacionados con funciones específicas de éstas. Los pronutrientes de la clase inmunoestimulante actúan sobre las células del sistema inmune del ave, de manera que las activan hasta niveles fisiológicos, lo que permite mantener las defensas del animal en un estado óptimo.
Su administración en el alimento o en el agua de bebida en pequeñas dosis ha demostrado ser capaz de activar, hasta niveles fisiológicos, el sistema inmune innato y adaptativo, de manera que las aves están preparadas para hacer frente a cualquier agente infeccioso. También son capaces de mejorar la respuesta a la vacunación con el objetivo de obtener una protección mayor frente enfermedades específicas, como es el caso de la vacunación frente Gumboro, Newcastle o la bronquitis infecciosa aviar.
El gráfico inferior muestra los resultados obtenidos en pollos de engorde vacunados frente la enfermedad de Newcastle los días 10 y 23 (La Sota). Las aves (131.480 pollos) del grupo control no recibieron ningún inmunoestimulante, mientras que las aves del lote con pronutrientes inmunoestimulantes (56.200 pollos) recibieron el suplemento líquido a 1 ml/l desde el día 1 al 10 y a 0,5 ml/l desde el día 11 al 20.
Los títulos de anticuerpos frente Newcastle al día 38 se incrementaron en un 36,2% en el lote con pronutrientes, lo que implica una mejora de la eficacia de la vacunación y, en definitiva, mayor protección frente esta enfermedad. La administración de pronutrientes también obtuvo una mejora en la tasa de mortalidad, que se redujo en un 15%.
CONCLUSIONES
La bronquitis infecciosa y las enfermedades de Marek, Newcastle y Gumboro son las enfermedades víricas en pollos, de mayor importancia en las granjas de pollos de engorde en los EE. UU. Su impacto económico deriva de sus consecuencias sobre la producción, morbilidad y mortalidad, así como de su efecto inmunosupresor, que hace que los animales sean más propensos a sufrir otras infecciones.
El mecanismo de prevención más extendido es la vacunación, aunque, debido a la gran variedad de los virus causantes de estas patologías y las dificultades técnicas de producción y administración de las vacunas, a veces no dan resultados óptimos.
Es por ello que se recomienda el uso de pronutrientes inmunoestimulantes junto con la vacunación, ya que estas moléculas naturales mejoran la producción de anticuerpos para obtener una mayor protección frente enfermedades específicas. Su administración también permite prevenir los efectos inmunosupresores de estas enfermedades y mitigar, así, sus consecuencias.
BIBLIOGRAFÍA
[1] S. Ramakrishnan and D. Kappala, “Avian infectious bronchitis virus,” Recent Adv. Anim. Virol., vol. 19, no. 2, pp. 301–319, 2019.
[2] J. Borrell, “Claves diagnósticas en patología aviar infecciosa y parasitaria,” Veterinaria Digital. Artículos., 2016. [Online]. Available: https://www.veterinariadigital.com/articulos/claves-diagnosticos-en-patologia-aviar-infecciosa-y-parasitaria/.
[3]Veterinaria Digital, “Atlas de Patología de Veterinaria Digital,” Atlas de Paotología, 2018. [Online]. Available: https://www.veterinariadigital.com/blogs/atlas-de-patologia/.
[4] S. Y. Lin and H. W. Chen, “Infectious bronchitis virus variants: Molecular analysis and pathogenicity investigation,” Int. J. Mol. Sci., vol. 18, no. 10, 2017.
[5] O. Article, “Marek ’ s disease vaccine activates chicken macrophages,” vol. 19, no. 3, pp. 375–383, 2018.
[6]R. Halouzka, “[Foto] Marek’s disease, cutaneous form, broiler (chicken),” Wikipedia – Marek’s disease, 2010. [Online]. Available: https://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Marek#/media/Archivo:Marek’s_disease,_cutaneous,_broiler.jpg.
[7]S. A. (USDA), “Improving disease control in poultry,” Mroning AgClips, 2019.
[8]M. B. Bello, K. Yusoff, A. Ideris, M. Hair-Bejo, B. P. H. Peeters, and A. R. Omar, “Diagnostic and Vaccination Approaches for Newcastle Disease Virus in Poultry: The Current and Emerging Perspectives,” Biomed Res. Int., vol. 2018, 2018.
MV. Júlia Pié Orpí
Veterinaria Soporte técnico a la zona de Latinoamérica de Biovet S.A. Laboratorios Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) en matadero de aves
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