Coccidiosis aviar
La coccidiosis aviar es una enfermedad parasitaria de importancia mundial en avicultura por sus efectos negativos en la producción y el desarrollo de las aves.

Foto*: Coccidiosis aviar por Eimeria necatrix
- 1 ¿Qué es la coccidiosis aviar?
- 2 ¿Cuál es la importancia económica de la coccidiosis aviar?
- 3 Etiología
- 4 Ciclo biológico y transmisión de la coccidiosis aviar
- 5 Factores de riesgo
- 6 Signos clínicos y lesiones propios de la coccidiosis aviar
- 7 Diagnóstico de la coccidiosis aviar
- 8 Tratamiento y prevención de la coccidiosis aviar
¿Qué es la coccidiosis aviar?
La coccidiosis aviar es una enfermedad parasitaria de importancia mundial en avicultura por sus efectos negativos en la producción y el desarrollo de las aves. El nombre de esta enfermedad se usa como término general para describir los signos clínicos y las lesiones causadas en las aves por protozoos del género Eimeria.
Estos parásitos causan daño tisular en el intestino, alterando la absorción de nutrientes y produciendo diarrea de diferentes grados y descenso de las producciones.
¿Cuál es la importancia económica de la coccidiosis aviar?
La coccidiosis clínica es una de las principales causas de retraso en el crecimiento, mala conversión alimenticia y alta mortalidad en la cría intensiva de broilers, la recría de pollitas en suelo y en reproductoras. Además, las infecciones subclínicas colaboran aumentando el impacto económico de la enfermedad.
Etiología
Eimeria spp. es un protozoo intracelular obligado que se replica en el epitelio intestinal del hospedador y produce diferentes grados de enteritis dependiendo de la especie.
Este parásito es específico del hospedador y existen siete especies de Eimeria que pueden afectar a pollos y gallinas (Gallus domesticus). Para clasificarlas, se utilizan diferentes parámetros como: la duración de su ciclo biológico, la morfología del ooquiste y sus formas intracelulares, el número de células parasitadas y la localización y tipos de lesiones que causan.
Dentro de estas siete especies, encontramos a E. acervulina, E. maxima, E. necatrix, E. brunetti, E. mitis, E. praecox en el intestino delgado, mientras que E. tenella es de localización cecal.
Foto:*Coccidiosis cecal aviar por Eimeria tenella
Ciclo biológico y transmisión de la coccidiosis aviar
La transmisión se realiza mayoritariamente vía feco-oral, al ingerir ooquistes esporulados (la forma infectiva del parásito) presentes en la cama, procedentes de heces de otros animales enfermos. También es posible la transmisión mecánica a través de polvo, utensilios y ropas de los trabajadores de la granja o animales como moscas o larvas del escarabajo Alphitobius spp.
Gracias al proceso de digestión del ave, se liberan del interior del ooquiste los esporozoítos, que penetran en las células intestinales y realizan diversos ciclos de reproducción asexuales y sexuales, destruyendo así el epitelio intestinal y produciendo un gran número de nuevos ooquistes que serán eliminados con las heces. Este es un ciclo rápido, que dura de 4 a 7 días dependiendo de la especie de Eimeria.
Una vez en el exterior, el ooquiste tiene variados mecanismos que aseguran su supervivencia durante largo tiempo y bajo condiciones ambientales adversas. Para que éstos sean infectivos de nuevo, o sea, que estén esporulados, deben darse las condiciones de adecuadas de oxigenación, temperatura y humedad en el ambiente. La cama mojada y el calor en las instalaciones productivas favorecen la esporulación y, por tanto, los brotes de coccidiosis.
Factores de riesgo
El poder patógeno de cada especie y el curso de la enfermedad están determinados por varios factores:
- Factores dependientes del hospedador: Edad, estado nutricional e inmunitario del animal y presencia de infecciones concomitantes inmunosupresoras o que afecten el intestino. Los animales sin inmunidad previa, ya sea por su edad o por tratamientos previos con anticoccidiales, son más susceptibles de padecer la enfermedad.
- Factores dependientes del parásito: Número de ooquistes ingeridos y especie implicada. La profundidad que alcanza en la mucosa intestinal y número de esquizogonias que realiza dependen de la especie de Eimeria. Por ello, tenella es la especie más patógena, seguida por E. necatrix y E. maxima.
- Factores externos: Mala ventilación, humedad de la cama, y estrés ambiental o de manejo, que disminuye la ingesta del animal, como por ejemplo situaciones de hacinamiento, estrés térmico o problemas locomotores.
Signos clínicos y lesiones propios de la coccidiosis aviar
La presentación varía desde una enfermedad aguda con alta mortalidad y grandes pérdidas económicas, hasta un proceso subclínico que sólo disminuye la productividad y que es difícil de diagnosticar.
La destrucción del epitelio intestinal provoca la sintomatología y la alteración en la absorción de nutrientes, que determinan la pérdida de peso, el descenso de la puesta y las posibles alteraciones en la calidad de la carne y los huevos.
El cuadro clínico general incluye plumas erizadas, somnolencia, heces mucosas o sanguinolentas que manchan la zona de la cloaca, deshidratación y posible anemia.
A continuación, se describe la sintomatología y las lesiones más graves de coccidiosis aviar, causadas por cinco de las siete especies de Eimeria mencionadas anteriormente:
- E. acervulina se relaciona con duodenitis catarral, con lesiones puntiformes en la mucosa que pueden fusionarse como líneas transversales blancas.
- E. brunetti y E. maxima causan diarrea sanguinolenta, que puede progresar a hemorrágica, por lo que en la necropsia se observa ileítis catarral o yeyunitis catarral, respectivamente, con posible evolución a hemorrágica.
- E. necatrix y E. tenella son las que cursan con mayor mortalidad. La primera, origina una yeyunitis hemorrágica con petequias o hemorragias visibles en la mucosa. La segunda, desarrolla una tiflitis hemorrágica, con los ciegos visiblemente dilatados, pudiendo contener hemorragias o coágulos de sangre. Estos últimos se solidifican en animales que superan el período clínico de la enfermedad y se denominan moldes cecales.
Cabe mencionar que la mayoría de los brotes clínicos están causados por infecciones mixtas de varias especies, por lo que es habitual encontrar lesiones en diferentes tramos del intestino. Las especies que parasitan la misma región intestinal compiten por la localización y no aumentan su patogenicidad al combinarse. En cambio, especies que parasitan diferentes zonas del intestino, sí potencian su efecto patógeno cuando se combinan.
Foto:*Infestación mixta Eimeria acervulina y Eimeria máxima
Diagnóstico de la coccidiosis aviar
El diagnóstico de esta enfermedad se realiza a partir de la evaluación del cuadro clínico, con el posterior estudio anatomopatológico e histológico, y el consiguiente análisis laboratorial, a partir de muestras fecales o raspados intestinales, que se someten a pruebas de flotación para poder evaluarlas con microscopía. Es recomendable también el estudio de muestras de cama para el recuento de ooquistes.
Para identificar especies individuales, pueden usarse sondas de RNA y DNA, técnicas de DNA recombinante o PCR.
Diagnóstico diferencial
La aparición de heces sanguinolentas se relaciona habitualmente con un brote de coccidiosis o de enteritis necrótica, que normalmente pueden diferenciarse gracias al examen macroscópico de las lesiones presentes en la necropsia de animales afectados. La enteritis que aparece en el en el intestino delgado suele ser de carácter hemorrágico en las infecciones por Eimeria spp., y de tipo fibrino-necrótico en las infecciones por Clostridium perfringens.
Tratamiento y prevención de la coccidiosis aviar
Una de las estrategias preventivas principales que permite cortar el ciclo de la infección es la práctica del sistema llamado “Todo dentro – todo fuera”. Este sistema se basa en el vaciado completo de la nave, que asegura una adecuada limpieza y desinfección para reducir la carga microbiana antes de introducir un nuevo lote de animales y, además, evita el contacto entre animales de distintas edades. En caso de que este sistema no pueda llevarse a cabo, se debe intentar alejar al máximo las aves viejas de las aves nuevas.
Otras medidas de manejo, para evitar la humedad de la cama durante la etapa productiva y así impedir la esporulación de posibles ooquistes presentes en ella, incluyen el mantenimiento del sistema de bebida, para evitar fugas de agua, y asegurar una buena ventilación, que impida condiciones de alta humedad y la condensación en el techo.
Estas medidas de bioseguridad y manejo mencionadas permiten reducir el riesgo de transmisión de la coccidiosis, pero siempre son necesarias medidas adicionales para poder controlar la enfermedad, como son el uso de coccidiostatos, vacunas, o productos naturales.
Coccidiostatos
Los coccidiostatos se emplean habitualmente mezclados en el pienso y se diferencian en dos categorías, anticoccidiales químicos e ionóforos. Estos productos actúan principalmente en las primeras fases del ciclo evolutivo y, por tanto, evitan la aparición de sintomatología de la enfermedad. Ambos requieren un período de retirada para evitar la presencia de residuos en carne o huevo y pueden ser usados como tratamiento ante un brote de coccidiosis.
Con el objetivo de evitar la aparición de resistencia a estos agentes, se han utilizado programas de rotación del tipo de producto dentro del mismo ciclo o entre ciclos de producción. Como estas estrategias no previenen en su totalidad la aparición de resistencias, sumado a la creciente presión para prohibir el uso de medicamentos en animales destinados al consumo humano, se han desarrollado alternativas como la vacunación o soluciones naturales, como los pronutrientes.
Estimulación de la inmunidad mediante vacunas vivas
El desarrollo de inmunidad frente a Eimeria spp. se produce por la estimulación inicial con bajas dosis de ooquistes y la reexposición a los ooquistes presentes en la cama. Debido a su precio, la vacunación está más extendida en reproductoras que en broilers. Este método preventivo tiene efectividad limitada, ya que las especies de Eimeria incluidas en la vacuna pueden no coincidir con las especies presentes en la granja, y al no existir inmunidad cruzada entre especies, la administración de la vacuna no siempre puede impedir el desarrollo de la enfermedad.
Estimulación de la inmunidad mediante productos naturales
Actualmente, existe un interés creciente en el uso de productos naturales, usados como complementos dietéticos, cuya función varía entre la estimulación de la inmunidad o el efecto antiinflamatorio y antioxidante.
El uso de antioxidantes de origen natural, como la vitamina E o plantas como el orégano, mejoran el estado general de animales enfermos por coccidiosis.
El uso de probióticos, como dietas enriquecidas con lactobacilli, mejoran la ecología microbiana intestinal, actuando como inmunomoduladores y estimulando la inmunidad humoral.
El uso de productos basados en pronutrientes con propiedades inmunoestimulantes locales mejora la productividad de los animales desafiados por coccidias. Los pronutrientes son moléculas activas derivadas de plantas, que inducen la acción de genes relacionados con la síntesis proteica, en este caso, la síntesis de interleucinas, por lo que estos productos promueven la actividad del sistema inmune local del intestino. Las fases del ciclo de la coccidia más sensibles a los pronutrientes son los esporozoítos, por lo que su eliminación se produce al inicio del ciclo del parásito, evitando así la aparición de sintomatología de la enfermedad. Como el producto no actúa directamente sobre el patógeno, sino que estimula la fisiología propia del animal, no crea resistencias y puede administrarse en programas continuos. Además, al ser de origen natural, no deja residuos en los productos y no requiere período de retirada.
Para terminar, es interesante mencionar que cuando no hay un control adecuado de la coccidiosis, las lesiones que produce son la puerta de entrada para otros procesos infecciosos, entre ellos, la enteritis necrótica, una enfermedad que va a tratarse en próximas publicaciones.
Bibliografía
- Del Cacho, E. (2013). Coccidiosis: La enfermedad, consecuencias y tratamiento. 50º Congreso Científico de Avicultura. Simposio WPSA-AECA (España).
- Long, P.L. & Reid W.M. (1982). A guide for the diagnosis of coccidiosis in chickens. Research Report 404. The University of Georgia College of Agriculture Experiment Stations (USA).
- Quiroz, R.E. & Dantán, E. (2015). Control of Avian Coccidiosis: Future and Present Natural Alternatives. Biomed Research International. DOI: 1155/2015/430610
- Shane S.M. (2005). Handbook on poultry diseases. 2nd American Soybean Association (Singapore).