Manejo de broilers en fase de inicio
El manejo de broilers a todos los niveles en esta fase se convierte en un aspecto crucial en la cría industrial de broilers...

La fase de inicio en el pollo de engorde es una etapa clave del ciclo productivo. Este periodo varía en cuanto a número de días dependiendo del sistema de manejo, pero de forma generalizada se consideran aproximadamente los primeros 14 días de vida de las aves. Es en esta fase donde se requiere que los pollitos alcancen un desarrollo orgánico e inmune adecuado que les permita alcanzar los objetivos de desempeño en las fases posteriores, y donde además se producen ciertas situaciones de estrés, como la recepción y algunas vacunaciones. Por tanto, el manejo de broilers a todos los niveles en esta fase se convierte en un aspecto crucial en la cría industrial de broilers.
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Preparación para un nuevo ciclo productivo:
Una vez finalizada la crianza previa, es necesario adecuar de nuevo las instalaciones para el siguiente ciclo productivo. Es necesario que todo esté en condiciones óptimas, ya que de ello dependerá que no haya problemas en la nueva crianza. En este punto se deben considerar los siguientes puntos como importantes dentro del manejo de broilers:
- Vaciado, limpieza y desinfección de la nave, de comederos y bebederos, y de todos los equipos. Es recomendable un vacío sanitario de varios días entre dos ciclos productivos.
- Realización de reparaciones. Es necesario que los sistemas de iluminación, ventilación y calefacción entre otros estén en perfectas condiciones.
- Limpieza de silos donde se almacenará el alimento del siguiente ciclo, así como de los depósitos y canalizaciones de agua, para evitar infecciones con este origen.
- Colocación de la nueva cama cualitativa y cuantitativamente adecuada.
- Puesta en marcha y comprobación de los equipos 24 horas antes de la llegada, y asegurar que el lecho tenga la temperatura adecuada en la recepción del pollito (34°C).
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La recepción de los pollitos
Desde que los pollitos eclosionan y hasta que son recibidos en la granja de engorde pueden pasar entre 24 y 36 horas y, durante este tiempo, se nutren del vitelo restante. En este periodo también tiene lugar el transporte desde la incubadora a la granja, lo cual es un factor de estrés. Por tanto, es fundamental una recepción del pollito con la mayor rapidez y cuidado posibles. Por un lado, para minimizar el estrés y la mortalidad inicial y, por otro lado, para que comiencen a alimentarse cuanto antes, ya que de ello dependerá el éxito de la crianza.
En el momento de la recepción es necesario realizar diferentes controles para garantizar un buen manejo de broilers:
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Control de las condiciones ambientales: temperatura e iluminación
Una vez recibidos en la granja donde tendrá lugar todo el ciclo productivo, es fundamental mantener unas condiciones ambientales idóneas que favorezcan el desarrollo inicial de los pollitos. Respecto a la temperatura, deberá mantenerse en un rango entre 33°C y 35°C, dependiendo de la edad de la reproductora y del peso medio de los pollitos a la recepción, donde 33°C corresponderán a pollitos de tamaño mayor o procedentes de las reproductoras de más edad, y 35°C al caso opuesto.
La iluminación en la recepción será de 24 horas ininterrumpida, con una intensidad y distribución homogéneas.
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Control del peso de los pollitos
Es muy importante hacer un control de los pesos iniciales, debiendo estar entre 40 y 42 g, siendo el mínimo aceptable de 36 g. Según las estadísticas realizadas durante los últimos años, un gramo menos de peso inicial se podría convertir en 50 gramos menos de carne final.
Simultáneamente, es necesario realizar un control de pesos de los vitelos haciendo necropsias de un número representativos de pollitos. El peso normal del mismo debe estar entre el 6-8% del peso corporal total. Si hay un porcentaje significativo de los pollitos con un porcentaje del peso de vitelo mayor a estos valores, quiere decir que el vitelo tiene alguna infección vertical procedente de las reproductoras, y será indicador de una mala calidad microbiológica de los pollitos.
En este caso, será necesario administrar algún microbicida en agua de bebida durante la primera semana de vida, que ayude a eliminar la infección del vitelo y facilite su reabsorción, y que los pollitos engorden con la mayor normalidad posible durante la primera semana. Además, habría que analizar las reproductoras para poner freno a la diseminación de esta infección.
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Distribución de las aves en la nave
Es importante que las aves se distribuyan de manera homogénea en la nave y evitar aglomeraciones y competición por zonas concretas. Para que permanezcan de esta manera, las condiciones de iluminación, temperatura y humedad deberán ser igualmente homogéneas.
A esta uniformidad en la distribución de las aves van a contribuir los comederos y bebederos, los cuales deberán estar dispuestos de manera homogénea y en cantidad proporcional a la densidad de aves, evitando la competencia por los mismos y, por tanto, las aglomeraciones en torno a ellos.
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El comienzo de la alimentación
Es fundamental garantizar el acceso inmediato y fácil de los pollitos al alimento y al agua, ya que el consumo de uno dependerá del consumo del otro. Es decir, un corte en el suministro de agua afectaría a la ingesta de pienso y viceversa. Por tanto, siempre se deberá garantizar la continuidad en los suministros, y los comederos y bebederos deberán contener alimento y agua desde unas horas previas a la recepción.
Los pollitos en la primera semana de vida deberán multiplicar su peso aproximadamente por cuatro veces y media y, para lograrlo, es fundamental que comiencen a alimentarse rápidamente. Además, un rápido inicio en la ingesta y un consumo elevado tienen un efecto positivo en la reabsorción del vitelo.
La ingesta se ve favorecida por un pienso de buena calidad con unas adecuadas características fisicoquímicas. Además, durante la recepción, y también los primeros días de vida, la ingesta se ve además favorecida por cierta actividad física. Ésta puede ser estimulada de manera forzosa por el personal de la granja, provocando que los pollitos se muevan, aunque siempre de una manera cuidadosa.
Para verificar la correcta alimentación en la recepción, se debe comprobar que a las 24 horas más del 90% de los pollitos tenga el buche lleno. Este es un punto importante del manejo de broilers en la fase de inicio.
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La alimentación en la fase de inicio
Los primeros días de la fase de inicio constituyen un periodo de aprendizaje de consumo de alimento y agua. Además, la temprana y correcta alimentación será fundamental, de manera directa para que su sistema digestivo se desarrolle rápida y completamente, e indirectamente para que se desarrolle una mejor inmunidad. En el caso del agua, inicialmente servirá para evitar la deshidratación que hayan podido sufrir las aves hasta su recepción en la granja y, posteriormente, para favorecer la digestibilidad del alimento.
Desde hace unos años, existe una aceptación global en los productores sobre el hecho de que el peso a los 7 días es crucial, ya que existe una correlación con el peso al sacrificio. En este sentido, un gramo menos de peso al séptimo día equivaldrá a 7 gramos menos al final de la sexta semana. Por lo tanto, es fundamental hacer controles rutinarios de peso para garantizar que se cumplan los objetivos productivos y poder corregir cualquier desviación de manera temprana.
En la fase de inicio, los niveles de proteína son los más altos y los de energía metabolizable los más bajos que se proporcionarán a lo largo del ciclo. Esto es debido a que las aves, al comienzo del ciclo, necesitarán niveles proteicos más elevados que ayuden al desarrollo de su estructura muscular, mientras que, al final del ciclo, la energía ha de ser mayor para un engorde rápido.
La fase de inicio puede estar dividida en fase pre-inicio y fase de inicio como tal, aunque dependerá del sistema de manejo. Si se utilizan fases separadas, el nivel de proteína será mayor en la fase de pre-inicio y se disminuirá progresivamente en la fase de inicio, y viceversa con los niveles de energía.
Además del perfil nutricional de la fórmula, ésta deberá incorporar mecanismos que ayuden en la prevención de las principales enfermedades avícolas, tales como la coccidiosis, los desequilibrios de la flora intestinal o las micotoxicosis, entre otras. Para ello, se recomienda el uso de moléculas naturales como los pronutrientes optimizadores intestinales, y los acondicionadores intestinales. En el caso de los primeros, refuerzan la inmunidad local del intestino, de manera que se previenen enfermedades protozoarias, como la coccidiosis.
Por otro lado, los pronutrientes acondicionadores intestinales incrementan la tasa de regeneración de la mucosa del intestino y mejoran su función de barrera defensiva, impidiendo que penetren microorganismos, pero favoreciendo que se absorban nutrientes.
Para el control de las micotoxicosis se han descrito diferentes estrategias, pero se ha demostrado que la adición del Silicoglycidol es de gran eficacia ya que previene las micotoxicosis provocadas por cualquier tipo de micotoxinas, ya que esta molécula se adhiere a ellas, evitando que produzcan daños a su paso por el organismo.
Es muy importante tener en cuenta que la calidad del alimento es fundamental, tanto desde un punto de vista organoléptico como nutricional. Esto influirá considerablemente en la ingesta y, para mantener la calidad, se recomienda la adición en la fórmula de conservantes que eviten el deterioro del alimento. En este sentido, aquellos basados en el anillo cimenol, un microbicida natural, han demostrado ser eficaces, ya que eliminan patógenos del alimento, previniendo no sólo el deterioro de este, sino también posibles patologías digestivas que tienen como vía de entrada el pienso.
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Factores ambientales en la fase de inicio
Al igual que en el momento de la recepción, para un buen manejo de broilers, estos factores deben ser controlados a lo largo de toda la fase de inicio:
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La temperatura
La temperatura deberá ser controlada a lo largo de todo el ciclo, pero en la fase de inicio cobra especial importancia, ya que está relacionada con la ingesta y, en esta fase de desarrollo inicial, una interrupción de la misma puede traer consecuencias de desempeño muy negativas que se reflejarían al final del ciclo.
Es necesario mantener la temperatura dentro de los límites de confort del animal, ya que, si son superiores al umbral de tolerancia, los animales dejarán de comer para evitar la sobreproducción de calor y, si son inferiores, se alimentarán más, pero la energía no irá derivada al engorde si no a la producción de calor. En ambos casos, se conduce a peores desempeños productivos.
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La iluminación
Es también un factor muy importante que se debe mantener controlado. Lo más habitual es que durante los primeros días las aves tengan luz casi de manera ininterrumpida. De esta manera, se parte con fotoperiodos de 24 horas de iluminación continua en la recepción de los pollitos, lo que estimula la ingesta de alimento y agua y, consecuentemente, se garantiza un buen arranque junto con un buen desarrollo de los sistemas digestivo e inmunitario. Al segundo día, se incrementa una hora de oscuridad diaria para que las aves comiencen a familiarizarse con la fase de oscuridad del fotoperiodo.
Entre los días 5 y 7, cuando los pollitos logran cuadriplicar el peso al nacimiento, se incrementan las horas de oscuridad hasta unas 6 horas, y se continúan incrementando progresivamente durante toda la fase de inicio, aunque dependerá del sistema de manejo. este incremento perdura hasta aproximadamente la tercera semana, cuando se vuelven a incrementar paulatinamente las horas de luz para promover el crecimiento en las fases finales.
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La ventilación
Es necesario mantener una ventilación adecuada para controlar los gases contaminantes o irritantes, así como la humedad, el aporte de oxígeno y reducción de la temperatura cuando sea necesario.
Los gases irritantes pueden causar estrés e inmunosupresión y, en la fase de inicio, las aves son especialmente susceptibles a éstos debido a que los órganos y la inmunidad aún están en fase de desarrollo, y puede incrementar la predisposición a ciertas enfermedades, especialmente respiratorias.
Respecto a la humedad relativa, hay que ir disminuyéndola a medida que avanzan los días, para evitar problemas de transmisión respiratoria a medida que va incrementando la densidad y, por otro lado, para evitar el deterioro de la cama y los problemas de pododermatitis.
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Prevención de enfermedades
Durante la fase de inicio, los broilers son susceptibles a padecer diversas patologías, algunas de las cuales pueden prevenirse con la adición de los aditivos ya descritos en el apartado de alimentación en la fase de inicio.
Para otras patologías, generalmente aquellas de origen vírico, se recurre a la vacunación. En estafase de inicio, generalmente hacia el final de la misma, se recurre a la vacunación para Gumboro, y en los casos donde no se haya vacunado al día 1, también se procede a la vacunación para la enfermedad de Newcastle y la bronquitis infecciosa.
Si bien, es recomendable adicionar pronutrientes inmunoestimulantes unos días antes y después de la vacunación con el fin de incrementar el título de anticuerpos y, consecuentemente, el porcentaje de animales protegidos frente a estas enfermedades.
Dependiendo de la zona y de la prevalencia, se puede valorar vacunar en esta fase para laringotraqueítis o adenovirus.
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Conclusiones
La fase de inicio en la cría industrial de broilers es una etapa clave para obtener un buen desempeño al final del ciclo productivo. En ella hay puntos críticos como la recepción de los pollitos, y la estimulación de una correcta y temprana ingesta de alimento y agua.
El manejo de los broilers y los controles rutinarios serán fundamentales para garantizar la progresión adecuada de esta fase, así como para aplicar correcciones rápidas que eviten desvíos en el desempeño. En la fase de inicio, todos los factores tienen la misma importancia y, por tanto, requieren de un manejo cuidadoso que garantice el control y equilibrio de los mismos.
De esta manera, se culminará una fase inicial exitosa que sirva de pilar para las posteriores etapas de engorde y terminación.