Enteritis necrótica aviar
¿Qué es la enteritis necrótica? ¿Cuál es su importancia económica? ¿Cómo se transmite? ¿Qué sígnos o lesiones tiene? ¿Cómo se previene?

La enteritis necrótica es una enfermedad de importancia mundial en avicultura por sus efectos negativos en la producción y el desarrollo de las aves.
Se trata de una enterotoxemia aguda producida por Clostridium perfringens, caracterizada por la necrosis severa de la mucosa intestinal, que altera la absorción de nutrientes, afecta a la producción y puede causar la muerte.
Importancia económica de la enteritis necrótica aviar
La enteritis necrótica es una de las enfermedades avícolas más comunes y que más problemas económicos causa a nivel mundial. La prohibición de los antibióticos promotores del crecimiento ha hecho reemerger la enfermedad.
La pérdida económica que supone se estima en unos 6 mil millones de dólares al año, debido a la mortalidad que puede causar su presentación clínica, y sobre todo por el descenso en el rendimiento que supone la forma subclínica de la enfermedad.
Etiología
Esta enfermedad se relaciona con las toxinas producidas por Clostridium perfringens tipo A y C. Clostridium perfringens es una bacteria gram positiva y anaeróbica obligada, que forma parte de la microbiota intestinal. La aparición de la enfermedad se relaciona con una proliferación excesiva de la bacteria.
Afecta normalmente a pollos de entre 2 y 5 semanas de edad, aunque también puede afectar a gallinas en inicio o pico de puesta.
Ciclo biológico y transmisión de la enteritis necrótica aviar
Clostridium perfringens es una bacteria ubicuitaria. La transmisión se realiza mayoritariamente vía feco-oral, al ingerir la bacteria presente en el alimento, agua o suelo. Por ello, es de vital importancia llevar a cabo un control microbiológico del alimento y del agua para detectar la presencia de la bacteria.

Factores de riesgo
La patogénesis de la enteritis necrótica aviar no está claramente definida, aunque existen diferentes factores predisponentes que colaboran en su aparición. Clostridium perfringens puede encontrarse en animales sanos en bajas cantidades (<105 UFC/g) en el contenido intestinal.
La habilidad de la bacteria para causar enfermedad depende de diversos factores predisponentes que crean un ambiente favorable para su proliferación, adherencia y producción de toxinas. Se han identificado como tal la nutrición, el estado inmunitario, u otras patologías intestinales.
Nutrición
La microbiota intestinal es muy susceptible a la composición de la dieta. Diferentes componentes de la dieta han sido identificados como predisponentes al crecimiento de la bacteria, entre los cuales el tipo de cereal y la cantidad y calidad de la proteína utilizados.
La adición de altos niveles de trigo, cebada, centeno o avena, que tienen un alto nivel en fibra no digerible, aumentan la viscosidad de la ingesta y disminuyen su digestibilidad. A su vez, son sustrato utilizable por la microflora y pueden variar el equilibrio y los tipos de microorganismos mayoritarios. Además, el aumento de la viscosidad también se asocia al aumento de la producción de moco, creando un ambiente favorable para el crecimiento de Clostridium frente a otras especies.
La inclusión de altos niveles de proteína en el pienso, especialmente el uso de proteína de origen animal, como las harinas de pescado, también participan en la aparición de la enteritis necrótica. Esta proteína no es digerida en su totalidad y puede ser utilizada como sustrato por la microbiota intestinal. Además, su fermentación genera amoniaco como subproducto, disminuyendo el pH intestinal y favoreciendo la proliferación de bacterias patógenas como Clostridium.
Inmunidad
Las situaciones de inmunosupresión también predisponen a los animales a sufrir enteritis necrótica, ya que pueden alterar el ambiente intestinal y su población bacteriana. La inmunosupresión puede deberse a distintas causas, entre ellas la presencia de enfermedades inmunosupresoras, como son la enfermedad de Marek, la enfermedad de Gumboro, la enfermedad de Newcastle o la bronquitis infecciosa aviar.
Otro factor causante de inmunosupresión es el estrés, que puede deberse a temperaturas inadecuadas (estrés térmico), cambios bruscos en la alimentación, una alta densidad de cría, a la vacunación, entre otros.
Patologías intestinales
Cualquier patología que afecte a la integridad del epitelio intestinal, disminuye la absorción de nutrientes y aumenta la permeabilidad de la barrera intestinal y, por lo tanto, facilita el desarrollo de la enteritis necrótica. La presencia de alimento sin absorber y de proteínas plasmáticas como resultado de las lesiones intestinales son el sustrato ideal para la proliferación de Clostridium perfringens.
La interacción entre la coccidiosis y la enteritis necrótica es la mejor estudiada. Habitualmente, la coccidiosis concurrente (especialmente Eimeria maxima) se asocia con brotes en broilers comerciales. El daño intestinal producido por Eimeria, que además estimula la producción de moco en el intestino, favorece la proliferación de la bacteria.
Las micotoxicosis son otro ejemplo de enfermedad que altera el epitelio intestinal y promueve la proliferación y producción de micotoxinas por parte de Clostridium perfringens.
Signos clínicos y lesiones de la enteritis necrótica
La presentación varía desde una enfermedad aguda con alta mortalidad y grandes pérdidas económicas, hasta un proceso subclínico en el que sólo disminuye la productividad y que es difícil de diagnosticar. Pueden observarse animales deprimidos, con las plumas erizadas, deshidratados y con diarrea. La enfermedad permanece en la granja durante 5-10 días, y la mortalidad varía generalmente entre el 2 y el 10%, pero puede llegar al 50% en brotes severos.
Las lesiones suelen aparecer en el intestino delgado (yeyuno e íleo), que aparece distendido y muestra focos necróticos de pequeño tamaño, observables desde el exterior y desde el lumen. El hígado también puede verse afectado a causa de las toxinas producidas por la bacteria.
Diagnóstico de la enteritis necrótica aviar
El diagnóstico presuntivo se basa en:
- La observación de las lesiones macroscópicas, que son redondas, de unos 2-3 mm de diámetro, y en las que se observa pérdida de tejido intestinal (son cóncavas)
- La tinción gram del raspado de la mucosa intestinal, donde se visualizan bacilos grampositivos.
El cultivo anaeróbico del contenido intestinal permite orientar la confirmación del diagnóstico. Debe destacarse que el hallazgo de una zona doble de hemólisis en el cultivo no siempre es determinante, ya que no todas las cepas producen las dos toxinas responsables de la hemólisis. Por ello, es importante cultivar las bacterias en un medio diferencial específicamente diseñado para el aislamiento de Clostridium perfringens.
El estudio histológico de los animales enfermos muestra necrosis coagulativa de la mucosa intestinal y masas de bacilos en la debris fibrinonecrótica.
Diagnóstico diferencial
Coccidiosis: la aparición de heces sanguinolentas se relaciona habitualmente con un brote de coccidiosis o de enteritis necrótica, que normalmente pueden diferenciarse gracias al examen macroscópico de las lesiones observadas durante la necropsia de animales afectados.
La enteritis que aparece en el intestino delgado suele ser de carácter hemorrágico en las infecciones por Eimeria spp., y de tipo fibrino-necrótico en las infecciones por Clostridium perfringens, por lo que raras veces la coccidiosis produce lesiones tan agudas y severas como la enteritis necrótica. No obstante, es posible que se presenten ambas enfermedades de forma concomitante.
Micotoxicosis: otra causa de lesiones en la superficie mucosa es la presencia de tricotecenos (micotoxinas) en el alimento. Estas lesiones son extensas en la superficie mucosa, contrariamente a las de la enteritis necrótica que son redondas y bien delimitadas.
Tratamiento y prevención de la enteritis necrótica en aves
El tratamiento antibiótico ante la aparición de la enteritis necrótica incluye el uso de bacitracina, penicilina o lincomicina, normalmente en el agua de bebida.
Cabe destacar que los animales muertos o moribundos deben retirarse rápidamente, porque pueden ser fuente de infección a causa del canibalismo.
Prevenciones
Es conveniente señalar que debe trabajarse en la prevención de la enteritis necrótica para evitar su aparición y el posterior tratamiento antibiótico. Para reducir la incidencia de la enfermedad, un primer paso es actuar contra sus factores predisponentes, citados anteriormente:
- Reducir la inclusión de los ingredientes que participen en el desarrollo de Clostridium perfringens, como las harinas de pescado, el trigo, la cebada, el centeno o la avena. En caso de que no exista otra opción, y deban incluirse en la formulación estos productos en mayores cantidades, el uso de enzimas de polisacáridos no amiláceos y de proteína de alta calidad reduce el riesgo de aparición de la enfermedad.
- Prevenir la acción de las micotoxinas presentes en el pienso, mediante el uso de captadores de micotoxinas.
- Prevenir las parasitosis digestivas, como la coccidiosis.
Además, es adecuado colaborar en mantener una flora intestinal sana y equilibrada. Habitualmente, para paliar los efectos del cambio en el ambiente intestinal, se han utilizado antibióticos promotores del crecimiento como la bacitracina o la viriginiamicina. La aparición de restricciones legales ante este tipo de productos y la creciente demanda de la sociedad en alternativas a su uso, ha favorecido el estudio de distintos productos. Entre ellos, probióticos y prebióticos para favorecer la exclusión competitiva de Cl. perfringens, o el uso de compuestos derivados de plantas.
compuestos
Los compuestos de origen botánico basados en anillo cimenol han mostrado en diferentes ensayos, como el que aparece a continuación, su acción antimicrobiana gracias a su habilidad para desintegrar la membrana celular bacteriana y penetrar en su interior, liberando el contenido bacteriano al medio y causando así la muerte de la bacteria.
Conclusiones
La enteritis necrótica es una enfermedad importante en la industria avícola por las pérdidas económicas que supone.
Las nuevas regulaciones y demandas del consumidor en la reducción del uso de antibióticos promotores del crecimiento han supuesto un aumento en la aparición de la enfermedad, y la lucha actual se basa en conocer y actuar frente a sus factores predisponentes.
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