Antibióticos en la producción animal, perspectivas de futuro y alternativas
El uso de antibióticos en producción animal es un polémico tema de discusión desde hace mucho tiempo. Se han generado continuamente muchos debates en cuanto al uso y prohibición de antibióticos en la producción animal, así como de las repercusiones y alternativas en cada caso.

El uso de antibióticos en producción animal es un polémico tema de discusión desde hace mucho tiempo. Se han generado continuamente muchos debates en cuanto al uso y prohibición de antibióticos en la producción animal, así como de las repercusiones y alternativas en cada caso.
Un punto importante a lo largo de esta dilatada discusión fue la prohibición del uso de antibióticos promotores del crecimiento o APC en la Unión Europea unos años atrás. Aunque existe polémica en cuanto al motivo de su prohibición, esta decisión está basada en el peligro derivado de la utilización de estas sustancias por su capacidad de generar resistencias cruzadas con antibióticos usados en medicina humana. Y precisamente esta afirmación es la causante de la polémica.
Por un lado, los APC son beneficiosos para la producción animal. Tienen múltiples efectos y funciones en los organismos, que podrían resumirse en una reducción de la incidencia de enfermedades en los animales y un aumento en la mejora de la digestibilidad y aprovechamiento de alimentos y nutrientes, mejorándose simultáneamente los parámetros productivos. Por tanto, como consecuencia final, los costes de producción permiten que el precio sea razonable y favorece la accesibilidad de los alimentos a los consumidores.
Pero, por otro lado, la preocupante y creciente aparición de resistencias cruzadas ha generado el rechazo por parte de muchos sectores sociales y científicos a los APC. El proceso de generación de resistencias es inevitable que se produzca como consecuencia del uso continuado y a dosis bajas de los antibióticos, ya que se hace una selección de las bacterias resistentes a los mismos, con una posterior transmisión de los genes que provocan esas resistencias a otras bacterias, por lo que además la resistencia se establece de una forma rápida.
Todo esto ha hecho que se haya optado por la prohibición de estos antibióticos promotores de crecimiento en la Unión Europea, y se prevé que también la prohibición se vaya extendiendo por el resto de áreas geográficas.
Por un lado, se defiende la prohibición debido a una preocupación creciente por los aspectos relacionados con la salud humana con respecto a la aparición de las alarmantes resistencias bacterianas. Por otro lado, se defiende que los costes de producción y de producto final se incrementarán, y que la no utilización de APC originará una mayor incidencia de patologías que comenzarán a tener que tratarse de forma clínica en lugar de preventiva. Además, también existe la opinión de que no existen estudios fiables sobre la generación de dichas resistencias.
Indistintamente de la perspectiva, lo que es seguro es que la voluntad tanto política, como de muchos sectores de la población y de la comunidad científica, es mantener esa prohibición.
Y no parece que sea el fin de la discusión en cuanto al futuro de los antibióticos en la producción animal. El pasado día 7 de octubre de 2017, muchos medios se hicieron eco de una nueva petición de la OMS para que los animales para consumo humano no reciban antibióticos para estimular su crecimiento o para prevenir enfermedades. La OMS considera que la resistencia de las bacterias a los antibióticos es uno de los mayores desafíos sanitarios de la actualidad. Así, han citado que “la evidencia científica demuestra que el uso excesivo de antibióticos en animales puede contribuir al surgimiento de resistencia a los antibióticos” y que “los animales sanos solo deben recibir antibióticos para prevenir enfermedades que han sido diagnosticadas en otros animales de su mismo rebaño o en una población de peces” afirman.
Toda la sucesión de hechos pasados y presentes apuntan a medidas más restrictivas cada vez con respecto al uso de antibióticos. E inevitablemente aparece una interrogación con respecto a las alternativas a los antibióticos en producción animal, ya que es necesaria una solución que permita seguir manteniendo unos buenos niveles productivos y sanitarios en las explotaciones, y que garantice la rentabilidad.
En la actualidad, una alternativa es la utilización de aditivos alimentarios basados en sustancias de origen natural, pronutrientes, que estimulan la fisiología de los animales para que puedan hacer frente a infecciones e infestaciones, y a presiones productivas elevadas sin necesidad de uso de sustancias con efecto farmacológico. A este respecto, Biovet S.A. a través de la línea Alquernat opta por los pronutrientes como la alternativa eficaz frente al uso de antibióticos en producción animal. Los pronutrientes son una alternativa integrada, aceptada y distribuida por todo el mundo, ya que su eficacia está demostrada a través de múltiples ensayos en universidades y explotaciones animales alrededor del mundo, con muy buenos resultados sanitarios y productivos. Son por tanto una alternativa real que se puso en marcha con el objetivo de mejorar la eficiencia en la sanidad y en la producción animal y adelantarse a los problemas derivados del uso de sustancias con acción farmacológica, que tantos efectos colaterales negativos producen.