Principales retos en la producción de pato
Los patos se caracterizan por ser animales relativamente resistentes a las enfermedades y no existen planes de vacunación establecidos para la especie. Se consideran potenciales portadores de enfermedades infecciosas de otras aves y, por ello, las explotaciones suelen estar apartadas de otras explotaciones avícolas. Algunas enfermedades críticas en la producción de broiler, como la coccidiosis o la bronquitis infecciosa, no suelen ser tan relevantes a nivel económico en la producción de pato. Por ello, este artículo presenta los principales retos en la producción de pato.

Los patos se caracterizan por ser animales relativamente resistentes a las enfermedades y no existen planes de vacunación establecidos para la especie. Se consideran potenciales portadores de enfermedades infecciosas de otras aves y, por ello, las explotaciones suelen estar apartadas de otras explotaciones avícolas. Algunas enfermedades críticas en la producción de broiler, como la coccidiosis o la bronquitis infecciosa, no suelen ser tan relevantes a nivel económico en la producción de pato. Por ello, este artículo presenta los principales retos en la producción de pato. La importancia de estos retos se debe a que son enfermedades características de la especie y/o por su elevada incidencia:
Índice de Contenidos
-
¿Cómo afectan las toxinas a los patos?
Los patos son especialmente sensibles a las toxinas, y son comunes los casos de alta mortalidad relacionados con toxicosis. Entre las causas más frecuentes se incluyen la toxina botulínica, el plomo, el exceso de medicación con ciertos antibióticos y las micotoxinas.
Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por los hongos. Dependiendo del tiempo y la cantidad a la que se exponen los animales, los signos pueden ser agudos o crónicos. Las micotoxinas son uno de los principales retos en la producción de pato. La toxicidad de las micotoxinas en patos no ha sido tan estudiada como en broilers, a pesar de su alta sensibilidad a estas moléculas.
Los patos son especialmente sensibles a las aflatoxinas debido a que metabolizan esta molécula de forma distinta a otras especies (más bioactivación de la molécula y menor detoxificación y eliminación que en broilers). Además, la presencia de varias micotoxinas en el alimento, hecho muy frecuente, es especialmente peligrosa para esta especie. Los órganos internos, como el hígado o el sistema inmune, son los que más afectados se ven por la presencia de micotoxinas en el alimento de los patos.
Es necesario tener en cuenta los efectos perjudiciales de las toxinas en los patos para prevenir sus efectos. En el caso de las micotoxinas, es importante realizar un control de calidad del alimento y las materias primas, así como añadir un captador de micotoxinas en el alimento.
-
Problemas locomotores en los patos
Los patos son animales acuáticos cuya anatomía está adaptada a la propulsión en el agua más que a soportar su peso en tierra. Además, la cría enfocada al desarrollo muscular temprano no coincide con el desarrollo esquelético del animal.
Los problemas locomotores son uno de los principales retos en la producción de pato. Las cojeras, dislocaciones o huesos rotos, son comunes, debido a la cría de animales más pesados, y pueden condicionar su movilidad. El material y estado del suelo puede crear una superficie deslizante que incremente su incidencia.
Entre otros problemas frecuentes se encuentran también la discondroplasia tibial, las infecciones bacterianas en los corvejones, la tenosinovitis infecciosa y la artritis, también relacionadas con el peso del animal y el estado de la cama.
El crecimiento rápido del animal en la cría intensiva también puede originar otros problemas, como casos de ascitis. La ascitis aparece cuando existe una desproporción entre el crecimiento del animal y el crecimiento del corazón y los pulmones, que dificulta que estos órganos puedan suplir los requerimientos en oxígeno de las células de todo el cuerpo.
La enteritis viral del pato, también denominada peste de los patos, es una afección contagiosa y fatal causada por un herpesvirus. Puede afectar a animales de todas las edades, aunque suele afectar a patos de más de 5 semanas de vida, donde la presentación es más severa. Al ser una enfermedad especialmente severa en adultos, tiene una repercusión económica muy importante.
Se transmite oralmente entre animales infectados o a través del agua. La presentación de la enfermedad y la mortalidad varían en función de la edad del animal, el estado inmunitario y la virulencia del virus.
Los primeros signos observados suelen ser una mortalidad elevada y persistente en parvadas susceptibles. Si existe inmunidad parcial, las muertes son ocasionales y la presentación es crónica. En la presentación aguda pueden observase muertes súbitas, así como animales apáticos, fotofobia, secreción nasal, polidipsia y diarrea acuosa o sanguinolenta. Los animales jóvenes suele observarse deshidratación, pérdida de peso y una mortalidad menor. Aunque en para ponedoras, se observa una disminución considerable de la producción de huevos.
Los animales afectados presentan lesiones hemorrágicas y necrosis en órganos internos (como el corazón o el hígado) y en todo el tracto gastrointestinal del animal. Las lesiones hemorrágicas en el sistema digestivo pueden evolucionar y coalescer, cubriéndose la mucosa con una membrana diftérica. También afecta a los órganos linfoides, que muestran degeneración necrótica.
Las aves que sobreviven a la enfermedad pueden seguir siendo portadoras y actúan como reservorios del virus, excretándolo en las heces durante un largo periodo de tiempo, por lo que pueden contaminar la superficie de los huevos.
No existe tratamiento para esta enfermedad, por lo que la prevención es fundamental. La prevención se basa en unas correctas medidas de bioseguridad para que el ambiente sea libre de la enfermedad, y la inmunización de los lotes de reproductores y de engorde con vacuna viva atenuada administrada por vía intramuscular o subcutánea.
-
Infección por Riemerella anatipestifer
Riemerella anatipestifer es una bacteria que causa una infección con alta morbilidad y mortalidad en parvadas susceptibles. Tiene una presentación parecida a la causada por Pasteurella spp.
Puede afectar a patos de todas las edades, aunque es más frecuente en animales jóvenes y en explotaciones intensivas con animales de diferentes edades.
La transmisión de la enfermedad no está claramente definida, aunque se cree que los animales pueden infectarse por vía aerógena y a través de heridas en los pies de los animales, por lo que la falta de higiene en la explotación proporciona el ambiente ideal para la expansión de la enfermedad. La enfermedad puede ser endémica una vez aparece en la explotación.
Los animales sufren diarrea, descarga ocular y nasal, signos respiratorios como tos y estornudos, y signos nerviosos que incluyen incoordinación, temblores, parálisis o convulsiones. La enfermedad puede ser fatal. En lotes afectados, la mortalidad es variable (5-50%), aunque puede llegar al 75%.
Las lesiones más frecuentemente observadas incluyen presencia de inflamación con exudado fibrinoso en el pericardio, hígado y sacos aéreos. También puede aparecer neumonía, sinovitis purulenta, meningitis fibrinosa y salpingitis caseosa.
La prevención de la enfermedad se basa en mantener unos niveles altos de bioseguridad en la explotación, una correcta limpieza y desinfección entre lotes y la separación de animales de diferentes edades.
Además, se han desarrollado vacunas vivas y bacterinas para la inmunización tanto en aves reproductoras como en producción comercial. La vacunación tiene sus limitaciones, ya que esta bacteria tiene numerosos serotipos y no existe inmunidad cruzada entre ellos, aunque las vacunas y bacterinas suelen incluir los tres serotipos más comunes.
La hepatitis viral del pato (HVP) es una enfermedad viral altamente contagiosa de notificación obligatoria y de gran importancia económica.
La HVP está causada por tres genotipos del virus de la hepatitis A del pato (VHPA), un picornavirus. El más patógeno y diseminado es el VHPA de tipo I (VHPA-1), mientras que los genotipos VHPA-2 y VHPA-3 se han identificado posteriormente como agentes etiológicos de la enfermedad. Estos genotipos no se diferencian en cuadro clínico y lesiones, sólo es posible hacerlo mediante técnicas diagnósticas de laboratorio.
Los animales susceptibles son menores de 6 semanas, principalmente a patos jóvenes hasta los 30 días de edad. Cuanto más joven es el animal, más susceptible es a la enfermedad. Las aves adultas no manifiestan signos clínicos. El virus se disemina rápidamente de forma horizontal. La morbilidad puede llegar al 100%, y en pocos días toda la parvada puede verse afectada, causando una alta mortalidad del lote, hasta del 95%.
Se trata de una enfermedad con una presentación sobreaguda, ya que la muerte suele acontecer a las horas del inicio de los signos. Los signos clínicos incluyen letargia, ataxia o contracciones espasmódicas, seguidos de opistótonos y muerte.
Los animales presentan hepatomegalia, hemorragias y/o necrosis hepática. También puede observarse esplenomegalia y tumefacción renal.
La prevención de esta enfermedad se basa en la vacunación de los animales reproductores con vacuna viva atenuada para inducir inmunidad pasiva a la descendencia.
- Conclusiones
Los patos se caracterizan por ser animales relativamente resistentes a las enfermedades, aunque existen determinados retos a los que debe enfrentarse esta industria. Los principales retos en la producción de pato pueden ser causados por un mal manejo o por agentes patógenos.
Los problemas de manejo incluyen los problemas locomotores y la ascitis, por lo que es fundamental tener un buen control sobre el crecimiento de los animales, además de controlar el estado de la cama o superficie para reducir los riesgos tanto físicos como infecciosos.
Además, es básico controlar la calidad del alimento para evitar la presencia de agentes infecciosos y micotoxinas en el alimento, por su efecto directo en la productividad de los animales, así como por su efecto inmunosupresor, que puede favorecer la aparición de enfermedades secundarias. El uso de captadores de micotoxinas permite reducir el riesgo de exposición a las micotoxinas.
En relación a los problemas infecciosos, es esencial llevar a cabo un correcto plan de bioseguridad de la granja para impedir el contacto de animales silvestres con el lote, el alimento y el agua de bebida, así como realizar una correcta limpieza y desinfección de las instalaciones y evitar mezclar animales de diferentes edades en la explotación. En situaciones en las que el reto es elevado, se recomienda instaurar un plan de vacunación para la lucha contra la enfermedad.
El uso de productos inmunoestimulantes permite que los animales mantengan un buen estado inmunitario y consigan una mejor respuesta inmunitaria tras la vacunación y, por tanto, una mayor protección frente a la enfermedad.
Como resumen, el control de los principales retos en la producción de pato se basa en realizar unas buenas prácticas de manejo, la aplicación estricta del plan de bioseguridad y del plan vacunal, así como el uso de soluciones naturales, como los captadores de micotoxinas y los inmunoestimulantes.