Alimentación de las cerdas reproductoras hiperprolíficas
Actualización de los requerimietos nutritivos de las cerdas reproductoras actuales

Hoy en día el mejoramiento genético en cerdos ha traído como consecuencia un aumento de la prolificidad de las camadas; sin embargo, no se ha llevado a cabo una actualización de los requerimietos nutritivos de las cerdas reproductoras actuales, que son cerdas hiperprolíficas en su mayoría, a lo largo del ciclo, teniendo en cuenta, además, que se han seleccionado cerdas cada vez más magras y de rápido crecimiento, pero con una menor capacidad de ingesta voluntaria. Ello conlleva la necesidad de corregir, los efectos colaterales del aumento de la prolificidad en las actuales líneas genéticas de nuestras cerdas.
Todo ello está obligando a los veterinarios especialistas en nutrición a diseñar nuevas estrategias para alimentar a estas cerdas de gran potencial, ajustando sus necesidades en cada una de las fases del ciclo, logrando una mejora de la productividad (mayor número de lechones destetados por cerda y año) y un aumento de la vida reproductiva útil.
El nutriólogo debe conocer todas las características de la cerda en cuestión, así como, el régimen de manejo, condiciones ambientales, tipo de instalaciones, etc. para diseñar la dieta más adecuada.
Introducción de cerdas reproductoras hiperprolíficas en las explotaciones porcinas
La introducción de cerdas reproductoras hiperprolíficas en las explotaciones porcinas se ha traducido en un aumento del tamaño de la camada al nacimiento (una media de 14 lechones nacidos vivos) pero no tanto en un aumento del número de lechones destetados por cerda debido al repunte en la tasa de mortalidad, como consecuencia de un menor peso del lechón al nacimiento, una menor vitalidad y una mayor heterogeneidad de la camada.
Ello implica que en el manejo de las cerdas estamos ante nuevos retos que deben intentar buscar soluciones para mejorar la tasa de supervivencia de los lechones neonatos mediante el uso de diferentes cinéticas en el suministro de los nutrientes con respecto a la duración de la gestación, diferentes tipos de nutrientes o diferente relación entre los nutrientes; con el objetivo final de obtener la mayor calidad posible y con la menor variación posible de los pesos del lechón al destete.
Por lo general en granjas porcinas intensivas se suministra un único alimento a lo largo de toda la gestación, aunque cada vez cobra más fuerza la idea de proporcionar dos distintos tipos de alimento que difieren en su contenido en aminoácidos.
Protocolos de alimentación en cerdas reproductoras hiperprolíficas
Se recomienda que el cambio de un alimento a otro debería realizarse del día 84 al 90. Según el número de parto se deberían emplear diferentes protocolos de alimentación para ajustarse a las necesidades de las cerdas; por lo general se recomienda aumentar el nivel de ingestión de 2.25 kg/día en el primer parto a 2.55 kg/día en el segundo y a 2.73 kg/día en el tercero, reduciendo el contenido en lisina total del 0.73 al 0.52 y al 0.36 %, respectivamente.
En lo referente a las necesidades energéticas, se estima que el alimento debe contener 2,875 kcal de energía metabolizable/kg en el caso de una gestación estándar, pero para cerdas primerizas o en el último mes de gestación se aconseja proporcionar un alimento con 2,920 kcal de energía metabolizable/kg.
Con respecto a la proteína bruta, el NRC (2012) propone niveles en gestación de 1.32-0.91 % de nitrógeno total durante los primeros tres meses de gestación y de 1.75-1.32 % para el resto del tiempo, dependiendo del número de parto.
Cabe señalar que algunos aminoácidos funcionales, como la arginina, pueden colaborar en la mejora de la vascularización y el desarrollo placentario de las cerdas. Por otro lado, está demostrado que las dietas con alto contenido en fibra son benéficas para las cerdas gestantes, ya que reducen los problemas de estreñimiento, previenen estereotipias asociadas a la restricción del nivel de alimentación en gestación, favorecen un mayor consumo de alimento en lactación en condiciones de igualdad de consumo energético durante esta fase y fomentan una mayor producción de calostro; por ello se recomienda un contenido de fibra bruta de entre el 5.8 y 11 % y al menos un 17 % de fibra neutro-detergente.
Entre los minerales cabe destacar el Ca, el P, el Cl y el Na. Para cerdas gestantes se aconsejan valores de 0.81-1.05 % de Ca y ≥0.29 % de P digestible. Una deficiencia en estos minerales acarrea desmineralización del esqueleto, lo que repercute negativamente en el crecimiento de las cerdas, así como problemas de pezuñas y patas.
Alimentación de las cerdas en los diferentes periodos de gestación
En las cerdas reproductoras hiperprolíficas, durante el primer mes de gestación se debe aumentar la cantidad de pienso ya que se busca un correcto desarrollo de la placenta y recuperar la condición corporal perdida durante la pasada lactación. En el segundo y tercer mes de gestación se tiene que disminuir la proporción de alimento que hay que administrar porque sus requerimientos son mínimos y no interesa que engorden para no perjudicar su producción lechera.
En el último mes de gestación se debe volver a aumentar la cantidad de alimento suministrado a las cerdas gestantes ya que durante este periodo cada feto tiene que engordar aproximadamente la mitad de su peso al nacimiento.
Al introducir en las salas de maternidad a las cerdas gestantes se les suele proporcionar alimento de lactación. Es importante controlar la transición entre el alimento de gestación y el de lactación para garantizar un buen consumo durante la lactación y prevenir los problemas asociados al parto.
En la práctica se disminuye gradualmente el alimento de lactación los días previos al parto para evitar complicaciones durante el parto y minimizar el número de lechones nacidos muertos.
Durante la lactación, el consumo de alimento voluntario por parte de las cerdas no cubre sus necesidades de energía y nutrientes. Como resultado, la producción de leche se apoya en la movilización de las reservas corporales, con la consiguiente reducción de grasa subcutánea y proteína corporal de la cerda, especialmente importante en las cerdas reproductoras hiperprolíficas.
Para evitar este problema es necesario estimular el consumo de alimento al principio de la lactación que se puede lograr aumentando el número de raciones al día, mezclando el alimento con agua y controlando la temperatura de las salas de maternidad.
Tras el destete y hasta la siguiente inseminación es común alimentar a las cerdas con alimento de gestación. Hace unos años, en esta fase se observaron mejores resultados en la expresión del celo, cuando la fuente de energía es almidón frente a la grasa, en dietas isoenergéticas.
Pero después de más estudios se ha concluido que los suplementos con dextrosa y almidón (375 g/día de cada carbohidrato) son efectivos para estimular la secreción de insulina, pero no para estimular el desarrollo folicular o el posterior desarrollo y uniformidad de los fetos y placentas en cerdas de elevada prolificidad.
Suplementos nutricionales en la producción porcina
Otra práctica generalizada que se realiza en granjas de alta producción es la administración de 0.5-0.8 kg/día de un suplemento rico en harina de pescado enriquecido con vitaminas y minerales con el objetivo de realizar un fushing nutricional entre el destete y la cubrición. También se ha visto que tiene un efecto benéfico sobre el estado energético de la cerda la suplementación con carnitina y cromo.
Por último, es importante destacar la importancia de los ácidos grasos en el alimento; la mejor proporción entre ácidos grasos omega-6: omega-3 en la dieta de las cerdas hiperprolífcas se debería encontrar próxima a 5:1. Utilizar ácidos grasos omega-3 en gestación y en lactación a niveles de 0.5 % parece mejorar la vitalidad de los lechones.
Bibliografía:
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