Refuerzo de las funciones digestivas mediante la estimulación fisiológica de las células intestinales
Las condiciones de cría industrial, así como el potencial genético de las diferentes razas de los animales de producción, hacen que el tracto digestivo esté sometido a una presión productiva muy elevada...

Las condiciones de cría industrial, así como el potencial genético de las diferentes razas de los animales de producción, hacen que el tracto digestivo esté sometido a una presión productiva muy elevada. Esto conduce a una situación de estrés permanente del intestino, cuyas funciones se ven comprometidas sin poder alcanzar un adecuado potencial productivo. Las consecuencias son, inicialmente un bajo aprovechamiento de la dieta y, posteriormente, la aparición de patologías clínicas o subclínicas que conducen a un incremento de la mortalidad o gastos en tratamientos.
En el tracto digestivo, el intestino es el órgano más afectado por este estrés productivo, dado que en él se producen procesos digestivos de gran relevancia, incluyendo la digestión y absorción de nutrientes, y simultáneamente está expuesto a números factores capaces de alterar su integridad y funciones, como microorganismos, toxinas, etc. Una de las células más abundantes y de especial relevancia en el intestino, son los enterocitos, y éstos tienen funciones nutricionales y de defensa que, optimizadas, previenen la multiplicación de microrganismos y el paso de diferentes toxinas al organismo, y garantizan una adecuada nutrición. Por otro lado, a nivel intestinal existe una inmunidad local de gran relevancia, sobre todo en aves, que fortalece la defensa a este nivel frente a diversos desafíos, como las infestaciones por coccidios.
El papel de los pronutrientes en la expresión genética de las células intestinales
Existen diversas estrategias para promover un estado adecuado de la mucosa intestinal. Muchas de ellas pasan por reducir la carga microbiana y la presencia de micotoxinas, facilitar el acceso a fórmulas correctamente balanceadas, incluir algunos fármacos a niveles subterapéuticos para la prevención de patologías, entre otras. Sin embargo, es esencial poder explotar el potencial genético intrínseco de las células intestinales, para de esta manera potenciar las funciones defensivas y nutricionales de este órgano.
Esto se puede conseguir mediante la suplementación de diferentes dipos de pronutrientes en la dieta o en el agua de bebida. Los pronutrientes son moléculas bioactivas de origen natural, que tienen la capacidad, mediante un mecanismo de acción metagenético, de estimular genes específicos en las células diana. La estimulación de estos genes conduce a la síntesis de proteínas funcionales específicas, que mejoran el funcionamiento de los órganos. En el caso de los enterocitos, los pronutrientes acondicionadores intestinales inducen la expresión de genes relacionados con el metabolismo, que incrementan la absorción de nutrientes específicos, como lípidos, vitaminas o aminoácidos.

Asimismo, este tipo de pronutrientes también induce la expresión de genes implicados en la adhesión célula-célula, es decir, genes que mejoran la unión entre las células del epitelio intestinal mediante diferentes mecanismos de unión celular, entre los que destacan las uniones estrechas.
El refuerzo de las uniones estrechas o tight junctions, es esencial para garantizar un correcto paso de nutrientes por la vía paracelular, mientras se evita el paso de moléculas como toxinas, u otras sustancias no deseadas.
También garantizan un epitelio reforzado, facilitándose su función defensiva inicial como barrera selectiva. Los genes de proliferación están relacionados con una mayor tasa de regeneración del epitelio intestinal, que garantizan un epitelio renovado cada menor periodo de tiempo y, además, son genes que evitan la proliferación tumoral a este nivel.
Por su parte, los pronutrientes optimizadores intestinales, tienen como célula diana los diferentes tipos de células inmunes locales del intestino, como las polimorfonucleares (o PMNs), y en ellas estimulan la expresión de diferentes interleucinas, como las IL1, IL12 y IL18, entre otras.

Las interleucinas tienen un papel muy importante en la inmunidad local del intestino, dado que intervienen en el reclutamiento de células defensivas, incrementan la duración de la respuesta inmune, o activan diferentes rutas inmunológicas, como la Th1 (fundamental en la eliminación de patógenos intracelulares como la coccidia).
La combinación de ambos tipos de pronutrientes, acondicionadores y optimizadores intestinales, permite, por tanto, mejorar las funciones defensivas y nutricionales del intestino, así como mejorar la estructura de la mucosa digestiva, con una mayor tasa de regeneración del epitelio. Esto permite reducir o evitar el uso de antibióticos, coccidiostatos, y otros químicos utilizados sólo para tratar de reducir los problemas que puedan aparecer en granja, pero que no resuelven la causa inicial, que es un órgano no optimizado dado a la subexpresión de su potencial genético.
Impacto de los pronutrientes en los parámetros productivos
La mejora de la absorción de nutrientes, como vitaminas, lípidos y aminoácidos, se verá reflejada en una mejora de los principales parámetros productivos, como el peso y el índice de conversión, dado que los pronutrientes acondicionadores intestinales garantizan un mejor aprovechamiento de los nutrientes de la dieta, promoviendo el crecimiento.

Esto ha sido observado en diversos ensayos experimentales y en granjas comerciales. En un ensayo realizado en Europa, se observó que, respecto al peso, el lote suplementado con pronutrientes obtuvo 213 g/ave más que el lote control. Además, los pronutrientes permitieron una mejora significativa del índice de conversión y de la mortalidad en comparación con el lote control, con un 0.81% y un 0.23% de mejora, respectivamente en estos parámetros.
Por su parte, los pronutrientes optimizadores intestinales, gracias a la mejora de la inmunidad local digestiva, logran controlar las infecciones e infestaciones a nivel intestinal, como en el caso de la coccidiosis. En la prevención de esta patología, se puede observar cómo los pronutrientes logran reducir el recuento de ooquistes, lo que demuestra el control de la infestación, además de una reducción marcada de la mortalidad.


Conclusiones
La presión productiva a la que está sometida el tracto digestivo, en especial el intestino, es debida a las condiciones de cría industrial y a las características genéticas de las especies animales de producción en granja. Esto hace fundamental un estado fisiológico óptimo de los diferentes tipos celulares que conforman el intestino, en especial los enterocitos y las células defensivas. De esta manera, se podrán garantizar los procesos de nutrición y de defensa que tienen lugar a nivel digestivo. Los pronutrientes han demostrado ser herramientas esenciales para promover el potencial genético de las células intestinales, garantizando la absorción de nutrientes, mejorando las uniones estrechas, incrementando la tasa de regeneración del epitelio intestinal, y activando efectores inmunes que son capaces de limitar infecciones e infestaciones como la coccidiosis.
Esto permite el reemplazo de diversos químicos, como los coccidiostatos o los antibióticos promotores de crecimiento, con la ventaja de ser principios activos naturales que no generan resistencias, ni requieren de un periodo de supresión.