Cólico equino: Indicadores a tomar en cuenta en su diagnóstico.

La expresión del dolor visceral en el equino varía según el temperamento del animal, el sitio de la lesión y la duración del proceso. No siempre las patologías de un individuo son producto de un mal manejo dietético, estabulación, tóxico o alérgico, sino que antes de pensar en esa posibilidad, hay que realizar un buen diagnóstico, ya que existen muchas enfermedades que deben ser diferenciadas.
Los siguientes indicadores, deben tomarse en cuenta:
Temperatura: normal o ligeramente aumentada. Los aumentos leves se observan luego de un proceso doloroso o de un estado de excitación. La temperatura elevada puede observarse en caso de ruptura de órganos o en enfermedades infecciosas (colitis, pleuresía, etc.). Pero ante la presencia o antesala del estado de shock, este parámetro desciende por debajo de los parámetros considerados como normales.
Comportamiento: Por lo general manifiestan inquietud, cambios de posición constantes y miradas angustiosas hacia los flancos.
Coloración de las mucosas: Varía frente a los siguientes estados: Rojo brillante ante la vasodilatación en los comienzos del Shock endotóxico, cuando este progresa las mucosas adquieren un color rojo oscuro debido a la vasoconstricción. Asimismo cabe la posibilidad de modificación en el color de las mucosas por traumatismos a nivel cefálico causados por el intenso dolor o por el tratamiento instaurado que enmascare el efecto de las endotoxinas.
Alteración del pelaje y piel: Se debe a la presencia de traumatismos que se evidencian a nivel de las salientes óseas (cabeza, codos, carpos, tarsos), o en pared torácica o abdominal como signos reveladores de dolores percibidos.
Heces: Considerar la presencia de alimentos sin digerir, sangre, parásitos, moco, arena, tierra o elementos extraños tales como tiras de atar de los fardos, hilos, etc.
Micción: Hay que tener en cuenta la cantidad y calidad de la orina producida. Ya que la anuria-oliguria son indicadores de deshidratación severa, insuficiencia renal aguda y shock. También es importante el modo en que se efectúa la micción, dado que el dolor abdominal percibido por el paciente durante el síndrome cólico, puede acarrear trastornos de la micción.
Anorexia: No es específico del abdomen agudo, puede ser un indicador más del dolor abdominal, obstrucción alta o patologías digestivas del tracto superior digestivo.
Frecuencia respiratoria: Es variable, de acuerdo al tipo de cólico y al grado de síntomas. Puede elevarse por el dolor, en la sobrecarga primaria o secundaria del estómago o en la ruptura de dichos órganos. En condiciones de dolor extremo, la frecuencia respiratoria puede alcanzar niveles de 80 a 100 por minuto, y con ollares muy dilatados.
Frecuencia cardiaca: Está aumentada, dado que es observable en el equino con cólico por la ansiedad que éste genera, al dolor y a la hipovolemia. Al estar ésta elevada por encima de 100 por minuto, se encuentra relacionada con un pronóstico desfavorable.
Pulso arterial periférico: Indica el estado del aparato cardiovascular y la perfusión tisular. Un pulso débil o variaciones en la amplitud del mismo reflejan una disminución en la descarga sistólica. Generalmente se asocia un pulso muy débil con un pronóstico desfavorable.
Tiempo de llenado capilar: Por lo general se encuentra aumentado. Este parámetro índica una disminución en la perfusión tisular, debido generalmente a una hipovolemia, disminución del volumen minuto cardíaco a un aumento de la resistencia periférica. En el caballo deshidratado el tiempo de llenado capilar está aumentado (3 a 4 segundos) y en el caballo severamente deshidratado es de (5 a 6 segundos). Si se estira o retuerce el labio superior en un animal deshidratado, esta prueba puede prolongar su tiempo. Este tipo de prueba es una variación para la medición de la deshidratación utilizada por algunos clínicos. Para ello, se debe cronometrar detenidamente después de observar las diferentes membranas. Estas pruebas han demostrado ser uno de los mejores indicadores del desempeño de la perfusión y de la actividad cardiovascular en relación con la sobreviva.
Deshidratación: Tiene fundamental importancia frente a la presentación de los signos clínicos del shock. Debemos considerar el estado de las membranas de mucosas (gingival, conjuntiva entre otras). Tener en cuenta que los diferentes tipos de iluminación podrán cambiar el color de la misma de modo leve (en especial si la luz es de Tungsteno). La deshidratación simple producirá un color rosa pálido levemente blanquecino. La congestión venosa o la liberación de endotoxinas, las membranas se tornan de rojas a rojo ladrillo. Cuando el transporte de oxigeno es limitado las membranas estarán cianóticas. Antes de la muerte, la perfusión y la hipoxia están dramáticamente reducidas, por lo tanto las membranas estarán pálidas azules grises. Las membranas turgentes son indicadoras de buena perfusión.
Ausencia o presencia de ruidos abdominales: La auscultación se hace con el estetoscopio en cuatro sitios, o sea en las regiones paralumbares superiores e inferiores. Los sonidos se oirán sobre ambos lados derecho e izquierdo y a lo alto y lo bajo en cada lado. Los sonidos típicos del colon son de mezclado y se oirán por cualquier lado de la superficie de ventral. El sonido producido por la interfase y el mezclado del gas provienen a menudo del colon y ciego. El intestino delgado puede estar en movimiento sin producir sonido y esto está referido a la estructura de la pared abdominal externa. Los sonidos normalmente oídos surgen de la mezcla de los alimentos con el gas.
La amplitud variará notablemente entre caballos. Los sonidos normalmente de mezclado ocurrirán con regularidad, 2 a 4 veces por minuto. Los sonidos de progresión se oirán 1 cada 2 a 4 minutos cuando el caballo no ha ingerido alimento en forma reciente. Con la ingesta estos sonidos aumentan en la amplitud y la frecuencia y están caracterizados por la fuerza de propulsión a lo largo del intestino, escuchándose un gorgoteo del lado izquierdo (colon) y al lado derecho (ciego) por 6 a 10 segundos. Los sonidos de propulsión pueden ser diferenciados de los sonidos de mezclado por su modelo cíclico, intensidad y duración más larga. Estos sonidos pueden cesar después de la administración de drogas tales como la atropina, xylazina, butorphanol, y detomidine. En casi todos los casos de dolor abdominal, los sonidos de propulsión se reducirán. En los casos de enfermedad severa intestinal (estrangulación con o sin infarto) todo sonido estará ausente. El peristaltismo en el caballo producirá los flujos y los sonidos de interfaces con burbujeo de gas y metálico.
Estos sonidos no deben ser mal interpretados, como movimientos progresivos pero deben señalar más bien la presencia de segmento en éxtasis y la dilatación de la pared intestinal, tanto el intestino delgado o como el grueso. Rara vez los sonidos aumentados pueden ser oídos y son llamados como espasmos o cólicos espasmódicos. Estos sonidos aumentados pueden ser espasmos debido a la isquemia, irritación del parásito, o la contracción contra impactación. En estos casos ellos están generalmente asociados con el dolor. La frecuencia aumentada de sonidos puede ser oída también en la resolución del íleo timpánico o en el caso de un cólico simple. Estos sonidos son escuchados después del tratamiento, luego de un paseo o de un retorno espontáneo a la normalidad. A menudo el caballo se ve como deprimido o aun cansado pero permanecerá con una relajación confortable durante este periodo de la actividad aumentada del intestino. La arena se puede oír durante los movimientos del colon colocando el estetoscopio en el abdomen ventral. Este sonido de verter de arena sobre un montículo de arena produce un sonido similar al roce de los granos.
Métodos complementarios más utilizados:
1. Parámetros hematológicos
2. Química sanguínea, ionograma y pruebas funcionales en materia fecal y coproparasitológicas.
3. Radiografías: las más utilizadas son las torácicas.
4. Endoscopias
5. Tomas de muestras para estudios citológicos, bacteriológicos y parasitológicos por: lavajes traqueales, endoscopia, rectoscopia y aspiraciones en caso de efusiones peritoneales.
6. Pruebas cutáneas: para determinación de alérgenos de diferentes orígenes.
7. Pruebas serológicas: para determinación alergénica, bacteriana y/o parasitaria.