ASPECTO CLÍNICO DE LAS NEUMOPATÍAS BOVINAS TRATAMIENTO DEL SÍNDROME RESPIRATORIO BOVINO (S.R.B.)

PREMIOS BIOVET 1999 – Mateu Torrent i Molleví
Antecedentes
Mi actuación profesional en el campo de la clínica bovina comprende dos etapas bastante bien definidas, que son:
1ª. Desde el año 1950 hasta 1970 dedicada especialmente a las vacas lecheras. Fue la época en que escribía todas las historias clínicas de mis enfermos y que archivé cuidadosamente.
2ª. Desde el año 1971 hasta 1999, dedicada principalmente a la visita y consulta de grandes explotaciones de teneros de cebo, con un radio de acción de más de 60 km alrededor de Lleida, correspondiendo, por tanto, una amplia franja de la provincia de Huesca, España, cuya zona puede considerarse como la de mayor concentración en España en granjas de terneros cebo.
Como se comprenderá a lo largo de estos años mis servicios no han sido sólo solicitados para efectuar una visita a los animales enfermos, sino que he sido consultado en múltiples ocasiones en que el ganadero había agotado sus medios para sacar sus animales adelante.
Dado que el ganadero quiere actuaciones y resultados inmediatos, sin esperar análisis laboratoriales, yo me he tenido que limitar a interpretar adecuadamente los síntomas y lesiones que encontrado en los enfermos y en las necropsias efectuadas mediante una observación cuidadosa y el examen macroscópico de las lesiones en el árbol respiratorio (congestión o no de la mucosa rinotraqueal, localización y extensión de zonas enfisematosas, hepatizadas o necróticas, etc).
Aspecto clínico
Al síndrome respiratorio bovino (S.R.B.) se le ha llamado también Fiebre del transporte o Fiebre del embarque.
En la práctica nos encontramos que enfermos del mismo lote pueden estar afectados por diferentes agentes patógenos, como también entre diferentes cebaderos.
Existen también diferencias etiológicas de la enfermedad concurren varios factores predisponentes, los cuales sintetizo en el próximo cuadro.
Microorganismos involucrados
- Pasteurella haemolityca: la más frecuente y la más resistente a los antibióticos
- Pasteurella multocida: menos frecuente y más sensible a los antibióticos.
- Virus de parainfluenza-3 (PI-3)
- Virus de la diarrea vírica bovina (BVD)
- Virus de la rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR)
- Rinovirus, adenovirus, enterovirus, reovirus, calicivirus
- Virus respiratorio sincitial (BRSV)
- Micoplasmas
- Escherichia coli
- Haemophilus somnus (sensible a los antibióticos)
- Corynebacterium spp
FACTORES DE RIESGO A TENER EN CUENTA EN LA PRESENTACIÓN DEL S.R.B.
- Transporte del ganado en malas condiciones (sin agua, sin comida)
- Condiciones ambientales (clima, alojamientos, cambio de microbismo)
- Prácticas de manejo (alimentación, poco calostro, cambios de leche o pienso)
- Adquisición de animales en ferias y mercados (sobre todo si han estado en más de uno)
- Mezcla de animales de distintas procedencias
- Introducción de nuevos animales a la granja
- Densidad del ganado o contacto muy estrecho (hacinamiento)
- Condiciones higiénico-sanitarias de la granja en general y de la nave particular.
Introducir en la explotación animales seropositivos
Nivel inmunitario del ganado muy bajo (pocos anticuerpos)
Alto nivel de stress (estado de inmuno-depresión)
Poder patógeno de las cepas de virus atacantes
Grado de complicación bacteriana
Animales portadores de virus en estado de latencia
Infección congénita o predisposición hereditaria.
Trastornos metabólicos (Estado de acidosis)
Toxinas bacterianas (shock endotóxico)
Respuesta antimicrobiana
Tratamiento de corticoesteroides
Estado de insuficiencia respiratoria (asfixia, enfisema pulmonar)
- Diátesis constitucional del ternero
- Conductos aéreos estrechos
- Caja torácica demasiado rígida
- Estructura del pulmón muy compartimentalizada
- Escaso volumen pulmonar en relación al peso total del animal
- Menor cantidad de macrófagos pulmonares
SÍNTOMAS VALORABLES
En todo caso, siempre he valorado lo siguiente:
ü Temperatura: >/=40ºC (pirexia)
ü Síntomas respiratorios: >/=40 respiraciones/minuto, disnea, descarga nasal, lagrimeo, tos
ü Depresión: ausente, moderada o grave
ü Llenado ruminal: normal, duro o semivacío
ü Enfermedades concurrentes: gastroenteritis, artritis, cojeras, encefalitis, vulvogaginitis
ü Pérdida de peso (los animales enfermos quedan retrasados y flacos)
ü Índice de enfermedad clínica: ligeramente, moderadamente o muy grave enfermo
ü Mortalidad (porcentaje)
ü Necropsia: lesiones macroscópicas en el árbol respiratorio, a veces en intestinos e hígado
ü Recaída o reinfección
ü Éxito o fracaso de la primera medicación
ü Reacciones adversas a los tratamientos: disminución de defensas, dolor y/o inflamación en el punto de inoculación, irritación, cuello torcido
ELECCIÓN DEL ANTIBIÓTICO
Las principales consideraciones a tener en cuenta son:
– Que sea efectivo
– De acción rápida
– Fácil de administrar
– Bien tolerado
– Que sea de buen precio
Características de algunos antibióticos:
– Oxitetraciclina: 10 mg/kg.p.v en vacuno joven. Todavía es un producto útil
– Ceftiofur: no tiene acción frente a micoplasmas
– Tilmicosin: eficaz en dosis única
– Florfenicol : seguro y útil con dos o tres dosis en intervalo de 48 horas
– Cefquinoma: requiere una aplicación diaria
– Enrofloxacina: también de aplicación diaria, con la ventaja de actuar sobre complicaciones entéricas.
– Baquiloprim: en bolos orales durante 2-4 días, con eficiencia entérica y respiratoria. También en inyectable.
– Marbofloxacina: de amplio espectro, alcance del pico sérico rápido, seguridad y tolerancia, dosis única diaria de escaso volumen.
TRATAMIENTO INDIVIDUAL O COLECTIVO
El tratamiento en grupo lo aconsejo en el estado inicial de la enfermedad, antes de que el problema se mayor y se extienda a toda la manada.
Para decidir si procede tratar o no al grupo, tengo en cuenta lo siguiente:
– La identificación de los animales enfermos por la temperatura rectal (procedimiento engorroso)
– La observación de los hábitos de consumo y de la cantidad de pienso que consumen
– La observación de la conducta de los animales (manera de andar, arrinconamiento en la nave)
En todo caso, la elección del antibiótico o antimicrobiano para la metafilaxia colectiva debe ser diferente del que se usa o se va a usar en el tratamiento clínico o sistémico.
TERAPIA DE SOPORTE
– Agentes antiinflamatorios no esteroides. Flunixin, ketoprofen, etc. Evitan el desarrollo negativo de la respuesta inflamatoria del pulmón antes de las lesiones.
– Agente para combatir la acidosis de la panza: sacarato y carbonato cálcicos.
– Broncodilatadores, de efecto rápido sobre el diámetro bronquial y sobre la resistencia a la respiración: clembuterol inyectable, metilxantinas (cafeína, teofilina, teobromina), aminofilina, epinefrina.
– Diuréticos, como la flurosemida o metenamina, que permiten una mejor función pulmonar al contribuir a la eliminación de los fluidos acumulados en el árbol respiratorio.
– Agentes mucolíticos, expectorantes o antitusígenos: bromhexina, noscapina, atropina.
– Descongestivos: efedrina.
– Antihistamínicos: prometacina, difenhidramina.
– Analgésicos y/o antipiréticos: fenilbutazona, dipirona, ácido acetil salicílico.
– Estimulantes cardio-respiratorios: digital o digitalina, estrofantina…
– Vitaminas y oligoelementos (reforzar su aporte)
– Empleo de la Vitamina B1 (inyección endovenosa de 1 g de tiamina) para cuando existan alteraciones del sistema nervioso.
ETAPAS DE LA TERAPÉUTICA ANTIMICROBIANA
Los tratamientos que he venido practicando en esta clínica han estado en consonancia con los avances terapéuticos en medicina veterinaria. Y así tenemos:
1ª. Época en que empecé usando sulfamidas (sulfametazina sódica) y penicilina – estreptomicina, con un éxito superior al 90%, según mis historias clínicas de los años 50-60
2ª. Uso generalizado de espectinomicina-lincomicina+sulfametoxipiridacina+trimethoprim+tilosina, con notable éxito, quizás algo menos que en la primera etapa, por empezar a complicarse la enfermedad.
3ª. Empleo de cloranfenicol + tetraciclina, y de la amoxicilina, en cuyos antibióticos se cifró una gran esperanza.
Se deja de emplear la dexametasona como coadyuvante por considerar que rebaja las defensas del animal y que más bien contribuye a la reactivación de los virus latentes. En su lugar, paso a elegir los antinflamatorios no esteroides como la bencidamina, la dipirona, la isopirina, la indometacina o la aminopirina.
4ª. Empieza a extenderse (hacia el año 1975) el uso generalizado de las asociaciones medicamentosas o “porros”, como se bautizaron por los ganaderos, muchos de los cuales se confeccionaban en las propias granjas o en los centros comerciales de productos zoosanitarios.
Las asociaciones medicamentosas , más frecuentes que todavía se están usando, y que los ganaderos solicitan son:
DHS + eritromicina + gentamicina (inyectable)
DHS + tilosina + gentamicina (inyectable)
DHS + tilosina + gentamicina + neomicina (inyectable)
Lincomicina + espectinomicina + gentamicina (inyectable)
Lincomicina + espectinomicina + sulfadimetoxol + trimetoprim + gentamicina + tilosin (inyectable)
Sulfametoxipiridacina + trimethoprim + eritromicina (inyectable)
Sulfametacina + trimethoprim + tetraciclina + bromhexina (polvo oral)
Doxiciclina + sulfametoxipiridacina + trimethoprim + bromhexina (polvo oral)
5ª. Tiempo de oxitetraciclina LA primero, de la gentamicina y de la doxiciclina después.
6ª. Años con el uso de los nuevos antibacterianos, como la cefalosporinas (cefalexina, ceftiofur…); las quinolonas (Enrofloxacina), y productos de última generación, como el florfenicol, un derivado del cloranfenicol que evita las resistencias microbianas, la marbofloxacina, de amplio espectro, etc
7ª. Tiempo actual, en que aun cuando se usen estos nuevos productos, no se dejan de emplear en casos menos graves las asociaciones medicamentosas (porros), bien por atavismo o bien por suponer la presencia de cepas resistentes medicamentosas (porros), bien por atavismo o bien por suponer la presencia de cepas resistentes múltiples. Otras veces, por cuestión de precios.
Consecuencias económicas
El hecho de no emplear las vacunas adecuadas a su debido tiempo, así como no empezar los tratamientos precozmente, hace que el síndrome respiratorio bovino resulte una enfermedad muy grave en nuestras explotaciones de terneros de cebo, de fatales consecuencias económicas.
Es por ello que se aconseja la prevención de la enfermedad siempre que sea posible, recomendando no vacunar animales con síntomas clínicos de enfermedad sistémica.
El desastre económico deriva en los siguiente hechos:
– Gasto de medicamentos
– Más mano de obra
– Pérdidas por bajas
– Sacrificios de urgencia
– Decomisos
– Peor rendimiento a la canal
– Empeoramiento del índice de conversión
– Alargamiento del periodo de cebo