Actualidad en aditivos y premezclas
Introducción
La legislación sobre aditivos y premezclas, de la mayoría de los países, define a los mismos como substancias que se añaden al alimento, de animales sanos, con la finalidad de aumentar su productividad y mejorar el respeto medioambiental. Sin embargo los conocimientos de las dificultades del uso de los aditivos a la vez que los nuevos avances en biología molecular, meta genética a la vez que hacen necesaria la introducción de nuevos postulados que deben tenerse en cuenta a la hora de actualizar el concepto moderno de aditivos o premezcla:
(1) Un aditivo debe usarse solo en animales sanos. Este postulado excluye por si la utilización de substancias con efecto farmacológico.
(2) Un aditivo debe usarse solo para mejorar la productividad de los animales o el respeto medioambiental
(3) El mecanismo de acción que permite aumentar la productividad debe ser conocido y no tener efecto farmadinamico (entiéndase por tal la asociación con receptores proteicos o con proteínas enzimáticas). El aditivo no deberá, por tanto asociarse, de forma provisional o permanente con una proteína existente en el organismo.
(4) Confinar los animales en granjas les priva de acceder a substancias que, de forma natural, usaban en su alimentación en estado silvestre, añadir estas substancias en la dieta de los animales en granja puede considerarse un suplemento nutricional
(5) La forma de alimentar los animales en granja, produce una deficiencia nutricional que reduce la actividad fisiológica de los órganos, por tanto añadir estas substancias en la dieta con la finalidad de mantener el estado normal de los órganos no puede considerarse un efecto farmacológico.
A nuestro criterio la inclusión de estos 5 postulados en la definición de aditivo o premezcla clarificaría notablemente los limites en los que los especialistas en nutrición pueden moverse sin entrar en el espacio farmacológico. En los siguientes apartados desarrollaremos cada uno de ellos.
Postulado nº1: Sobre el uso en animales sanos, moléculas y dosis diaria
En este apartado deben tenerse en cuenta la vía de administración, la dosis, la duración y la molécula.
Es obvio que si consideramos un aditivo como una substancia, diferente a un fármaco, la vía administración de los aditivos solo puede ser a través de la alimentación de animales sanos (alimento seco o agua de bebida). Esto excluye otras vías de administración como la aerogena, la transcutanea y la parenteral. No depende de la molécula, depende de la vía de administración.
Si fijamos la atención en la dosis diaria se produce una cierta confusión ya que la decisión, de si se trata de un fármaco o de un aditivo, dependerá de la situación del animal de destino y no de la molécula o la vía de administración. Así por ejemplo diferentes legislaciones actuales consideran que las vitaminas A, D3 y E como aditivos si se administran a determinadas dosis para cubrir las necesidades fisiológicas de los animales sanos y como fármacos si se administran a dosis más altas para suplir una carencia de la nutrición anterior. Así una administración deficitaria durante un periodo de tiempo puede hacer necesario subir la dosis y aplicar la misma molécula a dosis más altas para recuperar la normalidad. A esto se suma la dificultad de definir la dosis diaria necesaria en función de las estirpes animales en explotación o de su edad. No es necesaria la misma dosis de vitaminas A, D3 o E a lo largo de la gestación de una vaca. No depende la molécula, depende de la relación entre la dosis diaria y las necesidades diarias fisiológicas de las estirpes y las edades de los animales.
Finalmente si fijamos la atención en las moléculas difícilmente, a la vista de las consideraciones anteriores, podremos definir si una molécula es o no un aditivo.
Esto nos lleva la formulación del primer postulado:" Una molécula debe ser considerada un aditivo, o no, en función de si misma y no en función de su dosis. Para ello la legislación, aun a costa de convertirse en algo complejo, debería adjudicar a cada molécula, una vez definida como aditivo, un abanico de dosis diarias, un rango de dosis , y duración de la misma, en función de las necesidades fisiológicas de la estirpe en explotación y de la edad de los animales.
Postulado nº2: Sobre el mecanismo de acción y efecto
Si consideramos un aditivo como una molécula sin efecto farmacológico debemos excluir de la lista de aditivos a toda molécula que posea acción farmacológica.
(1)Por ello es importante definir exactamente "acción farmacológica". Se trata de modificar o cambiar un proceso bioquímico dando lugar a un efecto observable. Esta acción, los fármacos la realizan, mayoritariamente, mediante su unión a una proteína especifica ya sea de un receptor enzimático del organismo o una receptor de un agente externo. Así podemos definir con precisión que toda acción farmacológica va ligada a la unión del fármaco con un receptor, mayoritariamente, de estructura proteica. Esta unión pone en marcha una modificación, o alteración, de un proceso bioquímico ya sea un sistema de transporte iónico o la alteración de la permeabilidad de una membrana.
El proceso que transcurre desde la administración hasta la unión con el receptor y su eliminación se denomina (1.1) farmacocinética, mientras que los efectos que produce esta unión se denomina (1.2) farmacodinamia.
(2)Analicemos ahora algunos ejemplos de moléculas que forman parte de la nutrición de animales sanos.
(2.1) El ácido ascórbico es necesario para la formación del colágeno y la síntesis de lípidos. También se oxida de forma reversible a ácido dehidroascorbico.
(2.2) El calcio es necesario para mantener para formar barreras, alrededor o dentro, de zonas lesionadas e interviene en la contracción muscular. Sin embargo el calcio no se une a ningún receptor, solo se une a la albumina plasmática, como medio de transporte, para llegar a los huesos que actúan como depósito de reserva cálcica.
(2.3) La fenilalanina es un, aminoácido esencial, componente de las proteínas de origen vegetal y animal. Su presencia en la alimentación es fundamental ya que las células animales no pueden producirlo a partir de otros aminoácidos. El organismo animal produce muchas substancias a partir de la fenilalanina: catecolaminas, epinefrina, tirosina o aspartamo. El caso de la fenilalanina es especialmente didáctico por marcar claramente la frontera entre un nutriente esencial (obligada su ingestión por parte de los animales al ser una molécula de síntesis exclusivamente vegetal) y sus derivados naturales o sintéticos que si pueden tener fisiológica o farmacológica.
Apartar de estos razonamientos podemos establecer el Postulado nº 2, que deben cumplir las moléculas aditivos, relativas a su mecanismo de acción y efecto: "Una molécula debe ser considerada un aditivo si, con su presencia en el organismo, no se altera ningún proceso mediante su unión permanente o transitoria con un receptor. Por tanto una molécula puede ser considerada aditivo si, su presencia en el organismo, sirve como medio para que el organismo elabore otras substancias necesarias para mantener el funcionamiento fisiológico de sus tejidos.
Postulado nº3: Retorno a lo natural: Bienestar animal, manejo y pronutrientes
La fuerte implantación de métodos industriales a la cría de las aves a partir de la década de 1950 provocó la separación, de las aves, de su entorno natural e impidió que algunos ingredientes desapareciesen de la formulación de los alimentos. Así las aves, a semejanza de los antiguos navegantes, empezaron a presentar deficiencias por la exclusión de estos ingredientes naturales en la alimentación. A partir de la década de 1960 se propició la búsqueda de soluciones químicas a las deficiencias de productos naturales de las aves. Así una mucosa intestinal envejecida por la deficiente regeneración natural y colonizada, por bacterias superficiales, fue tratada con antibióticos a los que se les denomino, erróneamente promotores de crecimiento. Poco a poco esta práctica química fue extendiéndose al control de la coccidia, a los hepatoprotectores y a los immunopotenciadores. No solo en aves, la práctica de usar aditivos químicos se extendió también a la industria porcina. Sin embargo a partir de la década de 1980 se empezó a disponer de datos, suficientes, para afirmar que el uso de substancias químicas en los alimentos de los animales como aditivos presentaba, junto a algunas ventajas, algunos inconvenientes. Así se demostró la presencia de residuos de estos aditivos en los alimentos de consumo humano, la posible aparición de resistencias bacterianas a los antibióticos, la presencia de anabolizantes y betagonistas en alimentos o el incremento de ciertos minerales como el cobre, el cadmio en los suelos abonados con yacijas procedentes de granjas, y con ello se inició una etapa de restricción del uso de dichas substancias mediante legislaciones nacionales o transnacionales.
De lo anteriormente expuesto se concluye que además de las vitaminas y minerales otros compuestos de origen natural son necesarios para el funcionamiento fisiológico aunque en estos momentos muchos de ellos todavía no se tengan en cuenta al momento de formular los alimentos. La necesidad de incorporar estos pronutrientes ya fue descrita por Gordon Rosen en los años 50 del siglo XX y su clasificación zootécnica actualizada en 2005 por nosotros a partir de observaciones realizadas en granjas industriales:1. Acondicionadores de la mucosa intestinal, 2.Optimizadores de la mucosa intestinal, 3.Hepatoregeneradores, 4.Inmunomoduladores, 5.Promotores de la absorción mineral, 6. Optimizador del alimento, 7.Antiradicales libres, 8.Acondicionador de los epitelios, 9.Acondicionador hipofisario, 10.Prebioticos ruminales e intestinales.(Real Academia de Ciencias Veterinarias; Sesión de 21 de Diciembre de 2005, sobre "Beneficios del uso de pronutrientes naturales en Veterinaria).
Así el futuro de los aditivos en la producción animal debe emmarcarse en su inclusión dentro de una filosofía de Retorno a lo natural formulando el Postulado Nº3: Aplicar medidas de bienestar animal, mejorar la superficie disponible, aumentar la accesibilidad al agua y alimento, restringir el uso de aditivos químicos e incluir aditivos de origen natural que originalmente formaban parte de la alimentación de los animales silvestres o de los animales domesticados explotados en un entorno natural.
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