Nuevas fuentes de proteína para la alimentación animal
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la producción animal en los últimos años, es la disponibilidad de fuentes de proteína para la formulación de las dietas. La proteína es uno de los nutrientes más caros de la formulación y hay que tener presente que los requerimientos de proteína cruda en aves y cerdos oscilan entre un 16-23% en función de la fase de cría.

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la producción animal en los últimos años, es la disponibilidad de fuentes de proteína para la formulación de las dietas. La proteína es uno de los nutrientes más caros de la formulación y hay que tener presente que los requerimientos de proteína cruda en aves y cerdos oscilan entre un 16-23% en función de la fase de cría.
La producción animal sigue creciendo en todo el mundo, lo que supone que la demanda de fuentes de proteína tradicionales también se haya incrementado, incrementando su precio y reduciendo su disponibilidad.
Asimismo, la reciente crisis logística a nivel mundial ha demostrado que depender fuentes de proteína tradicionales como es el caso de la soja, que son producidas por un pequeño número de países y posteriormente exportadas a todo el mundo, deja desprotegidos a los productores ante una situación de este tipo y por tanto es necesario buscar fuentes de proteínas alternativas que puedan ser producidas a nivel local.
Es importante tener en cuenta que estas fuentes de proteínas deben cumplir con ciertos requisitos para poder ser utilizadas en la alimentación animal: porcentaje de proteína cruda, digestibilidad, presencia de factores anti nutricionales, el coste de la proteína…
Se han evaluado una gran variedad de nuevas fuentes de proteína para la alimentación animal, a continuación se describen las más prometedoras:
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Semillas de oleaginosas
La harina de colza o harina de canola son fuentes de proteínas bien conocidas y ampliamente utilizadas como reemplazo de la harina de soja. El contenido en proteína cruda de estas harinas de oleaginosas varía del 30 al 40% dependiendo del método de extracción del aceite. El principal limitante de estas harinas es la presencia de factores anti nutricionales, principalmente glucosinolatos, que tienen efectos negativos sobre la productividad de aves y cerdos.
Otra oleaginosa con un alto contenido en proteína cruda es la harina de semillas de algodón, cuyo porcentaje de proteína es del 30 al 50%, sin embargo, también contiene factores anti nutricionales, en este caso el gosipol.
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Semillas de leguminosas
Algunas semillas de leguminosas como los altramuces o los guisantes también pueden considerarse una fuente de proteína alternativa de gran interés para la alimentación animal, ya que presentan un alto porcentaje de proteína cruda, del 32–42% en el caso del altramuz y del 21–25% en el caso de los guisantes, además de ser especies cuyo cultivo en Europa es frecuente, por lo que se encuentran disponibles en el mercado.

El problema al usar estas especies, al igual que ocurre con las semillas de oleaginosas reside en la presencia de factores anti nutricionales como los alcaloides o inhibidores de tripsina. Es necesario desarrollar métodos físico-químicos que reduzcan o eliminen estos componentes.
Otra problemática a destacar es la composición aminoacídica de estas fuentes de proteína, por ejemplo, el altramuz es pobre en metionina y requiere la suplementación de este aminoácido cuando se emplea en dietas para aves.
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Macroalgas y microalgas
En los últimos años, el cultivo de macroalgas y microalgas ha ganado peso a nivel mundial debido a las diferentes aplicaciones que tienen, si bien las macroalgas se llevan cultivando y consumiendo durante muchos años en Asia.
Se ha observado que microalgas como Chlorella o la Spirulina contienen un alto porcentaje de proteína, que puede alcanzar el 50%, y diversos ensayos han demostrado resultados positivos con el uso de estas microalgas como fuentes de proteína para la alimentación animal.
Sin embargo, el cultivo de este tipo de microalgas no está completamente definido a nivel comercial, de forma que permita obtener un volumen constante de microalgas con un porcentaje de proteína concreto y estable y aun precio competitivo para la alimentación animal.
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Harinas de insectos
La cría de insectos para la alimentación animal se ha ido desarrollando de forma importante en los últimos años. Estos constituyen una alternativa realmente interesante, teniendo en cuenta que permiten transformar materia orgánica en proteína de calidad para la alimentación animal. Asimismo, los insectos formaban parte de la dieta natural de las aves, por lo que su composición se ajusta a los requerimientos nutricionales de estas.
La Unión Europea ya ha dado los primeros pasos para favorece el desarrollo de los insectos como fuente de proteína alternativa, aprobando el uso de harinas de insectos para la alimentación de aves y cerdos.
