La fase de transición en los lechones
La fase de transición en los lechones es el periodo de tiempo que transcurre desde el momento del destete de los lechones hasta el inicio de la fase de engorde.

La fase de transición en los lechones es el periodo de tiempo que transcurre desde el momento del destete de los lechones hasta el inicio de la fase de engorde.
En función de la precocidad o edad en días a la que se induce el destete esta fase será más o menos larga. Si tenemos en cuenta un destete clásico a los 28 días de vida, los lechones estarán en las naves de transición durante aproximadamente 45 días ( un mes y medio ) y pasarán de un peso vivo al destete de 6 kilos hasta alcanzar unos 25 kilos p.v. al final del periodo.
El destete supone una fase muy crítica en la vida productiva del lechón, por el hecho de que va a experimentar toda una serie de factores estresantes que se van a sumar poniendo en riesgo el buen funcionamiento fisiológico de los animales y en consecuencia el buen desarrollo de sus parámetros productivos. Estos factores que inducirán estrés a los cerdos destetados son los que se enumeran a continuación:
- Cambio de dieta líquida a alimento sólido. Quizás el más importante de todos ellos. La nueva dieta sólida es por lo general menos apetitosa y muy diferente a la leche materna, tanto en composición, textura, temperatura y sabor. Tras el destete de los animales existe en su intestino delgado un proceso de destrucción de los enterocitos, que se regenerarán en una o dos semanas. Durante este periodo de tiempo habrá en consecuencia una peor utilización de los nutrientes y una mayor incidencia de diarreas. Además, el aparato digestivo de los lechones está acostumbrado a digerir lactosa, proteína láctea y grasas homogéneas durante el periodo de lactación; es ahora en transición cuando deberá adaptarse a la digestión de almidones, proteínas y grasas para las cuales no está enzimáticamente preparado.
Para intentar dar una solución a este punto cabría considerar la inclusión de aditivos al alimento de los lechones que cumplieran con las siguientes funciones:
- Enzimas específicos para la correcta digestión de los carbohidratos, proteínas y grasas del alimento de pre-arranque y/o arranque.
- Acondicionador intestinal compuesto por uno o varios pronutrientes que, a través de su mecanismo de acción de modulación génica específica a nivel de los enterocitos favorezca, primero un óptimo desarrollo del tubo digestivo y concretamente del intestino delgado del lechón y luego una altísima tasa de renovación de los enterocitos, confiriéndole así al intestino delgado la mayor capacidad para absorber y digerir los nutrientes, y también un adecuado peristaltismo para el mismo objetivo. Además, unos enterocitos siempre funcionales al máximo nivel van a ser también capaces de mantener el epitelio intestinal con unos niveles de enterobacterias patógenas mínimos, totalmente compatibles con la fisiología del animal.
- Aromatizante/saborizante específico para la especie porcina que incremente la palatabilidad en el lechón, importantísimo en este momento de cambio de la leche materna al alimento sólido.
Separación materno-filial precoz. En condiciones naturales los lechones se destetarían entre las 10 y las 20 semanas de edad, de una forma paulatina, sin brusquedad. Es por ello que el destete brusco al que se les somete en condiciones de manejo intensivo a las 3 ó 4 semanas de edad implica la aparición de un factor de estrés que no podemos evitar.
Formación de grupos. La mezcla de animales de diversas camadas implica la necesidad de reestablecer de nuevo los órdenes jerárquicos dentro de los grupos.
Cambios físicos. Nuevo ambiente, nuevos corrales, nueva temperatura. Todos estos cambios inducen también un fenómeno de estrés en los animales.
El efecto combinado de los puntos 2, 3 y 4 produce una situación de bajo consumo de alimento, pérdida de peso o niveles bajos de crecimiento,
Y no hay que olvidar en absoluto el efecto negativo y directo que la aparición del estrés produce a nivel del sistema inmunitario. El estrés en los animales de producción está siempre directamente relacionado con una depresión del sistema inmune. Esta situación convierte a los lechones en transición en unos magníficos candidatos a padecer patologías sobretodo de presentación intestinal.
Como posible solución a esta depresión inmune de los lechones ( los factores inductores de estrés no se pueden evitar dado que el ritmo intensivo de crianza es inevitable ) es conveniente la administración en el alimento o en el agua de bebida de un aditivo potenciador del sistema inmunitario, que permita a los animales afrontar la amenaza de los patógenos con niveles altos de éxito. Existen potenciadores de la inmunidad basados en la actividad de los pronutrientes a ese nivel que han demostrado en pruebas de campo ser muy eficaces en ese sentido y que sólo influirán positivamente en el correcto desarrollo inmunológico de los lechones.
En cuanto al control del ambiente nuevo, habría que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- temperatura ambiente de los corrales entre 22 y 28 ºC.
- densidad correcta: 0,15 a 0,20 m2/animal.
- existencia de zonas diferenciadas para el descanso, la ingestión de agua y el alimento, así como para defecación y micción.
- aporte de agua de calidad y a una temperatura adecuada, evitando aguas excesivamente calientes en épocas de calor o frías en épocas de frío.
- correcta limpieza con agua a presión + detergentes y posterior desinfección de los corrales de transición, favorecida por un sistema de manejo “todo dentro-todo fuera” de los animales.
Como resumen diremos que, mediante la aplicación de las anteriores recomendaciones, tanto a nivel nutricional (administración de enzimas, aromatizantes y pronutrientes acondicionadores del intestino) como a nivel de manejo, incidiremos en una mejor adaptación de los lechones destetados a ese nuevo y crítico periodo de su vida productiva denominado fase de transición.