Limpieza y Desinfección: Herramienta de Producción

La cría doméstica de animales y las condiciones ambientales adversas ha hecho que los productores desarrollen instalaciones que ofrezcan el bienestar adecuado para la vida y desarrollo más eficiente, permitiendo a los animales ser altamente productivos y eficientes. Hoy día son considerada como parte del bienestar animal y de la ética del ser humano para producir alimentos.
Para llevar un manejo correcto de la actividad pecuaria y lograr avances en los parámetros productivos se hace imperioso la construcción de infraestructura que reúna las condiciones de espacios adecuadas para facilitar que puedan crecer, desarrollarse y hacer la actividad más eficiente. Por lo general las instalaciones es una de las mayores inversiones en la cría de animales y para lograr el objetivo deseado hay que tomar en consideración que al igual que sirve como albergue, también representa un sitio de alta contaminación, puesto que los animales comen descansan y hacen sus necesidades en el mismo lugar. Por lo tanto, las heces representan un material de alto riesgo de contaminación microbiana y de formas intermedias de parásitos para el conjunto de los animales.
Pero para lograr que las instalaciones cumplan su función y perdure en el tiempo es necesario establecer como norma general un programa de limpieza, desinfección y desinsectación con miras a reducir los riegos de futuras infecciones microbianas e infestaciones parasitarias.
No solo es suficiente crear un área adecuada para la producción; si no de facilitar una limpieza, desinfección y control de los insectos roedores de las instalaciones de forma regular y establecida por cada empresa o según su sistema de bioseguridad. Debemos recordar que los animales defecan y eliminan una gran cantidad de enterobacterias, virus, en las yacijas que de no establecer una adecuada limpieza y desinfección permanente crecen de forma exponencial y sobreviven por un tiempo determinado en el ambiente actuando como fuente de contagio al resto de los animales, igual ocurre con la ingesta directa o indirecta de huéspedes intermedios de parásitos como las tenias o eimeria que requieren escarabajos, hormigas, caracoles etc., para desarrollarse, siendo necesario hacer una buena desinsectación, porque de lo contrario genera un efecto negativo en la cría de animales, afectando parámetros como son los índices de conversión de alimentos, aumento de pérdida por decomiso y en la ganancia de peso, y su afectación en los márgenes de rentabilidad de las empresas.
Si las empresas siguen medidas de bioseguridad razonables, los beneficios de una buena la limpieza, desinfección y desinsectación pueden durar por espacio aproximado de un año. De presentarse algún problema de enfermedades infecciosas o parasitarias estas tareas de higiene podrían hacerse con más frecuencia, de forma tal que pueda controlarse los problemas sanitarios. Tanto las medidas de bioseguridad como de un buen programa de limpieza, desinfección y desinsectación se pagan por sí solos.
Recordemos que en todo sistema de producción pecuaria es mejor llevar un buen programa de prevención y que curar es signo de mal manejo. Para toda elección de un buen desinfectante debe tomarse en consideración los agentes microbianos a controlar y una vez utilizado hacer controles de eficacia con prueba de laboratorio como concentración y otros parámetros establecido por el productor. Existen diversos tipos de desinfectantes, insecticidas utilizados en la industria pecuaria, pero su uso debe estar dirigido a los agentes microbianos y parasitarios a controlar, teniendo en cuenta de evitar resistencia microbiana y su efecto menos perjudicial al ambiente.
Dentro de los desinfectantes utilizados en las explotaciones pecuarias, encontramos grupos de los: derivados de amonio cuaternario, fenoles, compuestos liberadores de halógenos, fenoles halogenados, aldehídos, ácidos y álcalis, agentes oxidantes.
Luego de haberse utilizado un desinfectante, es conveniente hacer un análisis de laboratorio microbiológico para constatar su eficacia y control de la población bacteriana o parasitológico.