Causas de la deficiencia inmune en cerdos
Los animales disponen de un mecanismo altamente especializado y constituido por órganos, tejidos y células, cuyo objetivo es la detección y eliminación de los agentes externos potencialmente patógenos. Dicho mecanismo defensivo es lo que denominamos inmunidad.

Los animales disponen de un mecanismo altamente especializado y constituido por órganos, tejidos y células, cuyo objetivo es la detección y eliminación de los agentes externos potencialmente patógenos. Dicho mecanismo defensivo es lo que denominamos inmunidad.
El organismo cuenta con dos respuestas inmunitarias estrechamente conectadas entre sí, la inmunidad innata o natural y la inmunidad adquirida o específica.
La inmunidad innata o natural es la encargada del reconocimiento primario de los antígenos, actuando como primera línea de defensa. Además, es esencial para la activación de la respuesta inmune adquirida. Los antígenos son reconocidos por las células epiteliales y las células residentes tisulares, se produce la liberación de citoquinas proinflamatorias y el reclutamiento y activación de las células inmunitarias, macrófagos, neutrófilos, eosinófilos, células NK, células dendríticas… etc. Se trata de una respuesta rápida y de corta duración.

La inmunidad adquirida o específica consta de una inmunidad celular y una inmunidad humoral. Tras una primera exposición a un antígeno determinado, el organismo es capaz de reconocer ese antígeno como exógeno y, en exposiciones posteriores a dicho antígeno, generar una respuesta más específica y de larga duración. La inmunidad celular es realizada por los linfocitos T, que actúan como mecanismo de defensa frente a microorganismos intracelulares, como los virus o algunas bacterias. La inmunidad humoral actúa como mecanismo de defensa frente a microorganismos extracelulares y sus toxinas, a través de los anticuerpos secretados por las células plasmáticas y el sistema del complemento.

En el caso de los lechones, el sistema inmune no termina de desarrollarse de forma completa hasta las 4 semanas de edad. Además, la placenta epiteliocorial no permite el paso de anticuerpos y células inmunitarias desde la madre al lechón. Por ello, la capacidad inmunitaria de los lechones depende fundamentalmente de los anticuerpos y células inmunitarias presentes en el calostro. Por tanto, es fundamental asegurar un estado inmunitario adecuado de las madres durante la lactación.
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Causas de la deficiencia inmune en cerdos ()
Existen diversos factores capaces de afectar al sistema inmunitario de los cerdos capaces de generar situaciones de deficiencia inmune (inmunodeficiencia), que pueden derivar en afecciones secundarias. De entre dichos factores caben destacar el estrés crónico, ciertos agentes infecciosos, así como deficiencias nutricionales.
1.1 Estrés
El estrés se puede definir con una respuesta biológica producida por un organismo cuando percibe una amenaza para su homeostasis. La presencia de un agente estresante conlleva a la activación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y a la consecuente liberación de glucocorticoides y catecolaminas. Dichas moléculas provocan cambios adaptativos en las células y tejidos encaminados a proteger el organismo y asegurar su supervivencia, como un incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, así como un incremento de la presión arterial.
Si la situación estresante se prolonga en el tiempo, la situación de alerta constante a la que se somete al animal termina ocasionando un desgaste sobre los efectores inmunológicos del mismo. Es decir, el animal no es capaz de sostener dicha situación de alerta que conlleva a un estado de inmunodeficiencia, lo que predispone al animal a padecer otras patologías.
En los cerdos los principales factores estresantes se relacionan con las condiciones ambientales como una temperatura y humedad elevadas o una densidad de cría elevada; también distintas manipulaciones de los animales, vacunaciones, extracciones de sangre; así como cambios en la alimentación, transición de lactación a destete.

1.2 Microorganismos
Existen especies de bacterias y virus capaces de deprimir el sistema inmunitario de los cerdos y generar un síndrome de inmunodeficiencia. De entre ellos, caben destacar los siguientes:
1.2.1 Síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS)
Etiología
El síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS) esta producido por un virus de RNA perteneciente a la familia de Arteriviridae del género Arterivirus, orden Nodovirales. Se han identificado dos genotipos distintos del PRRSV, el genotipo 1, presente generalmente en Europa, y el genotipo tipo II, presente en el continente americano. Se trata de un virus con una alta tasa mutagénica.
Patogenia y sintomatología
El virus presenta una elevada afinidad por los macrófagos alveolares que se encuentran en el pulmón y que juegan un papel fundamental en el sistema inmunitario de los cerdos. El virus infecta a los macrófagos y provoca la destrucción de estos, generando una situación de inmunodeficiencia en el animal. Al mismo tiempo el virus es capaz de atravesar la placenta en las cerdas gestantes e infectar a los fetos en el último tercio de gestación, provocando abortos.
Generalmente, los síntomas más característicos son la presencia de toses y síntomas respiratorios junto con un incremento del número de lechones nacidos vivos. Asimismo, es característico la aparición de cianosis en las orejas, que se tornan de color azulado.
Prevención y control
En este momento no existe un tratamiento eficaz frente al PRRS. El control de la enfermedad se debe realizar mediante unas correctas medidas de bioseguridad que eviten la entrada del virus en la granja, así como, emplear productos inmunoestimulantes que favorezcan un correcto estado sanitario de los animales, de forma que puedan hacer frente a la infección.
1.2.2. Influenza porcina
Etiología
La influenza porcina esta producido por el virus de la influenza tipo A que pertenece a la familia Orthomyxoviridae. Es un virus de RNA de cadena sencilla que presenta distintos serotipos. Los serotipos más comunes en los cerdos el H1N1, el H1N2 y el H3N2.
Patogenia y sintomatología
El virus afecta a las vías respiratorias y provoca la depleción de los macrófagos alveolares, lo que afecta al estado inmunitario de los cerdos. Los síntomas mas frecuentes son la presencia de toses y fiebre, que aparecen de forma brusca en la explotación y se extienden de forma rápida, así como neumonías secundarias asociadas a la disminución de la capacidad inmunitaria. Debido al aumento de la temperatura corporal que produce la viremia se pueden producir alteraciones reproductivas, como absorciones o repeticiones y disminución de la fertilidad seminal.
Prevención y control
Existen vacunas disponibles para el control de la enfermedad, sin embargo, es necesario confirmar que la cepa vacunal coincide con la cepa presente en la granja. También es conveniente realizar antibioterapia a fin de controlar las neumonías secundarias.
1.2.3 Diarrea epidémica porcina
Etiología
La diarrea epidémica porcina (DEP) está producida por un virus envuelto del género Alphacoronavirus de la familia Coronaviridae. Al igual que el PRRSV, es un virus de RNA monocatenario con una alta capacidad mutagénica. Es un virus con una elevada resistencia ambiental capaz de sobrevivir largos periodos de tiempo fuera del huésped.
Patogenia y sintomatología
El virus se introduce por vira oral y afecta a las células del epitelio intestinal, donde se multiplica. La destrucción de las vellosidades intestinales deriva en un cuadro diarreico e inmunodeficiencia.
La enfermedad es pasajera y de gravedad moderada en las cerdas y en los verracos, donde produce un cuadro diarreico que dura entre 7 y 14 días. Transcurrido dicho tiempo, los animales desarrollan una inmunidad de corta duración (4-6 meses). Las cerdas en periodo de lactación expuestas al virus son capaces de transmitir anticuerpos (IgA) a los lechones, protegiéndolos durante la lactación y transición.
La enfermedad se torna grave cuando afecta a lechones procedentes de cerdas no inmunizadas, donde la mortalidad puede alcanzar el 100%. Por ello es importante asegurar el correcto estado inmunitario de las madres, así como potenciar la transmisión de anticuerpos.
Prevención y control
La DEP no se diferencia clínicamente de otras afecciones entéricas que afectan a los cerdos y, por ello, son necesarios los análisis laboratoriales para establecer un diagnostico definitivo.
Se han desarrollado vacunas que permiten inmunizar a las cerdas reproductoras, garantizando el paso de anticuerpos protectores a los lechones. El uso de desinfectantes, junto con unas medidas de bioseguridad adecuadas, es esencial para prevenir la entrada del patógeno en la explotación.
Además, se ha observado que la combinación de inmunoestimulantes naturales con la administración de vacunas a las cerdas gestantes mejora la calidad inmunológica del calostro y permite una mayor protección de los lechones frente a esta infección.
1.2.4 Delta-coronavirus
Etiología
Al igual que el virus de la DEP, se trata de un coronavirus, virus de RNA de cadena sencilla, en este caso se trata de un Deltacoronavirus. El Deltacoronavirus (PDCoV) se aisló por primera vez en Estados Unidos (2014) a partir de cerdos que presentaban diarrea neonatal.
Patogenia y sintomatología
El PDCoV se multiplica en los enterocitos del tracto digestivo y afecta tanto al intestino delgado como al intestino grueso, provocando la necrosis aguda de estos y la atrofia de las vellosidades intestinales. El cuadro clínico es de tipo diarreico, con una mayor intensidad en lechones lactantes. La mortalidad es variable en función de la cepa infectiva (40-80%).
Prevención y control
En este caso no hay vacunas disponibles por lo que impedir la entrada del patógeno en la explotación es fundamental. Unas medidas de bioseguridad adecuadas son esenciales. Al mismo tiempo es posible potenciar la inmunidad de los animales mediante diversas soluciones naturales.
Es una enfermedad a tener en cuenta en un futuro próximo, ya que recientemente ha quedado demostrada su transmisibilidad a los humanos, pudiendo suponer un riesgo sanitario en un futuro.
1.2.5 Rotavirus
Etiología
Los rotavirus son virus de RNA de doble cadena, con 7 serogrupos (A-G) actualmente descritos. Los serogrupos que afectan al cerdo son el serogrupo A, B, C y E, siendo este último exclusivo de esta especie. Los rotavirus presentan una gruesa envoltura lipídica que los hace resistentes a las condiciones ambientales. Se trata de una enfermedad ampliamente distribuida y de una elevada prevalencia en las granjas.
Patogenia y sintomatología
Es una enfermedad de baja patogenicidad que se presenta fundamentalmente en lechones entre la 3ª y la 5ª semana de vida, cuando disminuyen los anticuerpos maternales. Los rotavirus se replican exclusivamente en enterocitos maduros, causando atrofia de las vellosidades. Sin embargo, la reducción de la altura de las vellosidades no es tan intensa como en otras diarreas neonatales.
El principal síntoma clínico es una diarrea líquida de color blanco-amarillento en lechones que remite en 2-3 días. Los cuadros clínicos graves se deben a infecciones secundarias por otros agentes microbianos.
Prevención y control
Los rotavirus están presentes en prácticamente todas las explotaciones debido a su elevada resistencia ambiental, por ello el control de la enfermedad debe basarse en asegurar las condiciones sanitarias de los animales y su estado inmunitario para potenciar la trasmisión de anticuerpos maternales a los lechones durante la lactación.
1.3 Deficiencias nutricionales
A pesar de que los piensos están formulados para satisfacer todas las necesidades nutricionales de los cerdos, existen moléculas activas presentes en diversas especies de plantas que se escapan de la formulación.
Los animales en libertad tienen acceso a dichas plantas y por tanto a las moléculas activas que contienen. Esas moléculas, definidas como pronutrientes, son esenciales para un óptimo funcionamiento fisiológico de los diferentes sistemas orgánicos.
Los pronutrientes actúan incrementan la síntesis de RNAm y, con ello, la síntesis de proteínas activas. Estas moléculas permiten optimizar el rendimiento orgánico sin causar un efecto farmacológico.
Se ha descubierto que ciertos pronutrientes son capaces de estimular el sistema inmunitario de los animales e incluso potenciar la transmisión de inmunoglobulinas desde las madres a los lechones durante la lactancia.

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Conclusión
Los animales cuentan con un complejo sistema inmunológico, sin embargo, existen diversos agentes que pueden afectar a su capacidad defensiva y generar estados de inmunodeficiencia.
En el caso de los cerdos, dichos agentes son el estrés, capaz de provocar inmunodeficiencia por agotamiento cuando se prolonga en el tiempo, distintos microorganismos que directa e indirectamente son capaces de generar síndromes de inmunodeficiencia, así como deficiencias de ciertos nutrientes y pronutrientes, que impiden un correcto funcionamiento de los sistemas orgánicos.
Es conveniente adicionar dichas moléculas activas a la alimentación de los cerdos ya que permiten potenciar el sistema inmunológico de los mismos y, al mismo tiempo, mejorar la transmisión de anticuerpos protectores desde las madres a los lechones vía lactógena.
Por ello, el uso de dichos pronutrientes nos ayuda a proteger a nuestros animales de los diferentes factores capaces de generar inmunodeficiencias.
Los pronutrientes inmunoestimulantes se comercializan bajo el nombre Alquernat Inmuplus por Biovet, S.A.