Micosis Aviar
¿Qué es la Micosis aviar y cómo prevenirla?

La micosis aviar está producida por hongos, organismos eucariotas microscópicos, que incluyen tanto mohos como levaduras. Existe una amplia variedad de infecciones fúngicas en aves, siendo las más relevantes en avicultura la aspergilosis, la candidiasis y la mucormicosis. A diferencia de los mamíferos, las dermatofitosis no son habituales.
En este artículo se revisarán los síntomas y lesiones, diagnóstico y control de las micosis aviares más frecuentes en avicultura: aspergilosis, candidiasis y mucormicosis.
-
Importancia económica de la Micosis en la producción aviar
Las infecciones fúngicas o micosis tienen un gran impacto en la producción avícola, debido a un efecto directo sobre diferentes sistemas orgánicos y a un efecto indirecto mediado por las micotoxinas (toxinas producidas por hongos). Además, ciertos hongos tienen carácter zoonótico, suponiendo un riesgo para la salud humana, aunque este tipo de enfermedad es rara en medicina humana.
Las infecciones fúngicas tienen menor prevalencia que las infecciones bacterianas o víricas, aunque también pueden presentar una elevada mortalidad y morbilidad, especialmente en animales jóvenes. Este hecho, sumado a un menor desarrollo de los métodos de prevención de hongos comparado con bacterias o virus, derivan en unas significativas pérdidas productivas y económicas.
-
Transmisión y factores predisponentes de la Micosis aviar
Los hongos son organismos ubicuos y presentes de forma natural en el medio. Suelen ser organismos saprófitos, que tienden a multiplicarse en el medio externo, en el pienso y en la cama fundamentalmente, generando esporas que actúan como fuente de infección. Las micosis son en su mayoría enfermedades infecciosas no contagiosas donde la transmisión horizontal carece de importancia.
La mayoría de las aves están expuestas a ellas en su hábitat sin efecto. Esto es debido a que las micosis en las aves están normalmente relacionadas con la inmunosupresión y, a pesar de la amplia propagación de hongos patógenos en el medio ambiente, las aves inmunocompetentes son generalmente resistentes a las enfermedades. Los factores inmunosupresores asociados son:
- Las situaciones de estrés.
- Las condiciones ambientales (Tabla 1). Situaciones de altas temperaturas o humedad relativa, mala ventilación.
- Un mal manejo de la explotación. Hacinamiento, inadecuado mantenimiento de la cama o del alimento o terapias prolongadas con antibióticos. El uso abusivo de antibióticos favorece un desequilibrio de la flora intestinal, que permite la multiplicación del hongo.
- Las situaciones de malnutrición.

En la tabla 1 se observa que las levaduras son los hongos más frecuentes en cualquier época del año, especialmente en verano. En segundo lugar, el hongo más frecuente dependiendo de la época del año son Fusarium en invierno y primavera, a Penicillium y Aspergillus en verano, y al género Mucor en otoño. Esta información facilita la orientación en el tipo de contaminación fúngica del alimento y los posibles procesos patológicos en los animales durante las diferentes épocas del año.
-
ASPERGILOSIS
La aspergilosis está causada por hongos del género Aspergillus. A. fumigatus es la especie más frecuente, seguido por A. flavus y A. niger. Es un hongo oportunístico, presente en el ambiente, que puede estar en los pulmones y sácos aéreos de las aves hasta que una situación de inmunosupresión desencadena la enfermedad. El sistema respiratorio aviar favorece la aparición de la enfermedad, ya que los sacos aéreos de las aves son un ambiente ideal para el crecimiento de Aspergillus.
-
Síntomas y lesiones.
Las lesiones iniciales ocurren en pulmones y sacos aéreos, aunque puede expandirse desde el aparato respiratorio a cualquier otro órgano, ya sea por contacto directo o por la vía hematógena, y causar un cuadro sistémico.
Existen dos tipos de presentaciones de la enfermedad, aguda y crónica. La aspergilosis aguda suele afectar a individuos jóvenes con el sistema inmune comprometido, caracterizada por morbilidad variable y alta mortalidad. Los animales, que suelen tener menos de dos semanas de edad, presentan síntomas inespecíficos como letargia, anorexia y sintomatología respiratoria, como disnea, jadeo, tos no productiva y cianosis, y muerte del animal en pocos días. Para conseguir una mejor respiración, los pollitos aparecen con el pico abierto, el cuello estirado, las alas entreabiertas y las patas ligeramente separadas. También puede aparecer sintomatología ocular, como conjuntivitis y úlceras corneales. Las lesiones que pueden observarse incluyen engrosamiento de las membranas de los sacos aéreos, pulmones congestivos con exudado mucoso y blanco, y posible patrón nodular miliar difuso.
La forma crónica de la enfermedad es más frecuentemente observada, habitual en individuos adultos sometidos a un factor predisponente de forma continuada. Afecta especialmente a pavos, y los signos respiratorios aparecen cuando el curso de la enfermedad está avanzado. Los animales pueden mostrar disnea, emaciación y en ocasiones sintomatología nerviosa. En menor frecuencia, también pueden aparecer signos hepáticos, renales o gastrointestinales. Las lesiones más características son la saculitis y granulomas blanco-amarillentos en el parénquima y la serosa de los pulmones, aunque también pueden aparecer en otros órganos internos y formar adherencias.
El crecimiento de hongos del género Aspergillus, junto con los del género Fusarium o Penicillium, puede ocasionar erosiones y úlceras en la capa córnea de la molleja y pueden llegar a perforarla.
Para diferenciar la etiología de las erosiones en la molleja, puede retirarse la capa córnea y revisar la parte posterior de esta capa. La presencia de masas blanquecinas de consistencia blanda confirma el crecimiento del hongo tras la capa córnea y la lesión por micosis, mientras que la ausencia de crecimiento fúngico confirma que la lesión tiene un origen mecánico. Por lo tanto, es recomendable revisar el estado de la capa córnea de la molleja en contacto con la luz intestinal y también al separarla de la capa muscular.
-
Diagnóstico
El diagnóstico antemortem de la aspergilosis es, por lo general, complicado. El diagnóstico postmortem puede realizarse mediante hisopos del contenido en coanas, seno infraorbital, tráquea o sacos aéreos, y realizar una evaluación citológica. Para las pruebas de ADN también son válidos hisopos de tráquea y sacos aéreos, junto con biopsias de granulomas.
-
Tratamiento
Para el tratamiento de la aspergilosis se han ensayado diferentes tipos de antifúngicos, aunque la efectividad ha sido normalmente reducida debido al carácter agudo de su presentación. Además, muchos prácticos consideran que la efectividad no justifica el costo de la terapia. Cabe destacar que las aves que consiguen superar las primeras fases siguen mostrando retraso en el crecimiento y mantienen las formaciones nodulares en la cavidad torácica.
-
CANDIDIASIS
Esta enfermedad está causada por levaduras del género Candida, siendo C. albicans la especie más conocida. Esta levadura forma parte de la flora digestiva de las aves, y los mecanismos de defensa del animal y la flora bacteriana controlan el crecimiento del hongo. En inmunocomprometidos, por ejemplo animales jóvenes o sometidos a un uso abusivo de los antibióticos, la flora bacteriana se ve afectada y permite el crecimiento de Candida. Esto también ocurre en granjas donde utilizan el formaldehído para el control de Salmonella en el alimento.
-
Síntomas y lesiones
La candidiasis se localiza en la mucosa gastrointestinal, especialmente en las vías alta y terminal, como son la orofaringe, la molleja, el esófago y el recto. La sintomatología aparece en animales con una infección severa, y suele ser inespecífica, como anorexia, retraso en el crecimiento y diarrea. La infección puede ser visible si se localiza en la cavidad oral, con presencia de placas blanquecinas debajo de la lengua, y puede producir disfagia si el crecimiento fúngico se localiza en el esófago. La infección puede evolucionar a sistémica y con ello aparecer síntomas nerviosos o renales.
Las lesiones aparecen más frecuentemente en el tracto digestivo superior, y consisten en engrosamiento de la mucosa digestiva, incremento de la mucosidad y hiperplasia y fibrosis pseudomembranosa multifocal de color blanquecino, así como ulceras de la mucosa y crecimiento en la cavidad bucal. También pueden formarse abscesos en las coanas a partir del crecimiento del micelio en la orofaringe.
-
Diagnóstico
El diagnóstico de la candidiasis puede realizarse a partir de la identificación del agente en frotis con la tinción de Gram de hisopos de lesiones en la cavidad oral o cloaca, o de cultivos. No debe confundirse la candidiasis con otras lesiones de la cavidad bucal.
-
Tratamiento
La nistatina es el antifúngico de elección para el tratamiento de infecciones en el tracto digestivo causadas por levaduras, aunque es un fármaco caro y cuyo uso inadecuado puede generar resistencias. Si la infección es severa o ha penetrado en la pared digestiva, será necesario el uso de antifúngicos sistémicos, como el fluconazol o el ketoconazol.
-
MUCORMICOSIS
La mucormicosis está causada por hongos del orden de los Mucorales, siendo los más frecuentes los de los géneros Absidia, Rhizopus y Mucor.
-
Síntomas y lesiones
Procedentes del alimento, pueden extenderse por diferentes localizaciones, como la piel, el tracto gastrointestinal, los pulmones, los ojos o las vértebras. El uso abusivo de antibióticos favorece la infección de estos tipos de hongo.
Hay que destacar que estos hongos tienen especial afinidad por el tejido linfático, que en el intestino está representado por las placas de Peyer en el duodeno y válvula ileocecal. Por ello, la infección produce una alteración de la función inmunitaria de estos dos tipos de estructuras. Se trata de una enfermedad con un curso largo, en el que observamos síntomas digestivos inespecíficos, como tránsito rápido, que se alternan con un período de mejora, lo que dificulta y confunde el diagnóstico presuntivo.
En la necropsia de los animales afectados, se puede observar congestión e inflamación de la válvula ileocecal y de las placas de Peyer.
-
Diagnóstico
En la mucormicosis, el diagnóstico por cultivo es difícil porque el patógeno de muestras clínicas no suele multiplicarse bien y los resultados no son fidedignos. La histopatología puede asegurar la confirmación del diagnóstico. No hay que confundir la mucormicosis con otras causas que originen inflamación de las placas de Peyer y la válvula ileocecal, como puede ser el uso de vacunas altamente reactivas.
-
Tratamiento
No existe un tratamiento efectivo para la enfermedad, aunque el tratamiento con anfotericina B se ha utilizado en humanos. Otros tratamientos antifúngicos, como la nistatina o el clotrimazol, no han mostrado una adecuada actividad in vivo contra los Mucorales.
-
PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA MICOSIS AVIAR
Los hongos son patógenos oportunistas, por tanto, su control debe ir encaminado a prevenir aquellos factores que provoquen la inmunosupresión y que favorecen el crecimiento fúngico. Por ello, es necesario revisar y aplicar correcciones en la dieta y el manejo de los animales para:
- Asegurar una correcta nutrición y una adecuada calidad del pienso.
- Evitar o minimizar las situaciones de estrés.
- Controlar las condiciones ambientales (temperatura y humedad) y de la cama.
- Reducir el uso de antibióticos.
Además, otra medida positiva que se puede aplicar para reducir el riesgo de micosis se basa en controlar su crecimiento en las materias primas, aplicando conservantes en el alimento.
Existen diferentes tipos de productos con este fin, como los basados en ácidos orgánicos, con una efectividad en el tiempo limitada a dos meses, y productos basados en anillo cimenol, una molécula activa procedente de extractos vegetales que permite una acción más eficiente y duradera en el tiempo (hasta seis meses). Esta molécula puede perforar la membrana fúngica y bacteriana y altera su metabolismo celular. La efectividad microbiocida del anillo cimenol ha sido demostrada mediante numerosos ensayos in vitro e in vivo.
-
Conclusiones
Las infecciones fúngicas tienen una menor prevalencia en comparación con las infecciones bacterianas o víricas, no obstante, dados sus efectos directos e indirectos en la calidad de alimentos y en la producción animal, constituyen un área a tener en cuenta. Por ello, es de gran importancia realizar una buena estrategia preventiva mediante unas buenas prácticas de manejo, una adecuada nutrición, y la inclusión de conservantes en el alimento.
Bibliografía:
- Asfaw, M., Dawitt, D. (2017). Review on Mayor Fungal Disease on Poultry. British Journal of Poultry Science, 6(1), pp. 16-25.
- Dalhausen, R. – chapter author (2005). Chapter 29 – Implication of Avian Mycoses in Clinical Disorders. Clinical Avian Medicine – Volume II. Book authors: Harrison, G. J. & Lightfoot
- Refai, M.K.; Osman, G. & Hassan, A. (2016). Monograph on Avian Mycoses & Mycotoxicoses.
- Saif, Y., Fadly, A., Glisson, J., McDougald, L., Nolan, L. and Swayne, D. (2009). Diseases of Poultry. Newark: Wiley.