Evolución del UAC Homo-Pan hasta el Homo sapiens. Divulgación 120

Los chimpancés, gorilas y los homínidos descendemos de una especie conocida como UAC Homo-Pan (Último Antecesor Común de Homínidos y Pan chimpancés-gorilas). En este UAC Homo-Pan, una serie de 8 genes se activaron en cascada durante los últimos 15 millones de años, separando las tres especies y dando lugar al Homo sapiens.
El primero en activarse, hace 15 millones de años, fue el gen RNF213 que favorece el aumento de diámetro de la arteria carótida y, con ello, el aumento del riego sanguíneo al cerebro. Esta modificación unida a la disposición de los huesos craneales (mayor volumen craneal) propició el desarrollo del tamaño cerebral, característica de los homínidos y chimpancés. Esto produjo la escisión de los gorilas del tronco común.
Los segundos genes en activarse, hace 7 millones de años, fueron los genes ASPM y ARH1GAP11B que favorecen el crecimiento de los ganglios nerviosos que ocasionan el desarrollo del córtex cerebral – ver el artículo de divulgación El origen del sistema nervioso central – característica del género Homo y que nos separó de los chimpancés.
Los terceros en activarse, hace 6 millones de años, fueron los genes SLC2A1 y SLC2A4 que producen una proteína que desvía el transporte de la glucosa desde los músculos hacia el cerebro.
El cuarto en activarse, 5.5 millones de años, fue el gen HACNS1 que interviene en el desarrollo de los brazos y las manos. Esta modificación permite la aparición del dedo pulgar oponible, que favorece el uso de herramientas.
El quinto en activarse, hace 3 millones de años, fue el gen MYH16 que reduce el tamaño de las mandíbulas, permitiendo un nuevo aumento del tamaño craneal.
El sexto en activase, hace 2 millones de años, fue el gen SRGAP2 que aumenta la capacidad de prolongación de las neuronas, permitiendo mas conexiones interneuronales, característica exclusiva del cerebro del genero Homo.
El séptimo en activarse, hace 1.5 millones de años, fue el gen FOCP2 que permite articular palabras y que se encuentra ya en el Homo neanderthalensis.
Finalmente, el octavo y último en activarse, hace 0.5 millones de años, fue el gen AMY1 que permite la digestión del almidón, permitiendo mayor consumo de cereales como complemento de la fruta en la alimentación humana y favoreciendo el desarrollo de la agricultura en sustitución de la recolección.