Roberto Minetti: “Todo cambio en la legislación modifica conductas en los productores”
Minetti es miembro del departamento de registros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en Buenos Aires, Argentina

Entrevistamos al Dr. Roberto Minetti, miembro del departamento de registros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en Buenos Aires, Argentina. El Dr. Minetti lleva 23 años formando parte del equipo de veterinarios del SENASA. En esta entrevista nos cuenta cómo funciona este departamento en su país, sus peculiaridades y cómo cooperan con el resto de países para lograr una armonización de las leyes que tienen que ver con la nutrición animal. Además también nos da un marco de referencia sobre la situación que vive Argentina en términos de aditivos y de alimentación.
¿Cuánto tiempo hace que trabaja en el departamento de registros del SENASA?
Llevo 23 años en el departamento de registros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
¿Siempre ha ejercido su labor profesional en el SENASA?
No. Anteriormente, había trabajado como Médico Veterinario en el campo de la bromatología, durante 15 años, y también como Médico Veterinario en clínica de pequeños animales, durante 12 años, paralelamente.
¿Qué aspectos positivos destacaría del SENASA?
Tiene varios aspectos positivos, ya que abarca una amplia gama de temas y hay muchísimas áreas que trabajan en forma mancomunada para lograr un objetivo.
A mi juicio, lo más importante es su trabajo sobre los controles de la inocuidad, la sanidad y la calidad de los productos de origen animal y vegetal, aunque en algunas áreas también abarca productos de síntesis de laboratorio, como pueden ser las vitaminas y también los productos de origen mineral.
Todo ello va relacionado con la salud pública, porque en definitiva todo lo que pasa por el Servicio va a terminar indirectamente en el consumidor final, que somos nosotros mismos.
Al poseer las herramientas necesarias para los controles mencionados, tiene una función muy importante, porque hace cumplir las exigencias zoosanitarias y fitosanitarias para mantener el estatus sanitario del país en sus niveles más altos posibles.
¿A qué se refiere con estatus sanitario?
El estatus sanitario de cada país es el nivel o estado de sanidad en que se encuentra, como, por ejemplo, estar libre, o de riesgo insignificante como la califican internacionalmente, de enfermedades como la BSE (Encefalomielitis espongiforme bovina).
Por suerte, Argentina posee un estatus sanitario alto, lo que hace que los mercados extranjeros adquieran nuestros productos. Para ellos el hecho de que un organismo oficial respalde dichos productos es muy importante, ya que poseen exigencias particulares, que SENASA debe verificar que se cumplan.
A su vez, estos controles se extienden a los productos que se importan, principalmente aquellos que son de riesgo. Y aquí nuevamente entra el concepto de status sanitario: no solo hay que lograr el status, sino también mantenerlo, por lo cual es importante trabajar en impedir que ingresen plagas o productos nocivos de origen externo al país.
Como se puede ver, las facetas de control son muchas y por eso, son tantas las áreas que intervienen en esos controles: fronteras, laboratorios, análisis de riesgo, importación y exportación, análisis de residuos tóxicos, inspección de productos, etc.
¿Con qué dificultades se ha encontrado durante su trayectoria profesional?
Generalmente las dificultades para un profesional surgen al principio de la carrera, no solo en SENASA, sino también en cualquier profesión. Pero eso no es un problema si uno sabe cómo manejarlo, es decir, en los inicios de la carrera, cuando se presentan situaciones inéditas para uno, la solución es recurrir a aquel que tenga más experiencia que uno mismo, que generalmente es el superior jerárquico y preguntar cuál es la decisión a tomar ante “tal evento”. Con los años se va transitando por distintas circunstancias, que hacen que uno adquiera “una gimnasia”, para resolver los temas que surjan.
Imagino que el cambio en las leyes afecta al registro de los productos y en consecuencia a los productores
Sí, todo cambio en la legislación modifica conductas en los productores. En realidad esa es la intención. Pero cambiar una conducta para mejor no está mal.
El punto reside en que cada vez que se efectúa un cambio hay que avisar al productor (con un tiempo de anticipación) y efectuar los cambios escalonadamente, a fin de darle un lapso de adaptación para no perjudicar su funcionamiento.
En el XXXI Simposium Internacional Biovet, celebrado en Tarragona del 26 al 29 de mayo de 2018, usted habló de Feedlatina, ¿de qué se ocupa esta organización?
Feedlatina no es un organismo oficial, es la Asociación de las Industrias de Alimentación Animal de América Latina y el Caribe. Se ocupa, entre otras cosas, de mejorar el comercio entre los distintos países de América Latina y el Caribe y propició un proyecto para mejorar el intercambio comercial de la región.
¿Qué importancia tiene que se unifique la normativa en territorio latinoamericano?
Si bien la normativa del territorio latinoamericano no se puede unificar en su totalidad, la idea es armonizar las legislaciones de los países. Esto significa reconocer similitudes entre las normas de cada país, sin modificarlas y, como consecuencia, mejorar el comercio internacional.
¿Que logró el proyecto?
Es un proyecto muy ambicioso que logró plasmar la armonización de los distintos puntos conflictivos entre la parte pública y privada.
Armonizar significa consensuar u homologar los distintos conceptos sobre un mismo tema que tengan los distintos países. Es decir, el objetivo no es que cada país cambie su normativa, sino que los países acepten alguna parte de su reglamentación como similar o homóloga a la de otro país del grupo. Porque muchas veces se habla de lo mismo en otros términos que parecen distintos.
Para ello se formó un Comité Técnico Mixto, constituido por representantes de la parte oficial de los países y los representantes de las industrias.
El proyecto desarrolló varios temas de interés común: armonizar temas relacionados con el comercio de los productos destinados a la alimentación animal; reunir físicamente a las partes oficiales y privadas de los distintos países a fin de conocerse; contribuir a lograr una nivelación en los asuntos regulatorios de los países constituyentes; interactuar con organismos internacionales y finalmente, mostrar el compromiso de continuar con esas mejoras en un futuro.
Con respecto al primer punto (comercio de los productos destinados a la alimentación animal) se lograron varios objetivos: se armonizaron los certificados de libre venta, se consensuó el etiquetado de los envases y un glosario de términos para la región y otros.
En relación al segundo punto (reunir físicamente a las partes oficiales y privadas), fue muy importante conocernos entre los actores del proyecto originando un diálogo fluido entre los agentes oficiales y los representantes de la industria. A su vez, conocer de primera mano los problemas de la industria y las limitaciones oficiales para modificar normativas en base a los problemas planteados.
En el tercer punto (nivelación en los asuntos regulatorios), se trató de contribuir a nivelar los estándares de exigencias de los países mediante la planificación de cursos de BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y HCCP (Puntos críticos de control), respaldado por organismos internacionales como IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) y FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). De este modo se logró un piso sanitario en todos los países, a partir del cual se podrán elaborar los alimentos para animales.
Con respecto al cuarto punto (interactuar con organismos internacionales), se estableció contacto con organismos internacionales como FAO, OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), IICA y CODEX (Codex Alimentarius. Normas Internacionales de los Alimentos). Organismos importantes para intercambiar conocimientos y efectuar una proyección internacional de la institución a fin de lograr el respaldo para una futura continuidad.
Con respecto al quinto punto (mostrar el compromiso de continuar con esas mejoras en un futuro), se efectuó, en las últimas reuniones, un proyecto de continuidad para seguir trabajando en forma autónoma.
¿Cree que el proyecto va a tener continuidad?
Como todo proyecto, tiene un principio y un fin. Este ya finalizó hace unos meses y ya se enviaron los resultados a las autoridades.
Pero el Grupo Comité Técnico Mixto de Feedlatina continúa su labor para trabajar en nuevos proyectos.
Un proyecto finaliza y un nuevo proyecto debería comenzar, esa es la idea, dado que el tema de alimentación animal no es estático, es dinámico y evoluciona permanentemente.
Por supuesto que hay que sortear temas que surgen en el camino como es el de la financiación de los proyectos, que es en lo que se está trabajando.
En el Simposium, habló de alimentos funcionales para la nutrición humana y concluyó que, respecto a los probióticos, a nivel científico quedan conceptos por definir ¿a qué conceptos se refiere?
Es un tema básicamente técnico que voy a tratar de explicarlo de la forma más simple posible.
En principio es válido no solo para los probióticos, sino para todos los alimentos funcionales en general.
A la hora de aprobar alguno de ellos, en el ámbito científico, se va a tener que demostrar las virtudes de esos alimentos funcionales. Es decir, que no se va a poder clasificar un alimento como funcional, si no promueve ningún tipo de virtud más allá de la nutritiva.
Puntualmente, con respecto a los probióticos, no todos los productos en base a bacterias se pueden denominar probióticos. Para tener carácter de probiótico tienen que ser las bacterias correspondientes a la especie animal a la que va a beneficiar. Y, no solo el género de bacteria, sino también la cepa de la bacteria en cuestión.
Y una vez definido, si hilamos más profundo, hay que estudiar si ese probiótico, que debe actuar en el intestino, por ejemplo, tiene la capacidad de llegar intacto al intestino sobrepasando las barreras naturales del organismo que tienden a destruirlo.
Resumiendo, y volviendo a la frase inicial: A nivel científico quedan conceptos por definir para poder otorgarle la clasificación que merece el producto.
¿Cómo actúa la administración ante la aparición de nuevos tipos de productos, como es este caso?
A medida que surgen estos nuevos alimentos funcionales de los cuales estamos hablando, los organismos oficiales deben legislar en base a esos nuevos alimentos que antes no existían.
Pero primero, antes de legislar, hay que estudiar muy bien los productos sobre los cuales se va a legislar. No es fácil redactar una normativa sobre productos que antes no existían.
Y en este contexto, desde el punto de vista regulatorio, hay dos puntos importantes: legislar bien y legislar rápido.
Legislar bien se refiere a no dejar huecos que se presten a malas interpretaciones o que no se comprenda el alcance de la normativa. Los conceptos deben ser claros.
Y con respecto a legislar rápido, se refiere a no tardar demasiado en hacerlo porque, en todo este tiempo que el tema no está legislado, se produce un hueco que lleva a una desinformación legal e incluso se pude confundir un tema con otro porque no están claras las reglas del juego.
¿Cómo se podría mejorar el binomio administración-empresa privada para el tema de registros?
Sin ninguna duda teniendo reuniones periódicas, entre la parte oficial y la parte privada. Por un lado, la parte privada a través de sus representantes (Cámaras de productores de alimentos) deberían exponer sus problemas. Por el otro lado, la parte oficial, debería tratar de regular las normativas, para resolver esos problemas sin entorpecer el comercio, pero siempre, ante todo, protegiendo la salud pública y manteniendo los estándares sanitarios.
En el Simposium, también mencionó la tendencia que existe actualmente en los países desarrollados de utilizar alimentos de mejor calidad, ¿qué situación vive Argentina en este momento?
En los países de mayor poder adquisitivo, en cuanto a alimentación humana, las exigencias del mercado son cada vez mayores. Por lo tanto, se pone énfasis en los alimentos libres de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), alimentos funcionales, como los probióticos, prebióticos y otros, alimentos libres de gluten, alimentos orgánicos, etc.
Por supuesto que la producción de estos productos eleva el costo de elaboración y tienen mayor acceso a ellos, los que mayor poder adquisitivo tienen.
En líneas generales, cada país tiene sus puntos fuertes en determinados temas. Hoy en día con las especializaciones, no existe un solo país que haga de todo y todo lo haga bien.
Con respecto a Argentina, lo importante es que no está ajeno a estos temas, es decir, que tenemos pleno conocimiento que el planeta tiende a ello y somos un eslabón más en la cadena de producción de este tipo de alimentos. Se trata de un país agrícola-ganadero por excelencia y tiene un rol fundamental en la producción de alimentos no solo para consumo interno, sino también para exportar. Tiene capacidad de producción de alimentos para 10 veces más de su población. Ello se debe a las características geográficas del país que le permiten cosechas muy grandes y la obtención de productos primarios en grandes cantidades.
¿Qué retos le quedan al país en términos de alimentación?
En términos de producción de alimentos para animales los pasos a seguir son los que apuntan a la excelencia en la producción, como puede ser la aplicación de BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) en todos los establecimientos y, un paso más adelante, establecer HCCP (Puntos Críticos de Control) en los mismos. Todo ello hay que efectuarlo paulatinamente y realizarlo escalonadamente en tiempo y forma para permitir un período de adaptación a los productores, a fin de no producir un shock y por ende un estancamiento en la comercialización.
¿Y, por último, qué tendencia sigue actualmente el mercado argentino en aditivos para la nutrición animal?
Los aditivos, no solo en la Argentina, sino también en el mundo, son cada vez más complejos. Ello se debe a que la ciencia va desarrollando productos cada vez más eficaces, con menor grado de toxicidad y con indicaciones de uso más puntuales. Es decir, son más específicos para cada función.
Por supuesto que continúan existiendo los aditivos tradicionales que funcionan a la perfección y no traen consecuencias, porque son productos muy estudiados y de muchos años en el mercado.
Pero la tendencia general es a elaborar más productos de síntesis para abaratar costos, cosa que no está mal, pero tienen que tener una aprobación previa por parte del organismo sanitario oficial competente en la materia.