Genética, anatomía cerebral y comportamiento. Divulgación 46.

En los blogs 13 (origen del ojo y del sistema nervioso central), 17 (cadena de ganglios del tronco encefálico) y 28 (filogenética y regeneración del cerebro adulto) exponíamos el origen filogenético, y por tanto embrionario, de las cadenas de pares de ganglios que constituyen la anatomía del sistema nervioso desde los anélidos hasta los mamíferos.
De esta exposición se infiere que las capacidades visuales, olfativas, auditivas y cognitivas están relacionadas con el mayor o menor desarrollo, de cada una de estas estructuras anatómicas, y por tanto también relacionadas con la expresión de los genes que regulan su formación así como con la influencia bioquímica del medio ambiente, nutrición y tóxicos, en esta expresión. Igualmente se explicaba como la terapia física lumínica puede ayudar a la regeneración del cerebro adulto puesto que el mismo está conectado al primer par de ganglios que constituyen los ojos.
Los modernos estudios basados en neuroimagenes aportan nueva información relevante sobre los aspectos patológicos orgánicos y del comportamiento y constituyen una firme alternativa a los estudios antropológicos y sociológicos para el análisis de las enfermedades nerviosas y comportamientos.
Expondremos cuatro ejemplos concretos:
(1)En los cerebros de los disléxicos se produce una alteración durante la formación neuronal, en la que un grupo de neuronas y células gliales no migran adecuadamente durante el desarrollo embrionario, formándose unos cúmulos, llamados ectopias, que desorganizan las conexiones del interior de la corteza. Estos cúmulos de neuronas pueden establecerse en diversas áreas cerebrales del hemisferio izquierdo reduciendo su actividad. Este proceso se ha observado que esto sucede en tres zonas; la circunvolución frontal inferior izquierda, el área parieto-temporal y el área occipito-temporal, todas ellas áreas implicadas en el procesamiento de la lectura.
(2) Se ha establecido una relación entre el narcisismo patológico y una disminución de la materia gris en una región del cerebro responsable de la compasión. Los datos muestran que el grado de empatía está en correlación con un volumen de materia gris en corteza cerebral y la reducción de su grosor.
(3) El comportamiento agresivo está relacionado con bajos niveles de serotonina, producida en el núcleo central superior del cerebro , cuya síntesis viene regulada por el gen THP (tryptophan hydroxylase) mediante la secreción una enzima necesaria para la biosíntesis de la serotonina y con bajos niveles de su metabolito 5-HIAA (localizado en el líquido cerebro espinal).
(4) Finalmente la actividad criminal está relacionada con el comportamiento agresivo (bajos niveles de serotonina) y alteraciones anatómicas del lóbulo frontal (64.5%), alteraciones del lóbulo temporal (29%) y atrofia de la materia blanca del cerebro que constituye el área interna de los ganglios cerebrales.
Así podríamos concluir que la genética influye en la formación anatómica, está en la funcionalidad y por tanto en la patología y en el comportamiento. La nutrición, especialmente en cobre y zinc, otros tóxicos, como el tabaco, el alcohol y las drogas, y los traumatismos en fases embrionarias y de desarrollo pueden influir en dicha expresión genética. La reacción a situaciones sociales hostiles quedaría relegada a un segundo plano.