Factores de selección en la Especie Humana. Divulgación 25

La aparición de Homo sapiens supone un paso importante en la evolución de la vida en la Tierra. Su rápida extensión por todo el planeta en tan solo 150.000 años (un tiempo geológico casi insignificante) y la eliminación o casi desaparición de sus depredadores por vía de extinción o de la domesticación convierten a nuestra especie en un fenómeno biológico exitoso.
Sin embargo surge la incógnita sobre su evolución desde el estadio actual a sus futuras formas en ausencia de depredadores o cambios geológicos rápidos. Algunos pensadores han hecho predicciones sobre el hombre del futuro basadas en criterios de comportamiento y en criterios físicos. Así Nietzsche habla del superhombre, no en sentido físico, si no en sentido postmoral, Desmond Morris trata el tema en su "Mono desnudo" basándose en la influencia futura de aspectos físicos como el bipedismo en la reproducción o la evolución de la anatomía de las manos en el sistema nervioso central.
Aunque estas hipótesis pueden tener parte de razón en la actualidad se está abriendo paso los estudios sobre la influencia de la organización social sobre la evolución de la especie humana. Los estudios de Laura Betzig, Karen S. Cook, Gregory D. Webster y A. Horowitz entre otros está demostrando que en los últimos 10.000 años la organización social ha desarrollado una fuerte presión sobre la población humana partiendo de una sencilla premisa: "El paso de nuestra especie de la vida nómada de cazadores-recolectores al sedentarismo propio de una sociedad agrícola, hace entre 9.000 y 8.000 años, fue inmediatamente seguido de la aparición de reyes, emperadores y una élite gobernante que tomó el control de todos los bienes y limito el acceso a la formación de una familia propia de quienes estaban excluidos de esta elite." En Europa hasta hace pocos siglos todavía existía el denominado derecho de pernada o derecho a la primera noche por parte de los gobernantes.
La hipótesis continua proponiendo que:" Estos hombres tendieron a establecer sistemas para llegar a fecundar a cientos o miles de mujeres mientras se aseguraban de que el resto de varones estaba lo suficientemente oprimido o era lo suficientemente pobre como para tener familia. Hoy, la humanidad contaría con millones de descendientes de esta casta privilegiada, y buena parte de ellos aún contarían con la impronta genética que pudo contribuir a que sus antepasados se alzaran entre sus congéneres para someterlos"
Empleando términos técnicos hablaríamos de la influencia que diferentes formas de Estado (ensayadas en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Lejano Oriente, los Andes y Norte de África) es decir de un grupo reducido de personas que se impone, mediante el monopolio de la violencia física, a través de leyes discriminatorias o usando dudosas legitimaciones de origen religioso o familiar, a la mayoría.
Estos son temas pasados pero ¿qué ocurre en las sociedades modernas? Puede intuirse que ahora los métodos son más sutiles y por tanto más opacos que antes pero existen sospechas razonables de que la situación básica se mantiene en muchas partes del planeta. Deberíamos estar vigilantes sobre el uso de fondos públicos en la aplicación de programas de regulación de la natalidad, a la evolución de los porcentajes de población entre ciudadanos privados y ciudadanos públicos, a las estadísticas de control de tierras productivas e improductivas, a la posesión de bienes minerales. Los escándalos sexuales (son solo la punta del iceberg de un status social determinado), las asignaciones de cargos públicos por razones de pertenencia de determinados lobbies, la existencia de harenes en algunos países no son meras anécdotas ni hoy se justifican por razón de mortalidad infantil como justificaban miembros de antiguas líneas dinásticas. Incluso todas aquellas iniciativas, que provocan las roturas familiares, o niveles de impuestos elevados podrían ser una forma sutil de presión selectiva sobre la población.
Las investigaciones de la organización social como un elemento de selección evolutiva en la especie humana presentan interesantes matices que deberían merecer nuestra atención en especial lo referente a la posible relación entre genética y clases sociales, políticas o profesionales.