Editorial 72: Los déspotas del siglo XXI
Los déspotas del siglo XXI

Originalmente en la Grecia clásica la palabra «déspotas» hacía referencia al dueño de algo. Más tarde, la palabra «déspotas» se asimiló a un cargo equivalente a rey, faraón, cesar o emperador. Finalmente, dado que algunos gobernantes no se comportaban adecuadamente con su pueblo, se empezó a usar la palabra «déspotas» para aquellos gobernantes que no trataban adecuadamente a los ciudadanos, abusando de su poder, sin sujeción a ley alguna. Finalmente, en el siglo XVIII apareció el despotismo ilustrado.
Sin embargo, consideramos que actualmente ha aparecido un nuevo tipo de despotismo, el neo-despotismo, que se ha incrustado en los estados que basan su gobierno en el sistema representativo y en los derechos y libertades de los ciudadanos.
Los neo-déspotas actuales, a diferencia de los anteriores, utilizan alguna ciencia como mecanismo para justificar el maltrato a sus subordinados.
Es chocante este uso de la ciencia para justificar un comportamiento no sujeto a ninguna ley ya que el desarrollo de la ciencia se basa precisamente en aceptar las leyes de la naturaleza, comprobarlas y desarrollarlas en forma de hipótesis, tesis y teorías.
Así pues, los neo-déspotas actuales pueden adjetivarse como seudocientíficos ya que, usan terminologías científicas, pero no son científicos verdaderos.
Y aquí las diferencias:
- Un verdadero científico acepta las leyes de la naturaleza, le gusten o no. Un déspota seudocientífico cita las leyes de la naturaleza, pero solo las usa para sus intereses, aunque para ello violente derechos y libertades de los ciudadanos.
- Un verdadero científico no se plantea derogar una ley natural. Un déspota seudocientífico se esmera en cambiar el significado de las palabras, para alterar el significado de las leyes naturales, lo que en el fondo constituye su derogación.
- Un verdadero científico intenta entender, mediante la lógica, los orígenes y las consecuencias de las leyes naturales. Un déspota seudocientífico intenta esconder el origen de las leyes naturales e intenta atribuir sus consecuencias a otras causas ajenas a sí mismo.
- Un verdadero científico desarrolla su ciencia mediante hipótesis, aplicación del método científico, obtención de su tesis y formulando su teoría por la confirmación de su tesis. Un déspota seudocientífico emite su hipótesis, pero no la comprueba, por aplicación del método científico, al contrario, manipula las pruebas para que coincidan con sus hipótesis.
Estos déspotas seudocientíficos utilizan una máscara científica para alcanzar cuotas de poder desde donde ejercer su despotismo ya sea en organismos estatales o internacionales. Se pueden encontrar en universidades, centros de investigación, comités de expertos, medios de comunicación científicos… ejerciendo cargos directivos o camino de trepar hacía ellos.
En VeterinariaDigital advertimos de su presencia en todas las profesiones, en unas más que otras. Los déspotas seudocientíficos en ocasiones crean disputas y competencia entre profesiones, relegando a unas en beneficio de otras, bajo la apariencia, tan falsa como su ciencia de su defensa del «one health».
Sin olvidar que el lema de la profesión veterinaria «higia pecoris, salus populi» podemos preguntarnos, ¿se sienten los profesionales veterinarios incluidos en los equipos interprofesionales destinados a proteger la salud pública?