Editorial 22 Repago en lugar de Copago.

Editorial 22. Repago en lugar de Copago.
Algunos piensan que el dinero público no es de nadie y por ello lo gastan sin consideración alguna. Otros piensan que el dinero público es suyo y por ello se lo apropian indebidamente. La consecuencia de ambas actitudes es un elevado déficit público que, cuando se hace insostenible, obliga a corregir la situación.
En las últimas semanas se está hablando en Europa, en especial en los países del sur de Europa, de la implantación del copago de servicios públicos. Así se escuchan propuestas sobre el copago por uso de los servicios sanitarios, por el uso de carreteras o por la enseñanza básica, media y universitaria.
Cuando alguien dice que se está estudiando el copago por uso de servicios públicos está cometiendo un error o miente.
El error consiste en pensar que lo que el estado recauda es del estado y por tanto cuando alguien lo usa debe copagarlo, sin embargo es falso que lo del estado sea del estado, lo del estado es de todos los ciudadanos.
La mentira consiste en que dado que los servicios públicos se han construido y funcionan gracias a los impuestos de los ciudadanos, por tanto ya los han pagado. Cuando hay que pagarlos por uso, además de estarse violando la filosofía de redistribución social, se miente ya que se trata de un repago entendido como pagar dos veces lo mismo.
La perversión del lenguaje es un síntoma de perdida de libertad ciudadana, de la que hemos escrito en otras ocasiones, y cambiar repago por copago es uno de los síntomas más graves de una enfermedad llamada intervencionismo estatal.
Los intervencionistas consideran que el estado es dueño de aquello que ha recibido de los ciudadanos, deberían pensar que aquello que el estado recibe de los ciudadanos está en poder del estado como administrador y no como propietario. Si así lo respetasen existirán menos expolio y dilapidación del dinero público.