La inteligencia de los vegetales-2: Los movimientos de las plantas. Divulgación 94

Recordemos que por inteligencia entendemos la capacidad de entender, asimilar, resolver problemas y almacenar información.
En el actual blog expondremos nuevas pruebas, relacionadas con la capacidad de movimiento de las plantas como respuesta a la asimilación de las circunstancias ambientales y resolución de problemas, como signo de inteligencia de los vegetales.
Los vegetales reciben dos tipos de estímulos externos: Estímulos direccionales y estímulos externos no direccionales.
Entre los estímulos direccionales más frecuentes señalaremos la luz, la gravedad, el contacto físico y la presencia de agua. A estos estímulos las plantas responden con movimientos que se denominan respectivamente: fototropismo, geotropismo, tigmotropismo y hidrotropismo y que consisten en dirigir alguna parte del vegetal hacia el origen de dicho estímul,o ya sea mediante un movimiento unidireccional o mediante un giro sobre si misma denominado circumnutación.
Sin embargo otros estímulos no proceden siempre de la misma dirección. En esta ocasión la respuesta de las plantas está regulada mediante una batería de movimientos pasajeros que viene regulada por el código genético y que se denominan nastias. Entre las nastias más frecuentes destacaremos: epinastia (curvarse hacia abajo), fotonastia (cierre y apertura de flores según la intensidad lumínica), hiponastia (curvarse hacia arriba), nictinastia (abrir y cerrar como ciclos circadianos), quimionastia (substancias químicas), seismonastia (reacción al choque mecánico) y termonastia (temperatura).
Consecuencia de los movimientos, los espectadores podemos observar la apertura y cierre de flores y estomas, el movimiento de las raíces regulado por la presencia de estratolitos en los ápices de las raíces que les permite absorber agua y nutrientes, el movimiento de las hojas mediante pulvinulus (células motoras ventrales y dorsales de las hojas) que les permite optimizar la exposición solar o el movimiento de las ramas hacia el origen de la luz (fototropismo) y que viene regulado por la distribución de unas moléculas denominadas auxinas en la cara oscura de la rama y que provoca la elongación de las células de esta cara dirigiendo la rama hacia la luz.
Estas son pruebas de que los vegetales son capaces de analizar las circunstancias exteriores de su entorno y reaccionar en consecuencia de forma inteligente, a fin de conseguir mejorar su calidad de vida o evitar su desaparición.
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