La genética y la evolución de los animales. Divulgación 55

"Sobre la selección natural" Charles Darwin señala "el órgano más sencillo al que se le puede dar el nombre de ojo consta de un nervio óptico, rodeado por células pigmentarias y cubierto por piel traslucida, pero sin cristalino ni otro cuerpo refractante" para más adelante señalar "podemos descender todavía un grado más y encontrar conglomerados de células pigmentarias que parecen servir como órganos de vista sin nervios……y sirven tan solo para distinguir la luz de la oscuridad" y continuar indicando "están llenas de una substancia gelatinosa transparente, que sobresale formando una superficie convexa, como la córnea de los animales superiores" para finalizar el razonamiento indicando "pues no tenemos más que colocar la extremidad desnuda del nervio óptico-que en algunos animales inferiores se encuentra profundamente hundida en el cuerpo y en otros cerca de la superficie, a la distancia debida del aparato de concentración lumínica, y se formara sobre aquella una imagen"
Como culminación Darwin hace una disquisición sobre si estos cambios, pasar del pre-ojo al ojo primitivo y de este a una estructura compleja como el ojo de los artrópodos o el ojo de las aves rapaces, si pudieron realizar de forma simultanea o de forma paulatina guiada por la selección natural concluyendo que la forma más plausible es la paulatina influida por la selección natural.
Aceptando en su integridad la opinión de Darwin, sobre la evolución paulatina guiada por la selección natural, en la actualidad podemos dar un paso más si incorporamos la necesaria base genética de cualquier modificación.
Así es sabido que la producción de rodopsinas (contenidas en la células pigmentarias citadas por Darwin)o la formación del humor vítreo y acuoso del ojo que contiene colágeno, ácido hialurónico y proteínas (substancia gelatinosa transparente citada por Darwin),o cualquiera de las diferentes partes del ojo de los vertebrados, se desarrolla en los ribosomas a partir de las instrucciones contenidas en el ARN mensajero formado en el núcleo a partir del código genético cromosómico compuesto por ADN.
Por tanto nos queda por explicar cómo se inicia, en las células animales, la síntesis de rodopsinas o la del colágeno de humor vítreo o la proteína MIP26 del cristalino aunque estemos de acuerdo en que la selección natural favorecerá a quienes la posean.
Al momento existen tres hipótesis: las mutaciones al azar, el despliegue del código genético previo mediante un mecanismo de auto programación o la influencia de ciertas substancias presentes en células vegetales que forman parte de la alimentación de los animales.
En los próximos meses en Divulgación de Veterinaria Digital aportaremos información para poder formar criterio sobre estas hipótesis.