Editorial 77 – Caio Mario: Roma hace 2100 años
En el año 646, después de la fundación de Roma, bajo el consulado de Cayó Mario, se produjo un cambio de criterio en cuanto al gasto público y al censo de sus ciudadanos.

CAIO MARIO: ROMA HACE 2100 AÑOS
En el año 646, después de la fundación de Roma, bajo el consulado de Cayó Mario, se produjo un cambio de criterio en cuanto al gasto público y al censo de sus ciudadanos.
Señalaremos las decisiones más significativas:
- Se decidió el reparto gratuito de trigo a las clases urbanas más necesitadas, que inicialmente tenía una finalidad loable, pero pronto se convirtió en una fuente de compra de votos y de corrupción.
- Se decidió cambiar las condiciones necesarias para acceder a la ciudadanía romana. De esta forma los denominados «capite censi», que ya vivían en el territorio romano, pasaron a ser ciudadanos reclutables para el ejército, que anteriormente eran aportados por los terratenientes, ahora pasaban a ser asalariados del estado al que debían retornar a plazos el importe de su equipamiento militar, pero del que más tarde acabaron recibiendo paga, equipo y manutención del dinero público. Ante estas ventajas económicas, los «capite censi» abandonaban la producción agrícola y ganadera que empezó a disminuir.
- Consecuencia de las dos medidas anteriores la población de la ciudad de Roma y alrededores aumentó y fue necesario invertir más dinero público en construir acueductos y puertos para llevar agua y comida a los ciudadanos.
Todas estas medidas suponían un gran gasto público, que no se veían compensados por los ingresos, y que al principio fueron sufragados por la acuñación de monedas de oro procedentes de las reservas del estado.
Después de unos años de política monetaria expansionista las reservas de oro se agotaron y, lejos de frenar, el estado empezó a producir monedas con otros metales, a las que daba un falso valor fiduciario bañándolas con una fina capa de oro.
Mientras, siguió aumentado el gasto, la producción agrícola descendió, la obra pública fracasaba por la corrupción, y con ello aumentaba la necesidad de importar trigo.
Más población, menor producción, más monedas sin respaldo oro y el aumento de los costes de llevar cereal por tierra hacia Roma ocasionó lo que hoy llamaríamos inflación ya que finalmente el valor real de las monedas romanas se ajustaba a algo tangible, la disponibilidad de bienes producidos. Así la descompensación entre menor producción y mayor cantidad de monedas produjo su devaluación y el aumento de los precios. Esto último fue achacado, por los diferentes gobiernos de Cayo Mario, a sucesos exteriores como las guerras contra Númida, Cimbrios e Itálicos.
Y una vez llegados a este punto se inició una cadena de acontecimientos: encarecimiento de los alimentos, aumento de población pobre, aumento de solicitantes de subvenciones estatales, tanto pobres como ricos, y finalmente la fallida económica de la Roma del final del primer cuarto del siglo I AC.
En Veterinaria Digital, consideramos que la producción agrícola y la ganadera deberían respetarse, e incentivarse, evitando la adopción de medidas económicas basadas, con demasiada frecuencia, en integrismos ideológicos o en clientelismos políticos, que acaban impidiendo el desarrollo del sector productivo, aunque después el problema de la inflación, el encarecimiento de los productos, el aumento de la pobreza…. se atribuya a causas exteriores, como ocurrió en Roma entre los años 646 y 671 después de su fundación.