Editorial 54: Los efectos de la incertidumbre regulatoria
Los viajeros frecuentes tienen la oportunidad de comparar situaciones en diferentes y diversos países, de forma casi simultánea, de forma que el factor circunstancial del tiempo desaparece. Es como si viesen la fotografía de un objeto cambiante, desde varios lugares a la vez sin que el tiempo, transcurrido en el desplazamiento, llegue a afectar el estado del objeto.
Al analizar con ellos las principales dificultades, que afectan al desarrollo de las diversas sociedades, hay una coincidencia casi unánime: El inmovilismo legislativo y la incertidumbre regulatoria, aunque en extremos opuestos, producen el mismo efecto. Ambos afectan a sectores, emergentes o consolidados, produciendo inseguridad jurídica que condena a las empresas y finalmente pasa factura al país y a sus ciudadanos.
Todo desarrollo empresarial tiene sus dificultades intrínsecas derivadas de la financiación, la aceptación del consumidor, el idioma, o la logística, entre otros. Pero con esfuerzo, asesoramiento y calidad del producto, es posible iniciar, ampliar y consolidar un proyecto empresarial en cualquier parte del mundo. Sin embargo las dificultades se vuelven insuperables cuando la normativa laboral, fiscal, comercial, aduanal o de permisos de actividad, que se aplican, cambian súbitamente o se mantiene inmóvil más allá de los plazos de su obsoletismo.
En los últimos años hemos tenido ejemplos prácticos de incertidumbre regulatoria en sectores tan diversos como el energético, el audiovisual y el sanitario:
(1) Mantenimiento de una legislación trasnochada, sin plazo de actualización o incumpliendo estos plazos, que impide la introducción de nuevas tecnologías.
(2) Normativas gubernamentales que han entrado en vigor y que son anuladas, a posteriori por sentencias judiciales por no ajustarse a leyes de rango superior.
(3) El uso indiscriminado de prórrogas de los plazos pactados previamente.
(4) Implantación de recomendaciones internacionales, no traspuestas a la legislación nacional, como si se tratara de reglamentos propios.
(5) Cambios de legislación si dar tiempo a que el sector se ordene conforme a una legislación anterior aunque reciente.
Un gobierno que se interese por el bienestar de sus ciudadanos debe velar para que las empresas, fuente de ingresos para la mayoría de sus ciudadanos, dispongan de igualdad de oportunidades, estabilidad de la normativa o para que la implantación de nuevas normativas, necesariamente pactadas entre Administración y los administrados en función del bien común y la regla gana/gana, se realicen por etapas escalonadas de forma que las empresas puedan adaptarse.
Dicho así parece una obviedad, pero es una obviedad tan obvia que deja ser obvia, y la realidad empresarial y social está plagada de problemas originados por alguna de las 5 causas de incertidumbre regulatoria. La pericia política se demuestra consiguiendo el adecuado equilibrio entre innovación y estabilidad. Lo contrario demuestra falta de madurez o autoritarismo y de ambas tenemos muestras, en todos los continentes sin excepción, de países que eran líderes mundiales y han desaparecido del ranking o de países emergentes que de pronto han dejado de serlo, produciéndose una larga secuela, de fallidas empresariales y paro, de la que tardan generaciones en recuperarse.