Editorial 18 La necesaria reforma global de la "res pública"
En la anterior editorial señalábamos que 7000 millones necesitan más ciudadanía y menos intervencionismo.
En los últimos meses estamos asistiendo a un espectáculo poco usual en las últimas décadas. En muchos países se está produciendo el distanciamiento progresivo y acelerado de la ciudadanía respecto de sus dirigentes en especial políticos y personal integrante de diversas entidades tales como la administración, sindicatos y otras entidades con diverso grado de carácter publico.
No es necesario ser sociólogo ni psicólogo ni siquiera se requiere ser licenciado en ninguna de las disciplinas relacionadas con el comportamiento de los individuos y las sociedades para discernir cual es la principal causa del citado distanciamiento.
El aumento de impuestos que no se ve compensado por una mejora de servicios, el aumento del gasto público que solo se refleja en el aumento de la deuda pública hasta límites insostenibles, el aumento del paro ocasionado por el cierre de multitud de pequeñas y medianas empresas como consecuencia de las dificultades burocráticas y financieras que encuentran sus propietarios, no de su avaricia económica, son solo algunos de los síntomas de una enfermedad profunda que afecta con más o menos gravedad a los países: la instalación de un sector de la población en un status de privilegios, de diferentes tipos, en relación a los otros ciudadanos de su país.
El ciudadano está harto de verse empobrecer mientras una parte de la población, amparada por lo oficial, viaja en clase ejecutiva en líneas aéreas o usa aviones oficiales para sus necesidades privadas, el ciudadano está harto de ver peligrar su puesto de trabajo mientras una parte de la población disfruta de varios cargos remunerados, además de dietas y prebendas, el ciudadano está harto de ver como sus impuestos son gastados en subvenciones o en estudios innecesarios mientras el mismo ciudadano tiene que reducir su nivel de vida.
El ciudadano está harto…y así hasta el infinito, en resumen el ciudadano está harto salga a manifestarse, haga acampadas o simplemente se quede en casa.
Esta situación es igual se mire el área laboral y personal que se mire. Por este motivo además de la situación general de los países podemos establecer paralelismos con la situación en el sector agrícola y ganadero. Por si a alguien pueda tener dudas, del paralelismo, reproducimos dos textos de este 2011 relativos al sector ganadero en unos países latinoamericano:
1. La Asociación Ganadera de LMM, está muerta hace años para los ganaderos del municipio de xxx, ya que esta únicamente ha servido para los intereses de unos cuantos grillos… y ahí están los resultados ya nadie le interesa ir a las elecciones y asambleas.
2. No tiene caso ir a perder el tiempo, votando, de todas formas en nada nos beneficia que la ganadería exista, los únicos que ganan son los ratas que la administran sin pregúntele a xxxx ni a xxxx bandidos sin pistola luego no vamos a votar por ningún político de ningún partido Se hace necesaria una profunda reforma de lo público para evitar que el actual descontento y distanciamiento se convierta en algo mas grave y desemboque en una situación de consecuencias impredecibles. No hace falta ser experto en ciencias políticas generales o agrícolas y ganaderas para enumerar una serie de medidas que podrían ayudar a enderezar la situación:
1. Entrega a la ciudadanía del control real del estado mediante una legislación por la cual todos los cargos públicos sean elegidos de forma regular y directa por parte de la ciudadanía, con carácter territorial, de forma que nadie se considere propietario del cargo público ni se lo deba a otra cosa que a la confianza del elector en vez de al partido político. Seria políticamente higiénico que cada cargo público estuviese una vez por semana en una oficina de atención ciudadana de su territorio para contestar cualquier cuestión que le planteasen sus electores.
2. Equilibrio entre el tamaño de la administración en presupuestos, instalaciones y personal en relación al tamaño de la población de forma que los ciudadanos no tengan que soportar un peso insostenible. Esta proporcionalidad debería sumar todos los niveles de administración tanto locales, regionales, estatales, federales y supranacionales para evitar traspasos de instalaciones, personal y presupuestos de unas administraciones a otras con el fin de manipular las estadísticas. Es fundamental la prohibición de endeudamiento de forma que como mínimo no se gaste más de lo ingresado. Es posible dar todos los servicios si los recursos se manejan de forma adecuada. Ningún ciudadano niega la validez de los impuestos para generar servicios públicos con esta filosofía de proporcionalidad y austeridad.
3. Cumplimiento por parte del estado, como ciudadano número uno, de aquellas leyes que impone al resto de la ciudadanía. Dos ejemplos de fácil comprensión. Uno en la recaudación de impuestos y devolución de impuestos de forma que los calendarios se aplicasen por igual a ciudadanos y al estado. Se evitarían las situaciones de desequilibrio y tanto ciudadanos como estados deberían cumplir en fecha el mismo calendario. Todos conocemos que actualmente un ciudadano se atrasa debe pagar sobrecargos, de hasta el 20%, mientras que los estados devuelven los impuestos sin calendario igualitario y si algún ciudadano reclama su devolución, en fecha, se encuentra en muchas ocasiones con la represión estatal en forma de inspección de las autoridades económicas, no por indicio de delito fiscal, sino para justificar el retraso de la devolución. Dos igualando, la duración de jornada y exigencias para acceder al cargo e implicación en el objetivo (no en el cargo) entre lo público y lo privado e igualando la retribución a la formación, al talento, a la eficacia en la tramitación y la ejecución, entre lo público y lo privado.
Podríamos ampliar estos puntos a los contratos laborales, protección social, procedimientos de trabajo exigidos a las empresas pero que los estados no se exigen a sí mismo.
4. Instauracion de un código de transparencia económica y ética Mediante una ley de Compras, Contrataciones y Concesiones Públicas, así como las leyes que regulan el manejo del crédito público, la Tesorería, los controles internos, y las asignaciones presupuestarias y eliminando la colonización política de los puestos gerenciales de la función publica que no son otra cosa que asignación a miembros de determinados lobys en pago a los apoyos electorales pero que en pocas ocasiones están en relación con la capacidad de los asignados para gestionar el asunto.
También es necesario conseguir equilibrio entre el coste de la gestión y el valor de lo gestionado para evitar la pérdida de recursos públicos en forma de corrupción.
5. Devolución de la independencia entre los poderes del estado, restablecimiento de las auditorias independientes y vinculantes y aplicación del código penal, como único código, a quien delinca en la cuestión publica. Con estas cinco medidas existe una probabilidad de reconducir la actual situación mundial de intervencionismo que amordaza la libertad, individual y de empresa, y provoca que los recursos se desvíen a costes improductivos en vez de destinarse a la producción de
bienes y servicios que precisaran los 7000 millones y las generaciones futuras. Solo reformando la res publica (la cosa pública como la denominaban en la antigua Roma) país por país tendremos una oportunidad a nivel global y lo público, en el que trabajan muchas personas honradas, dejara de ser un refugio de activistas, corruptos, agitadores y radicales improductivos y pasara a ser un espacio de ejercicio higiénico de ciudadanía.