Editorial 14: De la Realidad Virtual y el Cierre del Campo
Hace más de un siglo un famoso filósofo dijo que leer los periódicos de cada día era una práctica poco recomendable. Sin embargo comparar los periódicos y revistas de diferentes épocas puede resultar muy ilustrativo. Además de las noticias propiamente dichas el conjunto, de los textos, transmite un mensaje que no está influido por el escritor, ni por el editor. Este mensaje constituye la marca, el sello de cada época.
Si analizamos periódicos generales y revistas veterinarias de los años 60-70 se destaca la presencia abundante de mapas y análisis geográficos o geoestratégicos. La producción, la fascinación por los avances tecnológicos y las mejoras del nivel de vida de los ciudadanos es la marca de la época.
Dejando transcurrir casi una generación al analizar textos de los años 80-90 se destaca la perversión del significado de las palabras. Los términos taller, observatorio e ingeniería son abundantes en referencia a actividades no correctas desde el punto de vista de su significado. Así puede leerse taller de palabras, observatorio del trabajo o ingeniería financiera.
Finalmente cuando llegamos a textos de 2010 su lectura nos traslada inmediatamente a la realidad virtual. La economía productiva agrícola, ganadera y de tecnologías aplicadas ha desaparecido de los textos y el universo yuppie (Young urban professional) aparece como la única realidad.
¿Significa esto que tal economía ha desaparecido? En realidad no ha desaparecido pero ni la población está interesada en esta actividad ni los fundadores y directivos de dichas empresas están interesados en ser el blanco de la atención publica.
Existe un importante tejido de empresas que gracias a su mecanismo de funcionamiento y su innovación continuada fabrican productos primarios, con políticas de precios razonables, en sectores especializados y orientados a cubrir las necesidades del cliente. La discreción en su actividad y el mantenimiento de Know – how permiten que estas empresas ganen importantes cuotas en los mercados internacionales.
La competencia de estas empresas son los denominados campeones nacionales y los oligopolios creados y amparados por los estados. Las barreras para estas empresas son los órganos reguladores, de diferentes estados, que lejos de favorecer la libre competencia amordazan su actividad ya sea por protección a la industria nacional ya sea por falta de transparencia en la tramitación de los expedientes.
La situación de realidad virtual y el intervencionismo estatal, probablemente vinculados entre sí, constituyen una de la raíces de la situación de crisis laboral actual en muchos países. Las castas políticas y funcionariales deberían saberlo y solucionar el problema en lugar de llenar titulares de periódicos con declaraciones, vacías de contenido pero dentro de la realidad virtual, sobre la creación de empleo. Solo las empresas tecnológicas y productivas agrícolas y ganaderas son capaces de crear puestos de trabajo, con la condición de que puedan desarrollar su trabajo en libertad.