Anapsidos, Diapsidos y Terapsidos. Divulgación 3

Durante el paleozoico, hace 542 millones de años, aparecieron los primeros animales terrestres y de alguna forma se estableció la necesidad de oír.
Los animales marinos necesitaban mantener el equilibrio y desarrollaron un órgano específico, pero esta aptitud se demostraba insuficiente para desarrollarse en la atmosfera, donde percibir las vibraciones del exterior es vital.
Así se inicio un proceso de selección consistente en abrir ventanas al exterior para que llegasen al cerebro estas vibraciones. Básicamente se modificaron la disposición de los huesos de la bóveda, apsis en griego o absis en latín, craneal dando lugar a diferentes grupos de animales, anapsidos, diapsidos y terapsidos, en función de la estructura de su bóveda craneal.
Una vez iniciada esta evolución se desarrollo el oído que mantiene en su interior el órgano del equilibrio primitivo. Pero además de esta nueva aptitud se produjo un acontecimiento que, poco significativo en un principio, acabo adquiriendo una relevancia definitiva. Con la modificación de la bóveda craneal se aumento el espacio intracraneal que podía ocupar el cerebro y con ello este órgano pudo crecer en sucesivas capas, de dentro hacia fuera.
Con ello aparecieron sucesivamente, alrededor del cerebro de los peces, los cerebros reptiloides, los cerebros aviares y los cerebros de los mamíferos. Mención destacada requieren los cerebros de los primates y de los cetáceos como ejemplo de máximo espacio intracraneal y por tanto de desarrollo en especial el cerebro humano, de las ballenas y delfines.
Por ultimo señalaremos que además de esta modificación de la bóveda craneal también la base del cráneo representada por el hueso esfenoides modifico su posición especialmente en los diferentes primates.
El hueso esfenoides es un hueso impar, debido a la articulación sínfisis que está entre las alas menores, situado en la parte media de la base del cráneo que forma parte de la estructura interna profunda de la cara, de las fosas nasales y del propio cráneo.
Se encuentra entre la porción horizontal de los huesos frontales, la porción básica del occipital, y las porciones escamosa y petrosa del temporal presentando un cuerpo, central, y seis prolongaciones laterales.
Hace 60 millones de años en los prosimios el esfenoides estaba en posición horizontal y era plano pero hace 40 millones de años, en los simios, el esfenoides inicio una inclinación hacia abajo aumentando la capacidad de los lóbulos occipitales del cerebro En los fósiles de 12 millones de años se observa una nueva inclinación hacia abajo y en los Australopithecus, de hace 6 millones de años, la inclinación del esfenoides se volvió a acentuar, y hace 2 millones de años una nueva inclinación del esfenoides coincidió con la aparición del bipedismo.
Entre 200.000 y 160.000 años atrás el esfenoides obtuvo la inclinación que se encuentra en el Homo sapiens sapiens. Este hecho coincide con un aumento de la capacidad cerebral, en especial de los lóbulos frontales, y una mayor irrigación sanguínea para el cerebro.
Esta evolución de la bóveda ósea craneal y de la posición del esfenoides forma parte de las pruebas esgrimidas por los evolucionistas frente a las doctrinas creacionistas en relación al origen de la humanidad.