Editorial 35 Nuevos Estilos de Vida.
Hace unos días alguien escribió que «Durante al menos dos décadas algunos europeos han convertido la solidaridad y la tolerancia en instrumentos de latrocinio, chantaje y engaño» Parece que el autor de la frase hacia referencia a determinados ciudadanos y olvidaba que en demasiadas ocasiones la sociedad es un reflejo de las instituciones publicas ya sea por imitación o porque las legislaciones crean estilos de vida, las mas de las veces por conveniencia de las instituciones.
Aunque existen muchos exponemos tres ejemplos:
(1) Algunos estados ingresan anualmente millones de euros de personas fallecidas sin herederos o de personas fallecidas cuyos herederos no conocen su presencia en el testamento. Esto ha creado la figura del caza herencias que rastrean legados sin propietario para comunicárselo a Hacienda y así quedarse con el 10%. Se trata de una figura reconocida por la ley y que «se está profesionalizando» en palabras de alguna autoridad.
(2) Partidos políticos, que han tenido responsabilidades de gobierno en mas de una legislatura, claman ahora contra los desahucios hipotecarios por «los abusos a favor de los bancos que existen en el mecanismo actual» por citar sus propias palabras. Se trata en algunos casos de leyes vigentes con mas de un siglo de antigüedad que no han sido reformadas por ningún gobierno mientras los mismos partidos políticos, de dichos gobiernos, reformaban a su conveniencia la legislación sobre recalificación de terrenos para favorecer el intervencionismo estatal dando origen a no pocas dudas sobre actos de prevaricación y financiaciones ilegales. Así han surgido; las figuras del «recalificador» y luego la del «desahuciador»; personas, por llamarles con algún nombre de ficción romántica de fin de semana, que cobran por materializar acciones contra los ciudadanos y en favor de las instituciones. Mientras desde los mismos partidos políticos señalan «Muchas tasadoras tienen relaciones directas e incestuosas con los bancos». Cortinas de humo mediáticas para ocultar la figura del recalificador y del desahuciador al servicio de las instituciones.
(3) Ciudadanos victimas de resoluciones administrativas, en la mayoría de las ocasiones letales para sus intereses, reciben de la propia administración la opción de recurrir a estamentos superiores de la justicia. La mayoría de tales testamentos recibe nombres grandilocuentes que hacen referencia a la anticorrupción, al antifraude, el antimonopolio y demás demagogias. Los ciudadanos deberíamos entender que todos los jueces son anticorrupción y antifraude y que la creación de áreas especializadas es una forma de engaño al ciudadano que le produce indefensión ante las resoluciones injustas de las instituciones. Es una de las formas mas perversas de estilo de vida: la del «amparador” por hacer creer que ampara al ciudadano frente a las instituciones cuando en realidad forma parte de las mismas instituciones.
Despreciemos pues a todos estos nuevos estilos de vida; caza herencias, recalificadores, desahuciadores y amparadores; y promovamos iniciativas cívicas en favor de la justicia igual para todos, incluido el estado, y los jueces honorables. Ambos existen con toda seguridad aunque los ciudadanos no les veamos al quedar ocultos tras la influencia mediática de tantos nuevos personajes dedicados al latrocinio, chantaje y engaño como decía el autor de la frase con que iniciábamos esta editorial.