Editorial 32: La muerte de la Ganadería de Leche.
Dicen que la actual situación de la ganadería de leche en un país de la Union Europea, de cuyo nombre no quiero acordarme, puede convertirse en un conflicto político. Por ello el ministerio de Agricultura ha decidido crear una comisión de trabajo destinada a mejorar las normas que regulan la actividad de producción, transformación y comercialización de la leche, análisis continuo de los costes, procesos y precios aplicados en los diferentes eslabones de la cadena de valor. !!Fantástico!! Ha llegado la salvación para los ganaderos.
Al sector ,que ha perdido el 65% de sus granjas lecheras durante la última década, se le atribuyen defectos estructurales como ausencia de relevo generacional, falta de modernización y dimensiones inadecuadas. En un ejercicio de prepotencia se le aconseja, al sector, que debe reconvertirse mediante la concentración de las explotaciones y el aumento la capacidad de negociación frente a comercializadores y distribuidores de leche. Estas recomendaciones van acompañadas de una amenaza, la irrupción en escena de la comisión nacional de la competencia, en caso de que los ganaderos actúen de forma irresponsable.
Pero desvelemos ahora la verdad que se esconde tras las apariencias, como diría Conan Doyle , una verdad que deriva del carácter intervencionista de la política agraria de la Union Europea (primera intervención 1984 con la creación de las cuotas lácteas ) de dos intervenciones posteriores (1991 y 1994) acompañadas de la autocomplacencia de la administración quien afirmaba, en 2001, que la aplicación de la legislación serviría » para modernizar y reordenar un sector que se encontraba en una grave situación» gracias a que el periodo 2000-2001 «se habían llevado aproximadamente 44.000 actualizaciones de cuota, que incluyen: abandonos de la producción, adquisiciones del Fondo Nacional Coordinado de Cuotas Lácteas y de la Reserva Nacional, transferencias, cesiones y trasvases» y que «se han tramitado algo más de 13.000 expedientes correspondientes a solicitudes que han resultado denegadas y por tanto no han supuesto actualizaciones de la base de datos. Esta cantidad, sumada a la anterior, supone un total de 57.000 expedientes tramitados, lo que significa casi un expediente por ganadero»
En Veterinaria Digital nos preguntamos como alguien puede pensar que tramitar 57.000 expedientes en un año puede modernizar y reordenar un sector. La realidad es que transcurridos 10 años de esta fiebre tramitadora el sector ha perdido el 65% de sus explotaciones y que la cuota paso a ser un elemento clave de la explotación y los sistemas de gestión de esta cuota son determinantes para el ganadero a la hora de tomar decisiones en su explotación.
La cuota láctea asumida como sistema de gestión y base para la toma de decisiones es un arma política, asumida desde la incorporación a la unión europea, alejada de las decisiones tecnológicas y de la cultura de la producción de calidad y no tiene nada que ver la realidad del sector agrario y ganadero rural.
La ausencia de relevo generacional, falta de modernización y dimensiones inadecuadas son la consecuencia de la utilización de esta arma política y no la causa de la situación del sector como, contrariamente, pretenden hacer creer los «salvadores».
Esta situación del sector ha ido degradándose año tras año y la actual guerra de precios derivada del subasteo mayorista para comercializar la leche con marca blanca en los hipermercados (venta a 30.2 céntimos frente a unos costos de 50 céntimos por litro) ha desembocado en amenaza de desaparición de la ganadería de leche. Desaparición que se acelerara en función del grado de intervención para «aleccionar y salvar» al sector que además se encuentra desprotegido frente al incremento de costes de los alimentos, de costes administrativos, de tasas e impuestos y si no se remedia se convertirá en otra victima de la recesión económica cuando en realidad podría ser una de las fuentes de recuperación económica si los responsables del país pensasen en términos de producción y en vez de pensar en términos especulativos y usar la burocracia como arma de intervención y represión.
Y finalmente las preguntas clave: ¿a quien beneficia la desaparición del sector de la ganadería de leche? y ¿que vinculaciones pueden establecerse entre los beneficiados y los intervencionistas?