Transparencia 33: El nuevo anillo de Giges o los 6 escudos del corrupto
En Transparencia de VD hemos publicado algunos blogs definiendo y tipificando diversos delitos relacionados con la falta de transparencia, hemos denunciado múltiples situaciones de la Agencia Española del Medicamento y en la entrega (XXXI) analizamos algunas hipótesis sobre la psicología de los corruptos. Sin embargo, además de la psicología del corrupto, se hace necesario un cierto clima social de permisividad. Aquello a lo que Platón denominaba el anillo de Giges y que tenía el poder de hacer invisible a quien lo portaba y gracias a él cometía todo tipo de crímenes.
La permisividad social a la corrupción usa 6 escudos para proteger al corrupto:
(1) La opacidad sobre el origen y sobre los verdaderos destinatarios finales del dinero. Respecto del origen del dinero en la mayor parte de los casos procede de la subvención pública y de la extorsión al administrado, mientras que en cuanto al destino del dinero se dice que una organización es eficiente, fruto de su transparencia, cuando invierte el 80% de sus ingresos en cumplir el fin para el que se creó y el 20% al mantenimiento de su estructura. Su opacidad aumenta a medida que se separa de este 80/20 hasta llegar al 0/100.
(2) La hipnosis ante el disfraz. Los corruptos acostumbran a disfrazarse con un camuflaje de excelencia profesional, de honorabilidad social, de profunda religiosidad e incluso de una excelente apariencia física y facilidad de palabra. Cada una de estas facetas de su disfraz hipnotiza a sus conciudadanos y permite al corrupto pasar por aquello que no es.
(3) El descontrol de la gestión, basado en la hipnosis causada por la aparente capacitación y la confianza hacia los gestores de las entidades corrompidas.
(4) El miedo a denunciar, ante la justicia o a la opinión publica, al corrupto ya que quien es víctima del corrupto teme que pueda ejercer represalias desde su puesto de concesión administrativa. Así la victima renuncia a la denuncia y crea en el entorno del corrupto un ambiente de falsa armonía entre el administrado y el corrupto.
(5) Los límites de los medios de comunicación. Aunque en muchos medios de comunicación se hace ostentación de independencia y de libertad de opinión en muchas ocasiones los medios de comunicación son dependientes de organismos públicos. Debería tenerse en cuanta que el ejercicio de la libertad de información, para denunciar la falta de transparencia, exige soledad.
(6) El corporativismo entre corruptos para protegerse entre ellos confiando en que la resignada e hipnotizada opinión pública pasará pronto el foco a otra desgracia. Solo la tenacidad y continuidad en la denuncia al corrupto puede devolver la transparencia.
Al igual que Catón «el viejo» terminaba todas sus intervenciones y discursos con » Delenda Carthago est» (Cartago debe ser destruida) quienes luchamos por la transparencia deberíamos terminar las intervenciones con «Delenda Corruptio est» que puede traducirse por «La corrupción debe ser destruida» o dado que Corruptio también significa destrucción y putrefacción en el fondo podría traducirse por » La destrucción o la putrefacción debe ser destruida»