In Memoriam: Prof. Diego Jordano Barea

El 11 de febrero de 2012 se conmemora el 10º aniversario del fallecimiento del Prof. Diego Jordano Barea.
Nacido en Córdoba el 06 de Noviembre de 1918, falleció en Córdoba, a los 84 años, el 11 de Febrero de 2002. Licenciado en Ciencias Naturales en 1939 y en Veterinaria en 1943, fue nombrado profesor ayudante en 1944 y catedrático de Biología, Botánica y Zoología Aplicada de la Facultad de Veterinaria de Córdoba en 1947 a los 29 años de edad. Presento su tesis doctoral en 1946. Entre 1958 y 1964 también ejerció como profesor de Enfermedades Parasitarias y en 1969 de Biometría y Estadística del nuevo plan de estudios de 1967.
Don Diego, además de docente e investigador, fue el receptor y guía de muchos alumnos en la Facultad ya que su asignatura formaba parte del primer curso de veterinaria y era siempre a primera hora, seguramente, debido a su costumbre de levantarse muy temprano para practicar sus principales aficiones: la música clásica y los idiomas.
Para comprender el sentido metodológico e investigador de su trabajo y de su enseñanza es imprescindible la lectura de sus libros, » Biología Aplicada» de 1947 ( de la que reproducimos su segunda edición de 1952), «Claves biológicas para la clínica e inspección veterinaria» de 1952 (de la que reproducimos su 2ªedicion de 1953) y «Clasificación decimal zootécnica» de 1954 todas ellas publicadas por Imprenta Moderna de Córdoba, y para ilustrar su forma de pensar es necesario leer algunos consejos que encontramos en el prólogo de la edición de Claves biológicas de 1952: «Se debe hacer una nota o articulo, ilustrado con algún dibujo a escala»…» cuando no se llegue a obtener una clasificación satisfactoria se debe a una de las dos cosas: 1º No se ha afinado en la observación del ejemplar 2ª La clave no está bien hecha «.. «A veces la clave nos conduce a un resultado disparatado…. y en este caso hay que empezar de nuevo desde el principio»…” Adquiérase el hábito de consultar…» En esta filosofía se basa su enseñanza: Anotar, dibujar a escala, afinar en la observación, dudar de la observación realizada y de la clave usada, adquirir hábitos, consultar y repetir desde el principio las veces necesarias hasta conseguir la perfección en el estudio. Transmitía con facilidad esta pasión por la metodología investigadora.
De su actividad difusora de información científica destacaremos su participación en la creación de la revista Archivos de Zootecnia y su dedicación a dirigirla durante años con el fin de dotar a los investigadores de los años 1950 a 1970 de la información científica imprescindible en una época de escasas posibilidades bibliográficas.
También queremos destacar su labor investigadora en orgánulos citoplasmicos y citoinformatica; proponiendo la hipótesis de que las neuronas codifican la información mediante un sistema ,de cargas positivas y negativas, similar al sistema binario 0 y 1 y la recuperan y almacenan en tiempo real mediante teleproceso, así como la concepción de la célula como un ordenador programado en el que el centriolo actúa como un rotor y la aplicación de conceptos homeomorficos en el estudio de los orgánulos; en taxonomía de los cestodos (descubrió el nuevo órgano denominado craspedocotielo , un nuevo género y dos especies nuevas) y de hongos, plantas y animales. Incursiono en inteligencia artificial creando las bases de un experto, basado en la taxonomía numérica decimal y análisis de correspondencias, introdujo la aplicación de la informática (centro de cálculo electrónico de la facultad de veterinaria) en la selección genética avícola en 1968 y dirigió tesis doctorales sobre estudio morfometrico de las intrusiones citoplasmicas intranucleares en células hela en 1979, y necesidades tróficas, in vitro, de las neuronas del ganglio ciliar de embrión de pollo durante su maduración embrionaria en 1983.
En el mundo académico, además de Profesor de la Facultad de Veterinaria, fue Académico numerario de la Sección de Ciencias Exactas de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba (1961) y Miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York (1982).
Finalmente señalaremos, una vez presentado su historial , que se percibía en su forma de actuar una cierta sensación de estar viviendo en unas circunstancias que no brindaban las posibilidades para el desarrollo de todas sus capacidades intelectuales y tampoco las posibilidades de la profesión veterinaria en el desarrollo de la producción de alimentos. De ahí la dualidad entre estoicismo cordobés y activismo.